MONICIÓN DE ENTRADA
Hermanos y hermanas recibir nuestra más cordial bienvenida
a la Eucaristía. En este domingo del 29 de junio, festividad de San Pedro
y de San Pablo –y en su correspondiente sábado de vísperas-- celebramos
litúrgicamente la Solemnidad de los dos Apóstoles, en lugar del formulario del
Domingo XIII del Tiempo Ordinario. Hace ahora seis años, el antecesor de
Francisco, el Papa Benedicto, decidió dar prelación a la fiesta de los dos
grandes santos sobre el domingo como pórtico del aquel Año Paulino que tuvo lugar
desde el 29 de junio de 2008 hasta la misma fecha de 2009. Hoy la tradición
continúa y festejamos con fe y alegría a esos dos grandes santos de la Iglesia
de Dios.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- En el fragmento del Libro de los Hechos de los Apóstoles que
escucharemos a continuación se nos narra como Pedro es salvado de la prisión de
Herodes por medio de un ángel. Mientras tanto la Iglesia “oraba
insistentemente” a Dios para obtener su liberación. La Iglesia sigue orando por
el Pontífice de Roma para que Dios le ayude en su misión.
S.- El Salmo 33 es uno de los más hermosos del Salterio. Recomienda a los que
sufren de angustia –y hoy eso es frecuente—que le pidan a Dios que les borre su
sufrimiento. El salmista reconoce que tras implorar la ayuda divina, el Señor
le libró de todas sus ansias.
2.- Un fragmento de la Carta a Timoteo es nuestra segunda lectura de hoy. San
Pablo escribe a Timoteo su testamento espiritual. El mismo apóstol dice que
está a punto de ser sacrificado y que espera la salvación de Dios.
3.- En el relato del Evangelio de San Mateo vamos a asistir, por parte de
Jesús, a la elección y consagración del primer Papa de la Iglesia, del Apóstol
Pedro. Y le confiere además todo el poder decisión en el cielo y en la tierra:
las llaves del Reino de los Cielos.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Mas vibrante que nunca la oración de esta semana del
padre Leoz, para estos momentos finales de nuestra eucaristía.
COMO PEDRO, COMO PABLO
Como Pedro
confieso tu nombre, Señor
Como Pablo
confío y me fío de Ti, Señor
Como Pedro
te negaré y necesitaré de tu perdón
Como Pablo
caeré de mi orgullo y de mi soberbia
Como Pedro
sentiré hundirme en las aguas del miedo
Como Pablo
diré que “el amor nunca pasa”
Como Pedro
sabré que mi oro vale poco o nada
pero te daré lo que tengo
Como Pablo
haré de mi vida una gran aventura
¡Gracias, Señor!
¡Gracias por estas dos piedras!
¡Gracias por estas dos columnas!
¡Gracias por estas dos personas!
¡Gracias por ser como fueron!
¡Gracias por lo que nos dejaron!
¡Gracias por sus vidas!
¡Gracias por su ejemplo!
¡Gracias por su testimonio!
Amén
Exhortación de despedida
Pedro y Pablo fueron dos grandes pilares en el
crecimiento primero de nuestra Iglesia. Meditemos hoy sobre sus vidas y sobre
sus escritos. Ellos nos pueden ayudar a partir de ahora a mejorar nuestra fe.
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