Significa la “preeminencia en la santidad”. Nos
explicamos: San Juan Crisóstomo dice en un texto que el rey Saúl sobresalía entre
los demás por su buena estatura.
Este texto fue utilizado posteriormente como metáfora
para decir que el obispo debe sobresalir de entre los demás en la santidad. Así
como al vestir la mitra se realza la altura entre la multitud, debe ocurrir lo
mismo en la santidad.
El ritual de la ordenación es suficientemente explícito
cuando dice al nuevo obispo, en el momento en que se le impone la mitra:
“Brille en ti el resplandor de la santidad, para que, cuando aparezca el
Príncipe de los pastores, merezcas la corona de gloria que no se marchita”.
Tengamos en cuenta que la autoridad en la Iglesia no está
ligada infaliblemente a la santidad.
Una cosa es tener la máxima autoridad en la Iglesia y
otra cosa es ser santo.
La Iglesia le recuerda al obispo que la auténtica corona
no es la de los reyes, que simboliza el poder en este mundo, sino la corona de
santidad. Por lo tanto, la mitra es un recuerdo de que la autoridad y la
santidad se funden en el ministerio episcopal. De hecho, en Cristo, autoridad y
santidad eran una sola cosa. La mitra, por lo tanto, es un referente para que
valoremos la santidad sobre todo. Es como una flecha que apunta al Cielo.
Es el ornamento usado por el Papa, los Obispos y Abates
de la Iglesia.
Fotografía: Mitra del Papa León XIII
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