Como están los ojos de los esclavos, fijos en las manos de sus señores, así́ están nuestros ojos fijos en el Señor, Dios nuestro, esperando su misericordia. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad.
Conviértenos, Dios, Salvador nuestro, y para que nos sean provechosas las practicas cuaresmales, ilumina nuestro espíritu con la sabiduría del cielo; por nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos,
Amén…
No hay comentarios:
Publicar un comentario