Jesús, gracias por este inmenso don. Yo quiero cuidarlo y acrecentarlo. A partir de ahora viviré con la conciencia de que dentro de mí está el dulce huésped del ama. ¡Espíritu Santo, amigo mío, ven y acompáñame siempre!
Gracias por darme al Espíritu Santo. Tú me conoces muy bien y sabes que muchas cosas que me suceden no las entiendo y busco explicaciones. Jesús, yo quiero ser templo del Espíritu Santo. Jesús, no dejes que la pereza o el desaliento dominen mi determinación de vivir siempre en tu presencia. Dame tu gracia y el amor que me mueva a hacer rendir todos los dones con los que has colmado mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario