COMULGAR EN LA MANO O EN LA BOCA TAMPOCO ES COSA SATÁNICA
Yo comulgo en la boca y aconsejo a todo el mundo que lo haga para evitar posibles sacrilegios y robo, pero recibo mensajes que solo son manifestaciones de soberbia espiritual y desobediencia que fue (Y sigue siendo la madre de todos los pecados)
Los Ministros Extraordinarios de la Comunión no los instituyó el Concilio, ya hay referencia de que los laicos repartían la Comunión en casos especiales en Roma en los primeros siglos, así lo atestiguan textos antiguos y el martirio del niño san Tarsicio, asesinado por llevar la Comunión a los Mártires en las cárceles Romanas en el año 257 DC.
Desde 1973, la Santa Sede autorizó a los obispos el permitir a los laicos católicos la distribución de la santa comunión durante la misa y llevarla a los enfermos.
De acuerdo con el canon 910 § 1, son ministros ordinarios de la comunión el obispo, el presbítero y el diácono. Además, en la reforma litúrgica posterior al Concilio Vaticano II se incorpora al derecho de la Iglesia un concepto, novedoso respecto al derecho anterior, y es el de ministro extraordinario.
Esta figura fue introducida en 1973, mediante la Instrucción Immensae caritatis de la Sagrada Congregación para la Disciplina de los Sacramentos, de 29 de enero de 1973 (AAS 65 (1973) 265-266).
Actualmente está recogida en el canon 910 §2 del Código de Derecho Canónico:
Canon 910 § 2: Es ministro extraordinario de la sagrada comunión el acólito, o también otro fiel designado según el c. 230 § 3.
A su vez, el canon 230 § 3 indica lo siguiente:
Canon 230 § 3: Donde lo aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden también los laicos, aunque no sean lectores, ni acólitos, suplirles en algunas de sus funciones, es decir, ejercitar el ministerio de la palabra, presidir las oraciones litúrgicas, administrar el bautismo y dar la sagrada comunión, según las prescripciones del derecho
Esas personas son los así llamados ministros extraordinarios de la sagrada Comunión. Es un ministerio laical contemplado en la Iglesia Católica y nada tiene que ver Satanás con este hecho, sin embargo mucho tiene que ver Satanás con los que critican una instrucción de la Iglesia como esta, eso es DESOBEDIENCIA y Satanás baila de gozo con los que desobedecen a la Iglesia.
Ni Jesús la Cabeza de la Iglesia, ni María la siempre obediente criticarían una acción sellada con la autoridad del Papa. Basta ya de tanta insensatez. Al parecer los que andan siempre criticando el comulgar en la mano tienen la lengua limpia.....
Yo animo a comulgar en la boca, pero no critico una decisión de la Iglesia. Eso es parte de la obediencia, no se es obediente sólo en lo que nos gusta. Eso no es obediencia, es autocomplacencia.
Bendiciones
Frank Morera
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