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Espero que os sirva de ayuda y comenteis si os parece bien...


Gracias


Maria Beatriz.



SI AL CRUCIFIJO Tu quita un Crucifijo y nosotros pondremos mil

En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados

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NOTICIAS SOBRE S.S. FRANCISCO

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Hemos vuelto

Queridos hermanos en Cristo. Tras algunos años de ausencia por motivos personales. A día de hoy 24 de Marzo del 2023, con la ayuda de Dios Nuestro Señor retomamos el camino que empezamos hace ya algún tiempo. Poco a poco nos iremos poniendo al día, y trataremos de volver a ganarnos vuestra confianza.

Gracias de antemano y tenednos paciencia.
Dios os guarde a todos y muchas gracias a los que a pesar de todo habéis permanecido fieles a este blog, que con tanto cariño y tanta ilusión comenzó su andadura allá por el año 2009

Dios os bendiga y os guarde a todos.

CAMINATA DE LA ENCARNACIÓN

7 de septiembre de 2014

La Palabra de Dios diaria: Domingo XXIII del Tiempo Ordinario, Ciclo A



Santos: Regina de Francia, mártir; Juan de Lodi, obispo. Beato Juan Bautista Mazzuconi. Mártir. (Verde)

LES DARÁS LA ALARMA
Ez 33,7-9; Rm 13,8-10; Mt 18,15-20
El profeta Ezequiel conocía la función del vigilante o atalaya, éste debía estar atento a las señales que aparecieran en el horizonte, para comunicarlas de forma oportuna, alertando al pueblo del peligro de posibles amenazas militares. Ezequiel no necesitaba levantar una torre en el Monte de los Olivos para desentrañar las señales de peligro que amenazaban al pueblo. Bastaba mirarlo con atención y advertir si vivía conforme a la voluntad de Dios o no. Como profeta que era, tenía una mirada diestra para leer los entretelones de la convivencia cotidiana y descubrir qué valores movían a sus contemporáneos. El Evangelio de san Mateo anima a los discípulos a establecer mecanismos eficaces para alcanzar la reconciliación. En las primeras comunidades cristianas los conflictos eran tan comunes como lo son en las nuestras. La condición humana es la misma hoy y siempre. El diálogo y la palabra son las herramientas que pueden aproximar a las personas. La fuerza y la presión solamente agudizan los conflictos.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 118, 137. 124)
Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos; muéstrate bondadoso con tu siervo.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, de quien nos viene la redención y a quien debemos la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, para que todos los que creemos en Cristo obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA
Si no amonestas al malvado, te pediré cuentas de su vida.

Del libro del profeta Ezequiel: 33, 7-9
Esto dice el Señor: "A ti, hijo de hombre, te he constituido centinela para la casa de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, tú se la comunicarás de mi parte.
Si yo pronuncio sentencia de muerte contra un hombre, porque es malvado, y tú no lo amonestas para que se aparte del mal camino, el malvado morirá por su culpa, pero yo te pediré a ti cuentas de su vida.
En cambio, si tú lo amonestas para que deje su mal camino y él no lo deja, morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

COMENTARIO
El profeta Ezequiel anuncia lo que leeremos en el evangelio de hoy: advertir, corregir y no condenar... Ayudar a salvar la vida del hermano es la tarea primera. Sólo por consecuencia, un modo también de protegernos a nosotros mismos.
Del salmo 94 R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a Él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues Él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, Él nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras". R/.
Cumplir perfectamente la ley consiste en amar.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 13, 8-10
Hermanos: No tengan con nadie otra deuda que la del amor mutuo, porque el que ama al prójimo, ha cumplido ya toda la ley. En efecto, los mandamientos que ordenan: "No cometerás adulterio, no robarás, no matarás, no darás falso testimonio, no codiciarás" y todos los otros, se resumen en éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo", pues quien ama a su prójimo no le causa daño a nadie. Así pues, cumplir perfectamente la ley consiste en amar. 
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

COMENTARIO
Toda norma queda condicionada frente a la ley del amor. En este mundo globalizado y competitivo: ¿cuántas deudas hay porque se olvida vivir la esencia del amor? Mirando la primera lectura y el evangelio de este domingo, ya la luz de esta carta a los romanos, subrayemos al perdón como el gesto más grande del amor cristiano.

ACLAMACIÓN (2 Co 5, 19) R/. Aleluya, aleluya.
Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R/.

Si tu hermano te escucha, lo habrás salvado.

Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.
Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.
Yo les aseguro también, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:
El texto del Evangelio, tomado del capítulo 18 de san Mateo, dedicado a la vida de la comunidad cristiana, nos dice que el amor fraterno comporta también un sentido de responsabilidad recíproca, por lo cual, si mi hermano comete una falta contra mí, yo debo actuar con caridad hacia él y, ante todo, hablar con él personalmente, haciéndole presente que aquello que ha dicho o hecho no está bien.

Esta forma de actuar se llama corrección fraterna: no es una reacción a una ofensa recibida, sino que está animada por el amor al hermano.

Comenta san Agustín: «Quien te ha ofendido, ofendiéndote, ha inferido a sí mismo una grave herida, ¿y tú no te preocupas de la herida de tu hermano? … Tú debes olvidar la ofensa recibida, no la herida de tu hermano» (Discursos 82, 7).

¿Y si el hermano no me escucha? Jesús en el Evangelio de hoy indica una gradualidad: ante todo vuelve a hablarle junto a dos o tres personas, para ayudarle mejor a darse cuenta de lo que ha hecho; si, a pesar de esto, él rechaza la observación, es necesario decirlo a la 
comunidad; y si tampoco escucha a la comunidad, es preciso hacerle notar el distanciamiento que él mismo ha provocado, separándose de la comunión de la Iglesia.

Todo esto indica que existe una corresponsabilidad en el camino de la vida cristiana: cada uno, consciente de sus propios límites y defectos, está llamado a acoger la corrección fraterna y ayudar a los demás con este servicio particular.

Otro fruto de la caridad en la comunidad es la oración en común. Dice Jesús: «Si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en el cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18, 19-20).

La oración personal es ciertamente importante, es más, indispensable, pero el Señor asegura su presencia a la comunidad que —incluso siendo muy pequeña— es unida y unánime, porque ella refleja la realidad misma de Dios uno y trino, perfecta comunión de amor.
Dice Orígenes que «debemos ejercitarnos en esta sinfonía» (Comentario al Evangelio de Mateo 14, 1), es decir en esta concordia dentro de la comunidad cristiana.

Debemos ejercitarnos tanto en la corrección fraterna, que requiere mucha humildad y sencillez de corazón, como en la oración, para que suba a Dios desde una comunidad verdaderamente unida en Cristo.

Pidamos todo esto por intercesión de María santísima, Madre de la Iglesia, y de san Gregorio Magno, Papa y doctor, que ayer hemos recordado en la liturgia.

Se dice Credo

PLEGARIA UNIVERSAL
Formando comunidad, oremos unidos a Dios, nuestro Padre.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
Por todos los cristianos. Que aprendamos a amar como Dios mismo nos ha amado. Oremos.
Por nuestra comunidad. Que sepamos acoger a todos aquellos que se sienten lejos de la Iglesia y aprendamos a vivir llenos de confianza, de esperanza y comprometidos con los más débiles. Oremos.
Por nuestra sociedad. Que las relaciones entre las personas se basen en la fraternidad, el respeto y la comprensión. Oremos.
Por la paz en nuestra patria. Que todos unamos nuestros esfuerzos en favor de la justicia y una paz verdaderas. Oremos.
Por todas las personas que se ven obligadas a emigrar a otro país. Que encuentren trabajo, se sientan bienvenidas y puedan vivir con dignidad junto a sus familias. Oremos.
Por todos nosotros. Que sepamos valorar lo que hay de positivo en las personas con las que tenemos problemas o nos sentimos en conflicto. Oremos. 
Escucha, Padre, nuestra oración, y haz de tu Iglesia un hogar de confianza y de amor mutuo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, fuente de toda devoción sincera y de la paz, concédenos honrar de tal manera, con estos dones, tu majestad, que, al participar en estos santos misterios, todos quedemos unidos en un mismo sentir. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Sal 41, 2-3)
Como la cierva busca el agua de las fuentes, así, sedienta, mi alma te busca a ti, Dios mío. Mi alma tiene sed del Dios vivo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor, a tus fieles, a quienes alimentas y vivificas con tu palabra y el sacramento del cielo, aprovechar de tal manera tan grandes dones de tu Hijo amado, que merezcamos ser siempre partícipes de su vida. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Si damos una mirada autocrítica a nuestra sociedad, y nos incluimos como parte sustancial del problema a analizar, encontraremos hallazgos sorprendentes y dolorosos. Somos un país que experimenta grandes dificultades para resolver los conflictos. Las descalificaciones verbales, los enfrentamientos violentos de un bando contra otro, han sido la constante no solo en los meses recientes, sino a lo largo de nuestra historia. Escucharnos civilizadamente, deliberar en un clima de civilidad y sin descalificamos es algo que se nos complica. Los calificativos y las etiquetas sólo ahondan la disolución social existente. No alcanzamos a construir una verdadera plataforma común donde nos reconozcamos como parte de un nosotros. La espiritualidad del perdón y la reconciliación, que es parte de la herencia cristiana, podrá ser el aporte que como ciudadanos cristianos, tendremos que darle a la sociedad. Es una manera concreta de vivir como constructores de la paz.

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