1) Oración inicial
Concédenos
vivir siempre, Señor, en el amor y respeto a tu santo nombre, porque
jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el sólido fundamento de
tu amor. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Mateo 7,21-29
«No todo el que me diga: ’Señor, Señor', entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán aquel Día: `Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?' Y entonces les declararé: `¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!' «Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.»
Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente se asombraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.
3) Reflexión
•
El evangelio de hoy presenta la parte final del Sermón de la Montaña
(a) no basta hablar y cantar, es preciso vivir y practicar (Mt 7,21-23).
(b) la comunidad construida en cima del fundamento de la nueva Ley del
Sermón del Monte quedará firme en el momento de la tormenta (Mt
7,24-27).
(c) el resultado de las palabras de Jesús en las personas es
una conciencia más crítica con relación a los líderes religiosos, los
escribas (Mt 7,28-29).
•
Este final del Sermón del Monte explica algunas oposiciones o
contradicciones que siguen actuales hasta hoy en día:
(a) Las personas
que hablan continuamente de Dios, pero se olvidan de hacer la voluntad
de Dios; usan el nombre de Jesús, pero no traducen en la vida su
relación con el Señor (Mt 7,21).
(b) Hay personas que viven en la
ilusión de estar trabajando por el Señor, pero en el día del encuentro
definitivo con El, descubren trágicamente que nunca le conocieron (Mt
7,22-23).
Las dos palabras finales del Sermón del Monte, de la casa
construida sobre la roca (Mt 7,24-25) y de la casa construida sobre la
arena (Mt 7,26-27), ilustran estas contradicciones. Por medio de ellas
Mateo denuncia y, al mismo tiempo, trata de corregir la separación entre
fe y vida, entre hablar y hacer, entre enseñar y practicar.
• Mateo 7,21: No basta hablar, es preciso practicar. El
importante no es hablar de forma bonita sobre Dios o saber explicar
bien la Biblia a los demás, sino que es hacer la voluntad del Padre y,
así, ser una revelación de su rostro y de su presencia en el mundo. La
misma recomendación fue dada por Jesús a la mujer que elogió a María su
madre. Jesús le respondió: “Felices los que oyen la Palabra de Dios y la
ponen en práctica” (Lc 11,28).
• Mateo 7,22-23: Los dones deben estar al servicio del Reino, de la comunidad.Había
personas con dones extraordinarios como, por ejemplo, el don de la
profecía, del exorcismo, de la sanación, pero usaban estos dones para
ellas mismas, fuera del contexto de la comunidad. En el juicio, oirán
una sentencia dura de Jesús: "¡Alejaos de mí vosotros que practicáis la iniquidad!".
La iniquidad es lo opuesto a la justicia. Es hacer con Jesús lo que
algunos doctores hacían con la ley: enseñaban pero no practicaban (Mt
23,3). Pablo dirá lo mismo con otras palabras y argumentos : “Si
yo tuviera el don de profecía, conociendo las cosas secretas con toda
clase de conocimientos, y tuviera tanta fe como para trasladar los
montes, pero me faltara el amor, nada soy. Si reparto todo lo que poseo a
los pobres y si entrego hasta mi propio cuerpo, pero no por amor, sino
para recibir alabanzas, de nada me sirve” (1Cor 13,2-3).
• Mateo 7,24-27: La parábola de la casa sobre roca. Oír
y poner en práctica, ésta es la conclusión final del Sermón del Monte.
Mucha gente trataba de buscar su seguridad en los dones extraordinarios o
en las observancias. Pero la verdadera seguridad no viene del
prestigio, ni de las observancias, no viene de nada de esto. ¡Viene de
Dios! Viene del amor de Dios que nos amó primero (1Jn 4,19). Su amor por
nosotros, manifestado en Jesús, supera todo (Rom 8,38-39). Dios se
vuelve fuente de seguridad, cuando tratamos de hacer su voluntad. Ahí,
El será la roca que nos sustenta en la hora de las dificultades y de las
tormentas.
• Mateo 7,28-29: Enseñar con autoridad. El evangelista cierra el Sermón del Monte diciendo que la multitud quedó admirada de la enseñanza de Jesús, "él enseñaba con autoridad y no como los escribas".
El resultado de la enseñanza de Jesús es la conciencia más crítica de
la gente con relación a las autoridades religiosas de la época. Sus
palabras sencillas y claras brotaban de su experiencia de Dios, de su
vida entregada al Proyecto del Padre. La gente estaba admirada y
aprobaba las enseñanzas de Jesús.
• Comunidad: casa en la roca. En el libro de los Salmos, con frecuencia encontramos la expresión: “Dios es mi roca mi fortaleza… , mi escudo y mi libertador” (Sal
18,3). El es la defensa y la fuerza de los que piensan en la justicia y
la buscan (Sal 18,21.24). Las personas que confían en este Dios se
vuelvenroca para los otros.
Así el profeta Isaías dirige una invitación a los que estaban en el cautiverio: “Escúchenme
ustedes que anhelan la justicia y que buscan a Yavé. Miren la piedra de
que fueron tallados, y el corte en la roca de donde fueron sacados.
Miren a Abrahán, su padre, y a Sara, que los dio a luz” (Is
51,1-2). El profeta pide a la gente que no olvide el pasado. El pueblo
tiene que recordar como Abrahán y Sara por la fe en Dios se vuelven roca,
comienzo del pueblo de Dios. Mirando hacia esta roca, la gente cobraba
valor para luchar y salir del cautiverio.
Asimismo, Mateo exhorta a las
comunidades para que tengan como meta esa misma roca (Mt 7,24-25) y así
puedan ellas mismas ser roca para fortalecer a sus hermanos y hermanas
en la fe. Este es el sentido del nombre que Jesús dio a Pedro: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt
16,18). Esta es la vocación de las primeras comunidades, llamadas a
unirse a Jesús, la piedra viva, para volverse, ellas también, piedras
vivas por la escucha y la práctica de la Palabra (Pd 2,4-10; 2,5; Ef
2,19-22).
4) Para la reflexión personal
•
Nuestra comunidad ¿cómo trata de equilibrar oración y acción, alabanza y
práctica, hablar y hacer, enseñar y practicar? ¿Qué es lo que debe
mejorar en nuestra comunidad, para que sea roca, casa segura y acogedora
para todos?
• ¿Cuál es la roca que sustenta nuestra comunidad? ¿Cuál es punto en que Jesús insiste más?
5) Oración final
Ayúdanos, Dios salvador nuestro,
por amor de la gloria de tu nombre;
líbranos, borra nuestros pecados,
por respeto a tu nombre. (Sal 78)
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