Señor, muchas de las realidades de la vida dependen de la actitud con la que las enfrento.
Quiero saber decidir sobre mis asuntos, hacer lo que más me conviene para la salvación de mi alma.
Necesito que hoy me des la luz de tu Espíritu Santo para que sea Él quien me guíe para actuar de manera correcta.
Quiero ser sanado por tu amor, levantarme enseguida, seguir luchando y ponerme al servicio de los más débiles.
Tú me invitas a trabajar por tu reino. Ven Jesús, pon tu mano sobre mí, sana mi soberbia, mi egoísmo, mi indiferencia y haz que sigas tus pasos de manera fiel y comprometida con tu Palabra.
No mantenerme en los errores de mi pasado, y por medio de tu luz recobro mis fuerzas para construir un mejor futuro para mí y los míos.
Dame tu bendición siempre, contigo a mi lado estoy seguro de que todo saldrá bien.
No hay enfermedad que se resista a tu Palabra, ni mal que pueda soportar el poder de tu inmenso amor.
Amén
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