Cuando amas a una persona, deseas demostrarle tu amor. Cuando eres amado,
tratas de devolver "el amor" amando. ¿Y cómo devuelves el Amor tan
grande que Jesús te regala cada día!?
Piensa, reflexiona en la Santa Misa ocurre el Milagro de Amor más grande y sublime
de Jesús por cada uno de nosotros. ¡s un amor que se renueva y está vivo Puedes
sentirlo y hasta hacerlo parte de ti cuando lo recibes en la Eucaristía!
Cada Misa es el acto más grande, más sublime y más santo, que se celebra todos
los días en la tierra. Nada hay más sublime en el mundo que Jesucristo, y nada
más sublime en Jesucristo que su Santo Sacrificio en la Cruz, actualizado en
cada Misa, puesto que la Santa Misa es la renovación del Sacrificio de la Cruz.
Misa, Cena y Cruz son un mismo sacrificio. Con razón decía San Bernardo:
"Más merece el que devotamente oye una Misa en gracia de Dios, que si
diera todos sus bienes para sustento de los pobres".
A la hora de tu muerte, tu mayor consolación serán las Misas que hayas oído
durante tu vida. Cada Misa que oíste, te acompañará al Tribunal Divino, y
abogará para que alcances el Perdón.
Con cada Misa, puedes disminuir el castigo temporal que debes por tus pecados,
en proporción con el Fervor con que la oigas.
Con cada Misa aumentas tus grados de gloria en el Cielo. En ella recibes la
bendición del Sacerdote, que Dios ratifica en el Cielo.
Santa Teresa suplicaba un día al Señor, le indicara cómo podría pagarle todas
las mercedes que le había dispensado y le contestó "oyendo una Misa".
El calvario fue el primer Altar, el Altar verdadero, después todo el Altar se
convierte en Calvario
.
No hay en el mundo lengua con que poder expresar la grandeza y el valor de la
Santa Misa. Si la verdad es que Cristo se ofrece al Padre Eterno todos los días
en la Santa Misa por la salvación de los hombres, por la salvación de todo el
mundo ¿vamos a dejarlo sólo?
Busquemos la media hora diaria para unirnos a Jesús en la Santa Misa, para
adorar al Padre y darle el honor que se merece, para darle gracias por tantos
favores recibidos, para aplacar su ira irritada por tantos pecados y darle
plena satisfacción por ellos e implorar gracia y misericordia para todos los
hombres del mundo, en fin, para agrandar el Cielo y hacer más Gloriosa la
Pasión de Cristo.
A ti, que tanto te gusta hacer el bien, ¿vas a dejar pasar diariamente la
ocasión de unirte a la obra más grande que se realiza en la Tierra por el mismo
Cristo?
Lee, piensa y medita muchas veces esta INVITACIÓN del Señor; y ten presente,
siempre que..."AMOR CON AMOR SE PAGA".
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