"El día que fui enojado a Misa"
● Ese domingo me había despertado muy contento a celebrar en la Parroquia,
prácticamente salté de la cama para arreglarme y llegar temprano a mi cita con
el Señor y su pueblo...
● La Eucaristía fue muy bonita y terminando una señoras me dijeron: “Padre,
¿nos puede confesar?”, eran solamente tres así que acepté… pero entonces
comenzaron a llegar más y más y todavía más, sin decirles cuántas personas para
que no me digan exagerado, pero me levanté tres horas después, con hambre, sed
y ganas de irme a descansar un ratito...
● Iba ya muy contento de regreso al Seminario y salió a mi encuentro una señora
que me preguntó:
“¿Usted es el Padre verdad?..
● Mi papá murió ayer y lo van a enterrar hoy y no he podido encontrar un
Sacerdote ”...
● Interiormente pensé: “Señor, sí que quieres que trabaje en tu nombre hoy, te
pido sólo que le des paz a mi estómago”...
● Celebré la Eucaristía de don Carlos, en paz descanse, y decidí irme en taxi a
mi casa para desayunar y recostarme un poco… aunque parece que no es cansador
celebrar dos Misas y confesar tres horas con el estómago vacío no es tan fácil
como parece...
● Así que rápidamente y con la ilusión de un niño me disponía a comerme un
sandwich… y como en cámara lenta llega un hermano y me dice: “Te buscan, el
Párroco se enfermó y no hay quien celebre Misa de una…”
● De inmediato salió mi humana debilidad y brilló dentro de mí un reclamo a
Dios: “Pero Señor estás viendo que todavía ni desayuno… Con gusto voy pero
después, dame un poco de tiempo… o mejor aún manda a otro Sacerdote ”...
● No deja de sorprenderme como es Dios porque acabando de reclamarle escuché
claramente que me decía: “El día de tu Ordenación me dijiste que te entregarías
completamente a Mí y a mi pueblo… además ve a esta Misa, te tengo una
sorpresa”...
● Le mordí rápido a mi sandwich y fui a Misa francamente enojado, me puse en
camino más por obligación que por ganas...
● Pero en cuánto entré a la Sacristía y me revestía mi enojo comenzó a bajar,
se acercaron unos esposos a decirme: “Padre, nuestra hija se intentó quitar la
vida hace un mes y hemos logrado que venga a Misa, póngala en sus intenciones
por favor”...
-Así que ésta era la sorpresa, Dios me había enviado a esta misa para que le
hablara a esta hija suya que estaba en tanta necesidad-. Y es que siendo
Sacerdote te das cuenta de que las casualidades no existen, Dios mismo es el
que nos pone en camino, era maravilloso porque el Evangelio de ese día era
justo para esta muchacha: “Vengan a mí todos los que están afligidos y
agobiados, y yo los aliviaré”...
● Salí a la Eucaristía convencido de que era Dios quien me había puesto allí;
antes de comenzar le pedí ante el Sagrario que fuera Él mismo el que hablara no
yo, le recordé que tenía hambre y estaba un poco enojado… La Celebración estuvo
llena de unción, estoy convencido de que fue Jesús mismo el que la guió, no sé
cómo explicarlo, soy muy deficiente hilando ideas, pero la homilía de ese día
salió de Dios mismo, hasta el día de hoy no me explicó lo que pasó, las
palabras de Jesús eran confortación, caricia, fortaleza, ánimo…
● Al terminar la Santa Misa se acercaron de nuevo los esposos, esta vez con la
joven llorando y abrazándome:
“Padre, me hacía tanta falta escuchar todo lo que ha dicho, necesito tanto de
la ayuda de Dios, me he alejado tanto de Él, ahora sólo quiero estar delante de
Él y pedirle que me ame y me ayude a seguir adelante...”
● Cuándo la joven me abrazó escuche el susurro de Dios: “Te necesitaba en ésta
Eucaristía , por eso hice que vinieras, no lo pude haber hecho sin ti”...
● Me encanta el buen Jesús y cómo se las ingenia para llegar a donde lo
necesitan, la joven que intentó suicidarse ahora es la más puntual en Misa de
una, Dios cambió su vida. Y desde ese día cada que me siento cansado o enojado
por el exceso de trabajo pienso: “Anda, dale, ve a Misa y vívela como tu
primera y última Misa, Dios te necesita”, -Y parece que Dios me contesta: Tranquilo,
ve, Yo celebraré en tú lugar, préstame sólo tus manos y tu boca...”
● Te pido una Oración especial por el Sacerdote de tu Parroquia, seguramente
El también irá enojado y sin desayunar a Misa alguna vez...
por: el padre Sergio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario