Moniciones
MONICIÓN DE ENTRADA
Dentro
de unos instantes vamos a recibir en silencio al sacerdote, pero antes
queremos decirles que vamos a celebrar sobre todo el Amor de Dios en la
forma de la Institución de la Eucaristía. Y el amor de Cristo por todos
sus discípulos –los de antes y los de ahora—a quienes les lava los pies.
Hoy en todas las iglesias del mundo se repetirá estas muestras del amor
de Dios a sus criaturas. Abramos, pues, nuestros corazones al amor,
dejemos nuestras diferencias y comencemos a seguir al Señor Jesús en
estos días fundamentales para nuestra Fe. Como nos disponemos a recibir
al representante del Señor, nos ponemos de pie.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- La
primera lectura esta sacada del Libro del Éxodo nos habla de las
prescripciones que Moisés dio a los judíos para celebrar la Cena Pascual
y donde se da especial importancia a la “Víctima sin mancha”. Y así
Moisés profetiza sobre Jesús. Escuchemos.
2.- El
breve texto de la Carta de la Carta de San Pablo a los Corintios –que
es nuestra segunda lectura—contiene el texto más antiguo sobre la
institución de la Sagrada Eucaristía. Y sus palabras son hoy parte del
rito de la Consagración. Importante texto que hemos de escuchar con
especial atención y recogimiento. Escuchemos con atención.
3.- Jesús,
según narra el Evangelio de Juan, en la escena del lavatorio de los
pies lo que hace es ofrecer amor sin límite y quiere decirnos algo nuevo
a nosotros que nos hemos reunido con Él para celebrar la pascua.
“Mirad, yo no sólo vine para dar pan a los hambrientos, he venido a ser
pan para todos; por eso quiero hacerme pan, para entrar en cada uno de
vosotros a daros fuerza para que no os desborde lo que vendrá mañana. Al
mundo de hoy todo esto le resulta difícil entenderlo, pero sólo éste es
el verdadero amor. Para amar en serio hay que despreciar los puestos de
honor, hay que doblar las rodillas para servir, hay que levantar las
manos para dar. “Sabed que Yo os he amado hasta el extremo. Haced
vosotros lo mismo”. Dispongamos con atención a escuchar el Santo
Evangelio.
MONICIÓN ANTES DEL LAVATORIO
La
narración del Evangelio, que acabamos de escuchar, nos lo muestra bien
claro. Jesús, adoptando un papel de esclavo –sólo estos lavaban los pies
a los hombres libres—les muestra su amor y les da ejemplo a los
discípulos lavándoles los pies. Todos hemos de servir a los hermanos y
no esperar ser servidos. Profundicemos, con emoción, en este misterio de
amor que Cristo nos mostró hace mas de dos mil años. Y veamos, hoy, en
el sacerdote que lava los pies a nuestros hermanos un continuador
humilde de la gran lección del Salvador.
MONICIÓN PARA LA RESERVA Y PROCESIÓN AL MONUMENTO
Con
la gran emoción que hemos sentido en todos los actos de esta
celebración, vamos a acompañar en procesión, al Sacramento del Amor, al
Cuerpo de Cristo, que se reserva, para la comunión de mañana, en el
Monumento que hemos preparado. Y si hoy hemos visto el amor de Jesús en
dos signos maravillosos, mañana asistiremos a la consumación suprema de
su amor con la entrega a la muerte y una muerte de Cruz. Preparemos
nuestro ánimo para la celebración de mañana, Viernes Santo, testimonio
de la entrega total de Jesús de Nazaret por nuestra salvación
EXHORTACIÓN DE DESPEDIDA
Hemos
iniciado el Triduo Pascual. Nos acercamos a la muerte del Señor y a su
gloriosa resurrección. Son horas de enorme intensidad. Tengamos el ánimo
dispuesto para seguir celebrando los misterios de nuestra fe. No
cerremos nuestro corazón cuando, ahora, salgamos del templo. Meditemos
en nuestras casas todo lo que hemos vivido hoy aquí.
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