MES DE JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS
El
Cristo es un modelo a imitar que ya hoy no se propone. Ya no se dice:
Mira a Jesús en la Cruz. Eso es como si estuviera ya lejano y desfasado.
Pero
quien mira a Cristo en la Cruz y lo imita, tendrá una gloria
sobrenatural inmensa, serán hermanos Míos, como un calco de Mí.
Yo
seré Cireneo de mis cristos terrenales, Yo Mismo llevaré junto a ellos
su cruz y, Mi Madre, al igual que a Mí, saldrá a su encuentro para darle
ánimos con su mirada.
Yo busco cristos terrenales que padezcan Mi Pasión en silencio y en amor y, son pocos los que encuentro.
Son espinas que llevo en Mi Corazón
Los
santos deberes que los sacerdotes deben cumplir, tienen que hacerlo con
dignidad y celo apostólico. Ellos deben cumplir su ministerio de tal
forma, que no produzcan escándalo en Mi fieles cristianos, porque ¡ay de
aquel que escandalizare! más le valdría no haber nacido.
Son muchos los sacerdotes negligentes y fríos en su ministerio, ni
siquiera los obispos pueden enmendarlos. Van perdiendo fe cada día y esa
falta de fe les sale al exterior a la hora de celebrar, de vestir, de
predicar, de administrar los sacramentos. Son espinas que llevo en Mi
Corazón porque quiero darles Mis gracias pero no les aprovechan, porque
están en un abandono total de oración, de sacrificio y lecturas santas.
Ellos se han mundanizado tanto que piensan, ven y sienten como las
personas del mundo y muchas cosas de la Santa Madre Iglesia, les produce
repugnancia, como el celibato o el breviario.
Hijos Míos, mis fieles rebaños, por esos sacerdotes debéis rezar como
por ninguna otra cosa. Oraciones intensas, sacrificios, Eucaristías,
porque su salvación pende de un hilo finísimo y serán pastos del
infierno, si vosotros fieles Míos y de Mi Santa Madre, no rezáis por
ellos intensamente. Ellos son de nuevo una espada en el Corazón de Mi
Madre, que sufre al ver la forma en que celebran y como Me tratan en la
Eucaristía.
Hijos Míos, rezad por ellos a San José y empeñaros en que se salven,
porque el infierno de un sacerdote es durísimo, no solo por los pecados
que cometieron, sino por el bien inmenso que dejaron de hacer y las
almas que no se salvaron por la negligencia de su ministerio. Son
muchos, muchos los que así viven. Fueron concediéndose poco a poco
ciertas libertades, fueron abandonando poco a poco la oración, los
sacramentos, la confesión y poco a poco, sin ellos darse cuenta, están
en las puertas de la apostasía total. Yo, Jesús, Sacerdote Eterno, os
hablo.
Hijos Míos, os lo pido nuevamente, cread cadenas de oraciones por ellos,
ayudadlos a no perder la fe con vuestro amor y misericordia. Quien
ayuda a un sacerdote hace un bien inmenso, porque (el sacerdote) es
pastor de otras almas. Así pues, hijos Míos, dad de comer a estas almas
pecadoras que deberían ser santas y ejemplares y son escándalo para
muchos de vosotros. Dad de comer vuestros rezos y sacrificios. Regad sus
almas secas y raquíticas con vuestras oraciones y amor a ellos, Yo,
Jesús Vuestro Redentor, os lo tendré en cuenta y bendeciré con creces
todo lo que hagáis por los sacerdotes. Incluso, sed generosos y
ofreceros como victimas por ellos, Mi Madre os lo agradecerá. Yo, Jesús,
Vuestro Salvador, os hablo. Mi paz a todo aquel que crea estos escritos
y los ponga en práctica.
JESÚS TE HABLA:
Entra
en mi Corazón y estudia el celo que le devora por la gloria de mi
Padre. Este Corazón es tuyo, busca en Él cuanto necesites, consúmete
dentro de Él, ofrece al Padre Celestial este Corazón, esta Sangre
divina. No vivas más que de esa vida que es vida de amor.
Acepta
generosamente todos los sufrimientos que mi amor te envía para
ofrecerlos a mi Padre Celestial. Deja que tu alma se abrase en deseos de
consolar a un Dios ultrajado y toma mis méritos para reparar tantos
pecados.
TU ALMA RESPONDE A JESÚS:
Corazón de mi Amado Jesús:
Preséntame al Padre Celestial como una víctima muy pequeña pero cubierta con la sangre de tu Corazón.
Permíteme que repita contigo:
Padre Eterno, recibid la sangre de vuestro Hijo, tomad sus llagas, tomd
su Corazón, mirad su cabeza traspasada de espinas. No permitáis una vez
más que esta Sangre sea inútil. Mirad la sed que tengo de daros almas...
Padre mío, no permitáis que estas almas se pierdan... Salvadlas para
que os glorifiquen eternamente.
FUENTE:http://dadmedebeber.blogspot.com/
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