Padre bueno que iluminas mis oscuridades. Ya es de noche y mi alma te percibe cercano y solo tengo deseos de decirte que mi corazón se llena de confianza y agradecimiento por todo lo que sin merecer recibo de tu mano generosa. De ti viene la salvación de mi alma y confío en tu poder cada día.
Guíame con tu amor en todos mis caminos, ese amor que me motiva a vivir en una continua acción de gracias porque en mis momentos difíciles me liberas de mis cargas. Regálame el ánimo para no desfallecer en este caminar y que tu providencia divina este siempre presente dándome todo lo que necesito en mi mesa y en mi hogar.
Para poder descansar tranquilo deposito en tus manos todo lo que me preocupa y en tu corazón todo lo que tengo que agradecerte. Te digo al oído: “Dios mío, te cantaré un canto nuevo y tocare para ti el arpa de diez cuerdas, para ti que das la victoria y salvas a tu siervo”.
Como Padre amoroso hazme sentir tu amor abrazándome fuerte y quedándote conmigo hasta mañana. Tú sabes que te amo con todo mi corazón. San Antonio de Padua bendice mi hogar para que nunca falte ningún alimento. Amada Madre, Virgen María de la Medalla Milagrosa cuídame en esta noche que estamos viviendo.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario