Señor, que me amas con inmensa
ternura. Te estoy esperando a esta hora de la noche.
Ante tu presencia omnipotente me veo libre de estos cansancios que llevo en mi alma y los deposito dentro de tu corazón para que la paz vuelva a mí ser.
Es tu Santo Espíritu el que me une contigo y le lleva luz a todas las sendas por donde me toca transitar aquí en la tierra.
Tú ordenas todo lo que me acontece en esta vida y es tu gracia la que penetra mi ser y hace que mis deseos, mis pensamientos y mis emociones estén de acuerdo a tu santa voluntad que es perfecta para cada uno de tus hijos.
Te digo al oído: “Eres agua de la fuente de salvación que llega a mi corazón como un dulce torrente inundándolo de paz y alegría”. Acuérdate que tenemos solo puestas las esperanzas en ti para que sanes nuestros cuerpos enfermos.
Eres compañía para los que a veces nos sentimos solos y abandonados. Eres la luz de la esperanza para los que en ciertas ocasiones pensamos que nuestra vida no tiene sentido ni futuro.
A todos nosotros, Jesús de Nazaret, regálanos esta noche la seguridad de que siempre nos acompañarás, que estarás aquí sacando adelante nuestros asuntos porque Tu jamás nos dejarás avergonzados. Necesito que me abraces y no me sueltes. Te amo.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario