DOMINGO DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
- DECENARIO DEL ESPÍRITU SANTO – CUARTO DÍA
Textos bíblico-litúrgicos.
- Entrada: Hch 1,11;
1era lectura: Hch 1, 1-11;
Salmo: 46, 2-3.6-9;
2da. Lectura: Ef 1, 17-23;
Aleluya: Mt 28, 19-20;
Evangelio Mc 16, 15-20;
Comunión: Mt 28, 20.
TEXTO ILUMINADOR
Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo -por pura gracia estáis salvados-, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él (Ef 2, 4-6).
DECENARIO AL ESPÍRITU SANTO
ORACIÓN PREPARATORIA
Oh Dios que, por el misterio de Pentecostés, santificas a tu Iglesia, extendida por todas las naciones, derrama los dones de tu Espíritu sobre todos los confines de la tierra y no dejes de realizar hoy, en el corazón de tus fieles, aquellas mismas maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica.- Por Jesucristo nuestro Señor.
DÍA CUARTO
Ser sensibles a lo que el Espíritu divino promueve a nuestro alrededor y en nosotros mismos: a los carismas que distribuye, a los movimientos e instituciones que suscita, a los efectos y decisiones que hace nacer en nuestro corazón.
El Espíritu Santo realiza en el mundo las obras de Dios. Es, como dice el himno litúrgico, dador de las gracias, luz de los corazones, dulce huésped del alma, descanso en el trabajo, consuelo en el llanto.
Sin su ayuda nada hay en el hombre que sea inocente y valioso, porque es él quien lava lo manchado, quien cura lo enfermo, quien enciende lo que está frío, quien endereza lo extraviado o torcido, quien conduce a los hombres hacia el puerto de la salvación y del gozo eterno.
Señor Jesús, que, elevado en la cruz, hiciste que manaran torrentes de agua viva de tu costado, envíanos tu Espíritu Santo, fuente de vida.
ORACIÓN FINAL
Ven, Espíritu Santo, llena nuestros corazones y enciéndelos con el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y serán creados; y renovarás la faz de la tierra.
Quema, Señor, con el fuego del Espíritu Santo nuestras entrañas y nuestro corazón, para que te sirvamos con cuerpo limpio y con un corazón puro te agrademos.
Te pedimos, Señor, que inspires nuestras acciones, las prevengas y las acompañes con tu auxilio, para que todos nuestros deseos, pensamientos y trabajos comiencen siempre en ti, como en su fuente, y tiendan siempre a ti, como a su fin.
Por Jesucristo nuestro Señor.- Amén.
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