*Mi Señor, déjame beber tu cáliz.* En esta noche desolada de Viernes Santo, no dormiré.
Déjame, mi Señor, estar contigo y sentirte a mi lado, secar tu rostro y decirte cuanto te amo. Compartir estos momentos de dolor, de sufrimiento y llorar. Quiero estar junto a tu cuerpo, mantenerme sereno y no dejarte abandonado.
Jesús de Nazaret, hazme comprender perfectamente el porqué de tu sacrificio, donde marcharás y a qué.
Te acompañaré. Me iré. Allí estaré, donde Tu estés. Eres Tú mi maestro. Mantendré la mirada, no negaré nada, levantaré la cruz de Tu espalda.
Hago silencio en mi interior. _*Estoy convencido de que la cruz no es el final del camino, que Tú, mi Señor, serás el vencedor de la muerte, que la última palabra la tienen el amor y la justicia.*_ Hoy, me quedo a los pies de la cruz, sosteniendo la mano de la Virgen María, mi madre.
Amén.
Oración escrita por: (MLS de G)
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