Su mandato es vida eterna
…yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna.
Reflexión: Juan 12,44-50
La Palabra del Señor contiene una riqueza y una sabiduría incomparables. Juan el evangelista, cuyo texto ha escogido hoy la Iglesia nos presenta esta Palabra de un modo extraordinario, dificultándonos la selección de una frase o un solo versículo para centrar nuestra reflexión. Sin embargo y sin descartar nada queremos quedarnos con la idea de aquello que Dios Padre pone a nuestro alcance: la Vida Eterna. Pero agrega “Su mandato…” Quiere decir que el que hace lo que Dios Padre nos manda, alcanza la Vida Eterna. Su mandato ES Vida Eterna. Vida Eterna para quien lo cumple. Así Él lo ha dispuesto y así será. ¿Creemos o no? Si creemos, lo lógico será que cumplamos y si cumplimos la alcanzaremos.
Esta es la Buena Noticia. Esto es lo que todo el mundo debe saber. Esta es la Puerta. Este es el Camino. Si lo seguimos, ya sabemos a dónde nos conduce. La promesa está ahí, al alcance de todo aquel que la quiera alcanzar. Y este mensaje tiene que ver con Jesucristo, porque es Él quien nos lo trae, quien nos lo da a conocer claramente. Esa es Su Misión. Desde esta perspectiva podemos entender Su afirmación, que Él no juzga, porque no ha venido a juzgar al mundo, sino a Salvarlo. Esto es lo que debemos entender para no dejarnos confundir. Jesucristo ha venido enviado por el Padre a Salvarnos, no a juzgarnos y mucho menos a condenarnos. ¡La noticia es excelente! ¡Ha de ser la mejor noticia que podríamos oír! ¡Esta es la Buena Nueva!
¿Quiere decir que nadie se pierde, que nadie se condena? ¡No! Quiere decir que hay que hacer lo que Dios nos manda, porque en el cumplimiento de este mandato está la Vida Eterna. ¿Quiere decir que quien no cumple Su mandato se condena y se pierde? ¡Sí! ¿Por qué? Porque es necedad no hacer lo que uno debe hacer. Si estás dando una prueba de matemáticas, en lo que eres malo y viene Einstein y te dice cómo hacerlo, ¿te negarías a hacer lo que te manda? Si lo haces, es decir si te niegas a aceptar su consejo, ¿no serías un necio? Y si entonces desapruebas el examen ¿de quién sería la culpa? Solamente tuya ¿no es verdad?
…yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna.
En este caso hipotético y ficticio, si conociendo a Einstein no le hago caso, ¿no estaría emitiendo un juicio? ¡Claro! Estaría juzgando a Einstein y decidiendo que –por los motivos que fueran- su opinión, sus consejos o disposiciones no me interesan, no me importan o no las creo. ¿De quién es el juicio? Mío y solo mío. Al finalizar la prueba y viendo los malos resultados sentiría que no haber oído y hecho caso a las palabras de Einstein fue lo que me condenó, pero en realidad fue mi decisión.
Eso mismo es lo que de algún modo nos dice hoy Jesús. Él no ha venido por Su cuenta, sino que es el Padre el que lo ha enviado PARA SALVARNOS. Siendo Dios, sabe lo que nos conviene y domina TODO mucho mejor que Einstein la física o las matemáticas (obvio). Por lo tanto, cuando nos señala lo que debemos hacer, lo hace imperativamente, es decir, mandándonos. ¿Por qué? Porque Él no tiene ninguna duda respecto a lo que nos conviene y lo que es correcto. Por eso Sus Palabras son de Vida Eterna. Lo que Él dice, es; no admite discusión. Si no somos necios, lo que nos corresponde es acatar.
¿Creemos en Jesús? ¿Sí? Entonces creemos en Dios Padre, porque es Él quien lo ha enviado. Es más, si conocemos a Jesucristo, como Él mismo nos lo revela, conocemos a Dios, porque Jesús no hace nada, ni dice nada, que o haya sido aprobado por el Padre. Él es la Luz que ha venido al mundo a Salvarnos, por Voluntad del Padre. ¡Hagamos lo que nos manda y alcanzaremos la Vida Eterna! ¿Y qué nos manda? Es tan poco, que entra en un twitt, pero tan determinante que vale la Vida Eterna: Amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.
Padre Santo, danos la Gracia de hacer cada segundo lo que nos mandas, por Jesucristo nuestro Señor,
Amén.
…yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna.
roguemos.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario