Mar铆a, criatura perfecta, es una mujer singular.
Sobre ella desciende la sombra del Esp铆ritu evocando la primera creaci贸n, “cuando el Esp铆ritu de Dios aleteaba sobre las aguas” (Gen 3, 15). Ella es la “sierva del Se帽or”, bienaventurada “porque has cre铆do que se cumplir谩n las cosas que ha dicho el Se帽or”, la humilde en quien Dios se ha fijado para realizar su misterio, “bendita entre las mujeres” a quien “todas las generaciones llamar谩n bienaventurada”.
Mar铆a se dej贸 modelar por el Esp铆ritu de Dios afirmando su “s铆” en la anunciaci贸n. El Esp铆ritu de Dios une el cielo y la tierra, lo divino y lo humano, lo temporal y lo eterno, llena la vida de los hombres con esa presencia de Dios en la Iglesia y en el coraz贸n de los justos.
Fr. Salvador Fern谩ndez, o.p.
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