24 de Mayo
Hoy te pedimos, Madre, por los y las Catequistas de Primera Comunión y Confirmación, y por los Guías que encaminan a los novios al Sacramento del Matrimonio. Dales humildad en la exposición fiel de la Verdad; sabiduría del Espíritu para exponer la Doctrina de siempre, iluminando la realidad de hoy. Dales perseverancia en las dificultades.
Obsequio: Repasar el Catecismo para ser Catequistas allí en donde estemos, iluminando con alegría y humildad la mente de nuestros familiares y amigos.
Día veinticuatro
I. Tomillo, romaní, menta, desmayo
1. Escógense para nuestros jardines ciertas plantas que sirven para adornarles con su verdura y perfumarles con su fragancia, tales son el tomillo, romaní y la menta. Son plantas odoríferas, aromáticas y medicinales. Entre ellas póngase el color morado de la flor desmayo y si no hay en todas éstas belleza bastante, únanse en el ramillete a su cardinal la viola y, si se quiere, con la reina de las flores la rosa, y tendremos una pieza completa en la gran guirnalda.
II. La penitencia
2. Tomamos aquí la penitencia en toda la latitud de su sentido: el arrepentimiento de una falta, la flagelación y maceración de la carne con azotes y cilicios y con el látigo y el freno de los trabajos mecánicos respectivos a cada una de las artes, la mortificación de los sentidos, todo esto es representado por el tomillo, romaní, mentas y otras yerbas fuertes que, pisadas y comprimidas y plantadas en los senderones del jardín, dan su especial fragancia y son medicina del alma y del cuerpo. No tienen belleza, les falta la flor, pero póngase no muy lejos el desmayo y otras humildes, y si en sí todas juntas no tienen mérito, unidas a su cardinal y a su reina, la caridad y la templanza, las ele van a una esfera sublime y las constituyen en las coronas en uno de sus adornos .
III. La penitencia en María
3. Esta virtud, en cuanto a ser el arrepentimiento de una falta y la contrición de las culpas, no cupo en María; pero ordenó todo cuanto tuvo de penible, de duro y de amargo a la remisión de nuestros pecados .
IV. El ramillete a María
4. ¿Has pecado? Sin penitencia no te será perdonado . Arrepiéntete de la culpa, y ármate para domar y sujetar la carne. Arregla tus ejercicios de mortificación y de penitencia según los consejos de tu confesor . ¿Has pecado? Ofrece a Dios una penitencia tal cual su justicia te la exija. ¿Has pecado? Prepara tu corazón y preséntale a la Madre de las misericordias dispuesto y resuelto a emprender la penitencia más dura que haya hecho antes de ti cualquiera otro penitente; dispuesto, digo, porque el pecado la reclama: dispuesto has de estar a hacer la del modo y bajo la forma que te sea impuesta por el tribunal de la Penitencia.
Ofrece a María inocente, un corazón arrepentido y le dirás: Presentación del ramillete
ORACIÓN .
Señora: Ahí van estas plantas y yerbas fuertes como señal del arrepentimiento de mis culpas. Recibidlas, presentadlas a vuestro Hijo y alcanzadme el perdón de todas ellas .
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