Si quieres paz: ¡constrúyela!
Si quieres que tus sueños se cumplan: ¡ve por ellos!
Si quieres que la vida te sorprenda: ¡sorpréndela tú a ella!
Si quieres tener las cosas claras: ¡recibir la Eucaristía, reza el Rosario, ora
con la Palabra!
Si quieres no abandonar la marcha: ¡descansa en tus hermanos!
Si quieres conquistar nuevos horizontes: ¡siempre anda por más!
Si quieres ser fuerte: cuando vengan los problemas: ¡acuérdate de la esperanza,
levántate y lucha!
Si quieres nuevas oportunidades: ¡no te asustes, ten fe, avanza y aprovéchalas!
Si quieres ser feliz: ¡AMA y DEJATE
AMAR!
“Porque yo conozco muy bien los planes que tengo proyectados sobre ustedes: son
planes de prosperidad y no de desgracia, para asegurarles un porvenir y una
esperanza. Entonces, cuando me invoquen y vengan a suplicarme, yo los
escucharé; cuando me busquen, me encontrarán, porque me buscarán de todo
corazón, y yo me dejaré encontrar por ustedes” (Jer 29, 11-14).
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