6 de enero
EPIFANÍA DEL SEÑOR *
Solemnidad
— Correspondencia a la
gracia.
— Los caminos que
conducen a Cristo.
— Renovar el espíritu
apostólico.
I. Hemos visto salir la estrella del Señor y venimos con regalos a adorarlo1.
La luz de Belén brilla
para todos los hombres y su fulgor se divisa en toda la tierra. Jesús, apenas
nacido, «comenzó a comunicar su luz y sus riquezas al mundo, trayendo tras sí
con su estrella a hombres de tan lejanas tierras»2. Epifanía significa
precisamente manifestación. En esta fiesta –una de las más antiguas– celebramos
la universalidad de la Redención, Los habitantes de Jerusalén que aquel día
vieron llegar a estos personajes por la ruta del Oriente bien podrían haber
entendido el anuncio del Profeta Isaías, que hoy leemos en la Primera lectura de la Misa: Levántate, brilla,
Jerusalén, que llega tu luz, la gloria del Señor amanece sobre ti. Mira: las
tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá
el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; y caminarán los pueblos a tu luz; los reyes,
al resplandor de tu aurora. Levanta la vista en torno, mira: todos esos se han
reunido, vienen a ti: tus hijos llegan de lejos...3.