¡Dame, Señor, la sabiduría innata para actuar siempre bien, para pensar y madurar cada una de mis acciones y mis actos, para reconocer cuando hago algo que está mal! ¡Abre mi mente, Señor, para que pensar bien lo que debe ser cambiado en mí, para que mis errores se conviertan en una oportunidad para cambiar a mejor!
¡Dame el don de la sinceridad para reconocer que me he equivocado, para ser auténtica y reconocer que me he equivocado! ¡Señor, cuida de mí y aleja de mi corazón y de mi vida aquello que me hace daño!
Que tenga mucho amor para pedir perdón cuando me equivoco y perdonar al que me pide disculpas. Que perdone siempre para que tenga paz y camine con libertad y sinceridad.
Amén.
Al terminar la oración un Padre Nuestro
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