1. JESÚS NO HABLA DE ESA VIDA NUEVA QUE EL
NOS TRAE
Maestro, sabemos que tú has venido de
parte de Dios para enseñar. Impresionado por las obras de Jesús, Nicodemo acude
a Él como a un Maestro, que enseña algo nuevo para esos tiempo y le pide que le
enseñe con ese título de Maestro.
Te aseguro que el que no renace de lo alto
no puede ver el Reino de Dios. Así es, renacer de lo alto, nacer a la vida del
Espíritu, nacer de nuevo razonando con el Espíritu, no con la mente cerebral,
como lo hacía hasta ese minuto Nicodemo. Jesús no habla de esa vida nueva que
Él nos trae, la de la gracia, que se expresa en las virtudes de la fe, de la
esperanza y la de la caridad.
2. HABÍA UN FARISEO LLAMADO NICODEMO
Entre el grupo de personas jerosolimitanas
vivamente impresionadas por los milagros de Cristo, con que termina el capítulo
segundo (Juan 2:23), pero con fe imperfecta, se hallaba un tal Nicodemo. Su
nombre vine del griego, estaba en uso en la época, como Andrés y
Felipe.
Nicodemo -vencedor del pueblo-, con nombre
sugestivamente simbólico, era un hombre muy importante en Israel. El
evangelista dice de él que era magistrado o príncipe de los judíos -v.1- y,
además, maestro o rabí -ν. 10.; también formaba parte del Sanedrín (Jn 7:50).
De él se hablara dos veces más en el evangelio: una defendiendo a Cristo, como
miembro del Sanedrín (Jn 7:50), y luego prestando su concurso personal para el
embalsamamiento y sepultura de Cristo (Jn 19:39.40).
Nicodemo era fariseo. Aunque en el
Sanedrín predominaban los saduceos, también se componía de algunos fariseos.
Esto da un interés especial a esta visita que hace Nicodemo. El fariseo tenía
un sentido excesivo y falso de su ortodoxia. Era un idolatra de la letra del
texto sagrado, y daba excepcional importancia a las tradiciones de los mayores.
Cristo mismo tuvo que decirles: ¿Por qué traspasáis vosotros el precepto de
Dios por vuestras tradiciones? (Mateo 15:3- 1).
Vivamente impresionado por los milagros
que Cristo hace, y que eran rubrica divina -v.2-, pero que chocaba fuertemente
con el tradicionalismo farisaico, Nicodemo quiere escuchar la doctrina de aquel
cautivante profeta.
3. FUE DE NOCHE A VER A JESÚS
Para ello viene a visitarlo por la noche.
Se sabe que no eran infrecuentes los diálogos con los rabinos por la noche. Me
inclino por pensar que Nicodemo desease una larga conversación con Cristo, y
esta fuese la hora más oportuna (Juan 1:38.39), aparte que Cristo dedicaba el
día al ministerio. Pero también podemos pensar que por todo el conjunto de ser
fariseo, doctor y miembro del Sanedrín, parece que hubiese elegido esta hora
furtivamente por precaución y timidez (Jn 19:38; cf. Jn 12:42). Lo que no debe estar
al margen del intento simbolista del evangelista es destacar esta hora de la
noche (Jn 13:30) desde la que Nicodemo viene a la enseñanza de Cristo-Luz.
Llama la atención, que el dialogo es
introducido de improviso, sin los cortesía o saludo inicial, algo que es típico
en lo preludios orientales. Pero, si se tiene en cuenta que Nicodemo era rabí,
maestro, y la estima en que se tenían a sí mismos los doctores, se puede
comprender la actitud respetuosa con que Nicodemo venía a esta visita. No venia
solo a conocer por erudición una doctrina; él estaba impresionado por los
milagros de Cristo, y que les hacía saber que venía como maestro de parte de
Dios -v.2-, quería conocer aquella doctrina así rubricada por Dios. Esto mismo
se acusa en el título que da a Cristo: Rabí -v.2-.
4. MAESTRO, SABEMOS QUE HAS VENIDO DE PARTE
DE DIOS, COMO MAESTRO
Por la forma como se expresa Nicodemo, nos
damos cuenta que viene a Cristo reflejando, además, la inquietud de otras
personas, es decir que representa a algunos más, pues le dice que sabemos que
has venido como maestro de parte de Dios y que es causa de sus
milagros. Me pregunto, ¿Quiénes son estos? Acaso fariseos de las muchas
personas que creyeron en El o un grupo de doctores o sanedritas o grupos de
gentes, que, ¿vivamente impresionados por los milagros que hacia Jesús? (Jn
2:23), y entonces deseaban conocer su doctrina, pero que tenían reparos en
venir al mismo.
Dice Nicodemo pues nadie puede hacer esos
signos que tú haces si Dios no está con él. La exposición que hace Nicodemo es
esta: confiesa que él y otros están impresionados a causa de los milagros que
hace. Por ello reconocen que viene como maestro de parte de Dios. Esa puede ser
la razón de que quieren escucharle. ¡Que hable! ¡Que enseñe su doctrina!
5. ENTRAR EN EL REINO DE DIOS
Jesús le dijo a Nicodemo: En verdad te digo
que quien no naciere de arriba no podrá entrar en el reino de Dios. Y la
enseñanza de Cristo es esta: para ver, es decir, para experimentar, para
ingresar -v.5- en el reino, es necesario nacer de arriba.
El reino de Dios o reino de los cielos
-Mt- es la frase usual en los evangelios sinópticos. Juan solo la usa aquí
-v.35-, y en forma de solo reino en otros dos pasajes (Juan 18:36.37). Para ver
este reino hace falta un nuevo nacimiento. La expresión ver tiene aquí el valor
de visión experimental, disfrute del mismo, posesión de él (Lc 2:26; Hech 2:27;
1 Pe 3:10); es decir, ingreso en el reino, como dice aquí el mismo Jn -v.5-.
Este nacimiento que hace falta tener para
el ingreso y vida en este reino ha de ser de arriba nacer de arriba, nacer de
nuevo. Ante esta afirmación de Cristo, Nicodemo, más que
sorprenderse, parece que con su pregunta busca saber más precisiones en este
punto. La frase ¿Acaso puede el hombre entrar de nuevo en el seno de su madre y
volver a nacer? no tiene un sentido irónico. Es más sutil de lo que parecería.
Nicodemo, por lo que ya sabemos no puede pensar en el absurdo de un
renacimiento humano.
6. LO QUE NACE DE LA CARNE, ES CARNE; PERO LO
QUE NACE DEL ESPÍRITU, ES ESPÍRITU.
Jesús le expresa a Nicodemo: “Quien no
naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos”. La
razón es que lo que nace de la carne, es carne; pero lo que nace del Espíritu,
es espíritu. Y la vida nueva es vida espiritual. Y la carne y la sangre no
pueden poseer el reino de Dios (1 Cor 15:50). La carne, el hombre de abajo,
está limitado a sus solas fuerzas naturales; pero este nacimiento es de tipo
superior a la carne y sangre, es nacimiento del Espíritu, que constituye a los
hombres en hijos de Dios (Jn 1:12), por lo que nacen de Dios (Jn 1:13).De aquí
la necesidad y la enseñanza terminante de nacer del Espíritu.
También Jesús se anticipa y dice: No te
maravilles porque te he dicho: Es preciso nacer de arriba ¿En qué
podía estar esta extrañeza de Nicodemo al saber que era preciso nacer de
arriba?
Nicodemo, como doctor, conocedor de las
Escrituras, sabía que las almas, como estaba anunciado por los profetas,
deberían experimentar un cambio moral, que era una regeneración (Ez 11:20). Entre
los rabinos se decía que el que salía de un vicio o había purgado ya sus
pecados era creado de nuevo, o nacido de nuevo, o regenerado, lo mismo que se
admitía este cambio en los prosélitos. Si estas expresiones no estaban ya
totalmente en uso, al menos salieron de la enseñanza rabínica tradicional. Y,
de hecho, en el Ν. Τ. aparecen expresiones equivalentes al llamar al bautizado
nueva criatura (Gal. 6:15; 2 Cor 5:17).
Por eso, esta extrañeza de Nicodemo no se
refiere a este anuncio de regeneración moral, sino o al modo del mismo -v.9-,
al ver que este renacimiento trascendía al efecto de los bautismos de el
conocidos, o al escepticismo que este anuncio causaba en aquel rabí -v.12-. ¿En
qué consistiría aquel nuevo renacimiento moral? O ¿cómo controlar la realidad
regeneradora de aquella enseñanza? ¿Podría un rabí aceptar aquel anuncio tan
vago? Nicodemo entonces debió de quedar escéptico -v.12-.
7. HAY QUE NACER DEL AGUA Y DEL ESPÍRITU.
Pero la enseñanza que aquí se hace es de
una claridad indiscutible y excepcional: la necesidad del bautismo cristiano.
El rito de las purificaciones bautismales
en el agua era algo que estaba en el medio ambiente; era cosa usual. Tal el
bautismo de Juan; las purificaciones en agua de los esenios y el mismo bautismo
que, en vida de Cristo y en su misma presencia, administraban los discípulos de
Cristo (Juan 4:1.2). Era, pues, este un rito que estaba en uso. El bautismo de
Cristo en agua, por no poder interpretarse metafóricamente a causa de la
contraposición al del Bautista, que era superficial y no purificaba el alma, y
por ser además un rito usual, el contexto lleva a hacer ver que en esta
enseñanza se trata de un verdadero rito en agua, pero que, al mismo tiempo, hay
una acción inmersiva en el Espíritu Santo.
Precisamente la fuerza de la construcción
de la frase lleva a esto mismo. Pues hay que nacer del agua y del
Espíritu. El del indica el origen de esta generación. Y puesto en principio de
la frase afecta por igual a los dos elementos, que además están unidos por la
letra y A esto se añade que a la hora de la composición del
evangelio de Jn no se podía interpretar por lectores cristianos sino del
bautismo cristiano. Esto lo sabía bien el evangelista, y, sin embargo, no lo
corrige ni lo matiza, para evitar que se lo entiendan así. Precisamente se lee
en San Pablo que Cristo nos salvó mediante el baño de la regeneración y
renovación en el Espíritu Santo (Tit 3:5; Ef 5:26; cf. Mt 28:19). Además, este
relato parece, aparte de lo histórico, que es reflejo de una catequesis
bautismal. Acaso proceda de alguna tradición (haggadah) bautismal.
8. JESÚS SANO A MUCHOS TAN SOLO POR CREER EN
EL
La impresión que me queda, es que la
conversación de Nicodemo es profundamente sincera, él está realmente
impresionado, por las obras que realiza Jesús, por ese motivo el siente la
necesidad de ir a donde Jesús, e ir como a un Maestro, que le puede enseñar
cosa nuevas, por eso le pide que le enseñe, por esa razón le da el título de
Maestro.
Jesús como verdadero Maestro, comparte sus
enseñanzas, que por medio de nuestro nacimiento natural, pertenecemos a este
mundo, y para pertenecer al otro mundo, el del Espíritu, es decir para ser
hijos de Dios y herederos de su Reino, necesitamos poseer otra vida, sobre
natural y de la gracia.
Pero también hay algo más, Jesús acogió
con amabilidad a Nicodemo, hablo largo rato con él, le dijo la cosa tal cual
son, Nicodemo creyó en El, pero no se entregó a Jesús, ¿Por el que dirán los
demás? Que a nadie le suceda esto, Jesús sano a muchos tan solo por creer en
El, así reza en muchos evangelios, “Tu fe te ha salvado”
Cristo es "nuestra paz" (Ef 2,
14), la Paz de Cristo Resucitado para todos
Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant
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