Señor, gracias por las grandes
obras que has realizado a mi favor, porque en los momentos difíciles he
descubierto cómo tu diestra victoriosa sostiene mi vida.
Que duro es mi corazón, mi barro no se deja moldear por tus manos. Sé que por más que has intentado hacerme conforme a tu plan, yo he buscado la manera de alejarme de tu presencia.
Me equivoco, Señor, si confío más en mí o en los hombres que en el infinito poder de tu brazo. Por eso, Dios del amor, confiado en tu misericordia vuelvo a Tí, para que me acojas en tu corazón como un Padre misericordioso, para que hagas nueva mi vida en tus manos.
Quiero abrirte mi corazón y dejar que hagas todo nuevo en mí, lléname de tu amor para ser una persona libre, que vive con la esperanza puesta en tu poder, creyendo que contigo somos más que vencedores.
Gracias por actuar con sabiduría en mi vida, te pido que me des la capacidad de mirar bien que estoy experimentando, para tomar decisiones asertivas que me ayuden a salir adelante.
Hazme nuevo, reconstrúyeme según tu amor, hazme una criatura renovada en Tí, porque sé que no hay mejor lugar que en tus manos.
Te entrego el descanso de esta noche para que mañana me levante con fuerza restaurada, para vencer en tu nombre.
Gracias infinitas por tu misericordia, tu justicia, tu perdón, tu fidelidad y tu bondad abundante.
Quiero que mi hogar sea para Tí un santuario, que mi habitación sea lugar de tu presencia.
Amén
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