La santidad no es
algo complicado, es buscar al Señor
Fuimos hechos para Dios. La santidad no es algo complicado, es buscar al Señor.
Necesitamos buscarlo y anhelar el cielo continuamente. Podemos ser santos
cuando damos un “no”, todos los días, al pecado, siendo dóciles al Señor y
adorándolo siempre. A partir de eso, estamos llegando al secreto de la
santidad: la adoración. Creemos que la Persona de Jesús (el cuerpo, la sangre,
el alma y la divinidad) está totalmente presente en la hostia consagrada.
El querido Papa san Juan Pablo II se echaba en el suelo de su capilla
particular y repetía: “He aquí la nada frente al Todo. He aquí la nada,
mi Señor”. Ese fue el secreto de la santificación de ese gran hombre
de Dios y es el secreto de todo aquél que quiera santificarse.
¡Bendito sea Nuestro Señor Jesucristo!
Mons. Jonas Abib
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