Señor mío y Dios mío, me despierto con una certeza: sin Ti nada puedo, sin Ti las cosas no son iguales, seguro que puedo seguir caminando, pero me he dado cuenta de que cuando no voy contigo, la vida se vuelve confusa, es un camino sin sentido, sin rumbo.
He sentido tu amor, y me he dado cuenta de que vale la pena estar contigo, que, a pesar de las tormentas, Tú me acompañas, nunca me abandonas.
Me he dado cuenta de que tu amor es fiel y, sobre todo, que puedes darme la luz que se necesita para caminar.
Creo que contigo hay un rumbo fijo, hay un norte en el que se puede planear. Te pido que siempre guíes e ilumines mis pasos, no quiero estar fuera de Ti.
No quiero estar deambulando sin sentido y buscándote en cosas externas que me deslumbran.
Me has quitado una venda y he podido ver que Tú eres bondadoso, que eres aquel amigo fiel que está atento a lo que yo necesito.
Amén
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