Los frutos de
esta unión profunda con Jesús son maravillosos: toda nuestra persona es
trasformada por la gracia del Espíritu: alma, inteligencia, voluntad, afectos,
y también el cuerpo, porque somos unidad de espíritu y cuerpo....
...Cada uno de nosotros es un sarmiento de la única vid; y
todos juntos estamos llamados a llevar los frutos de esta pertenencia común a
Cristo y a la Iglesia....
Papa Francisco
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