LA IGLESIA

 

Iglesia somos todos los bautizados. Somos los “colaboradores de Dios" somos el Pueblo de Dios reunido para compartir su Fe y escuchar la Palabra; con la misión de hacer presente el Reino de Dios en la tierra; Reino que ha comenzado ya gracias a nuestro ejemplo de vida y a nuestro testimonio de verdad, justicia, paz, libertad, amor y fraternidad.

 

Cuando Jesús subió al cielo, los Apóstoles, junto con María, que fueron los testigos de la presencia física de Jesús en el mundo, recibieron el Espíritu Santo (Hch2,4) ; llenos del Espíritu comenzaron a predicar el Evangelio y formaron las primeras Comunidades y se extendieron por todo el mundo, como el propio Jesús les había mandado.

 

Desde entonces los que creemos en Cristo y hemos recibido el Bautismo, hemos sido llamados para continuar aquella misión de los primeros cristianos, seguidores de Jesús, con la luz y fuerza del Espíritu Santo y bajo la guía de nuestros Pastores, sucesores de los Apóstoles.

 

La Buena Noticia que nos trae Jesús debe ser compartida por todos. Todos somos hermanos. Todos tenemos un mismo Padre. Compartimos la misma misión y el mismo proyecto evangelizador. La verdadera Fe nunca es algo individual, es un ejercicio personal y comunitario. Nadie puede ser seguidor de Jesús si va por libre, al margen de los demás.

 

Iglesia no es la jerarquía, ni los presbíteros,  ni los frailes, ni las monjas. Iglesia también somos nosotros. Iglesia es nuestra Cofradía /Hermandad. Iglesia eres tú que me lees; todos navegamos en la misma barca y, aunque el Capitán es el Espíritu Santo, todos somos responsables.Aquí nadie puede ser espectador, nadie puede lavarse las manos. Todos tenemos que ser constructores de nuestra Iglesia: tenemos que observarla, sentir sus triunfos y sus fracasos, saber que la Iglesia es santa y pecadora, santa porque es el Espíritu Santo el que la dirige y es santo y pecadora porque está gobernada por hombres y los hombres y las mujeres somos pecadores y cometemos errores; pero a pesar de todo, la Iglesia es inamovible y las fuerzas del mal jamás prevalecerán contra ella. Todos estamos invitados a realizar la misión de Jesús y a trabajar por su florecimiento.

 

No podemos ir por libre, tenemos que trabajar en grupo, lo mismo que en una Cofradía/ Hermandad,  los   Cofrades no van por donde quieren, sino que se mueven en el lugar que cada uno tiene asignado. Seguimos, pues, el ejemplo de Jesús que se reunió con los Apóstoles para convivir con ellos y constituir así la primera Comunidad.

 

La Iglesia, formada por hombres y mujeres susceptibles de cometer fallos, debe dejarse revisar constantemente  por Jesús y su Evangelio. No puede obedecerse a sí misma, ni a sus tradiciones, tiene que obedecer a Dios. Y, aunque es comunidad de iguales y hermanos, dentro de ella existen distintas funciones y distintos ministerios.

 

Unos pueden, y deben realizar una tarea y otros podemos y debemos realizar otra; pero todos somos colaboradores en la misión fundamental: anunciar y vivir el Reino de Dios que es dar testimonio con nuestra vida, vida de justicia, de paz, de respeto y amor a los demás y para esto, la forma más sencilla que tenemos de Comunidad es la Parroquia que es el lugar en el que encontramos todo lo que necesitamos para vivir una vida cristiana plena, empapados en el agua del Espíritu. ¡Alabado sea Jesucristo!.  

 

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