Lc 4, 31-37
1. TODOS
ESTABAN ASOMBRADOS DE SUS ENSEÑANZAS
Jesús, luego de no ser aceptado por sus coterráneos de la sinagoga de
Nazaret, y del intento de precipitarlo por un barranco, todo esto como
consecuencia de haber propuestos el perdón de Dios, no solo a los judíos, sino
también a los paganos, enemigos tradicionales del pueblo de Dios, predica esta
vez en la sinagoga de Cafarnaún. Esta situada algo más al oriente, pero
siempre en Galilea. En este lugar enseñaba los sábados.
Todos estaban asombrados de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad.
Jesús nuevamente sorprende a los asistentes de la sinagoga, donde la gente
acude para oír la palabra de Dios y sentirse liberados de toda clase de
esclavitud. En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu
de un demonio impuro, esto es, se encuentra nada menos que un hombre
esclavizado por el demonio. Podemos decir también que es un hombre poseído por
un conjunto de ideas o valores que caracterizan una forma de pensar o que marca
una línea de actuación ideológica que le enajena completamente la libertad y lo
hace hablar como instrumento de otros. Este hombre, sorprendentemente, habla en
plural y comenzó a gritar con fuerza: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús
Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de
Dios"
2. “YA
SÉ QUIÉN ERES: EL SANTO DE DIOS”
Para este endemoniado, como para otros presentes que comparten su idea,
Jesús no ha venido a liberarlos, sino a destruirlos, es así como le preguntan
¿Has venido para acabar con nosotros?. Este hombre con el espíritu inmundo
sabe que Jesús es el Mesías, el Consagrado de Dios, “Ya sé quién eres: el Santo
de Dios”, le dice.
Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre".
El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin hacerle
ningún daño. La liberación del endemoniado es una prueba para lo cual ha venido
Jesús, al igual que en la sinagoga de Nazaret. El ha venido a liberar no sólo a
pobres, ciegos y cautivos del cuerpo, sino también a cuantos están esclavizados
y alienados por una idea que todavía piensa en un Dios de venganza y de
revancha.
3. “,QUÉ TIENE
SU PALABRA? ¡MANDA CON AUTORIDAD Y PODER A LOS ESPÍRITUS IMPUROS, Y ELLOS
SALEN!”.
El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: "¿Qué tiene su
palabra?
La Palabra de Jesús, no era una palabra sin sentido, vacía o hueca, es una
“Palabra de Vida”, porque antes de ser palabra, había sido vida y porque la
palabra de Jesús causa y origina la verdadera Vida, porque su Palabra es la
Verdad.
Esto es lo que nos revela este Evangelio, como todos, Jesús vino a
predicarnos y atraernos un nuevo mundo, el nuevo Reino del Padre, y frente a
Jesús, los espíritus del mal confiesan su derrota. “¡Manda con autoridad y
poder a los espíritus impuros, y ellos salen!", expresaron los Judíos allí
en la sinagoga. En efecto, las palabras de Jesús causaron impacto, porque
independientemente de quien lo exponía, era un mensaje nuevo, hasta ese momento
nunca oído, además, de una palabras convincentes, de alguien que sabe
perfectamente lo que dice.
4. PALABRAS
DE VERDAD, ESPERANZA Y PROMESA DE ETERNIDAD.
Este ejemplo debe ser motivarnos a actuar como lo hizo Jesús, anunciar el
Reino de Dios a todo lugar, pero no en nombre propio, siempre en nombre de
Jesús, y no es con nuestro pensamiento, ni como creemos que debe ser, sino con
las enseñanzas y el pensamiento del Señor. Esto es, no se fundamenta con
nuestras palabras, se hace con la fuerza de la Palabra de Jesús, que es
irresistible para las personas, sin lazos afectivos ni intereses que lo liguen
al lugar o al medio en el que está, o los alienados de espíritu que han perdido
la capacidad de pensar por sí mismos y son esclavos de ideas y formas de ser
perdidas, incapaces de pensar y actuar por uno mismo, como a aquel pobre
endemoniado.
En cierta ocasión, alguno discípulos considerando demasiado duro el
lenguaje del Señor, le abandonaron, entonces Jesús preguntó a los habían
quedado: «¿También ustedes se quieren marchar?», y Pedro le responde:
«Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6, 67-68).
Y eligieron permanecer con él. Bella e imitable elección, porque las Palabras
de Señor, eran de vida eterna, es decir, con mucho sentido, palabras de verdad,
esperanza y promesa de eternidad.
5. BUSCAN
ARGUMENTOS FRÍVOLOS Y FÚTILES PARA QUE NO SE OIGA LA PALABRA SALVADORA.
¿Qué es lo que se oye hoy?, ¿Qué es lo que se escucha con mucha
frecuencia?, de todo, algunas cosa tienen sentidos, pero, hay muchas payasadas
y boberías, simplezas y banalidades se oyen por doquier y lo peor, es que se le
presta atención. Con todas las dificultades del mundo actual, hoy es más
necesario que nunca distinguir lo bueno de lo malo y el bien y del mal. El
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, Palabra del Señor, nos pregunta hoy si
nosotros también no la queremos oír o si la queremos atesorar. Los endemoniados
de hoy, temerosos de la verdad, buscan argumentos frívolos y fútiles para que
no se oiga la Palabra salvadora.
El Evangelio tiene sentido si se ora con el, de este modo la Palabra que
elimina todo mal, nos hace pensar desde el corazón, morada predilecta del
Señor, y es fuerza para no dejarse seducir por falsos espejismo y palabras que
no son de verdadera esperanza.
Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados. Y
todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad.
Jesús se había retirado con tranquilidad en medio de algunos que pretendían
despeñarlo, con todo ello, él prosigue con su tarea de enseñar. Las gentes,
estaba asombradas por la manera como enseña. Ciertamente su palabra era
percibida de forma distinta a otros que enseñaban en la misma sinagoga, por eso
decían: “Qué tiene su palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los
espíritus impuros, y ellos salen!”. Entendemos en este relato, que Jesús
enseñaba en forma distinta a los escribas, entonces los oyentes comparaban.
Cuando los escribas enseñaban, citaban como respaldo de sus predicas a
ciertas autoridades en la materia, sin embargo Jesús, no lo hace, porque el les
enseñaba a las gentes, desde su propia experiencia, de Dios y de la vida.
Nosotros hoy también podemos enseñar desde nuestra propia experiencia de
nuestro encuentro con Jesucristo.
“Cállate y sal de este hombre”
En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un
demonio impuro; y comenzó a gritar con fuerza: “,Qué quieres de nosotros,
Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el
Santo de Dios”. Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este
hombre”. El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin
hacerle ningún daño.
Jesús ha venido a derrotar el mal, y este fragmento del Evangelio, expulsa
un demonio, este milagro del Señor, donde vuelve a las personas a ser ellas
mismas, se continúa repitiendo hoy. En efecto, no son pocos los que han estado
poseídos de demonios, esclavos del mal, y luego de un encuentro personal con
Jesús, se han liberados.
¿Cuales son esos demonios que viven en la personas y de donde vienen? Estos
vienen del Internet mal utilizado, la influencia de tantos programas
televisivos chabacanos, la burda publicidad, el afán de tener cosa
inútiles, el demonio del consumismo, etc. Entonces también tenemos que
preguntarnos si somos capaces de permitir que el Señor nos libere de todo esto
que hoy nos perturba y de este modo ser nosotros mismos.
El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: “,Qué tiene su
palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen!”.
Y su fama se extendía por todas partes en aquella región
Jesús ha venido a enseñar y a curar, a enseñar una palabra viva y eficaz, y
hacer gesto de curación que otorgan alivio, consuelo, vida y paz a los que
sufren. Este es el gran asombro y su fama se extiende por todas partes.
Jesús ha venido liberarnos de muchos males, no me cabe la menor duda que el
quiere ser escuchado, recibido, admitido y aceptado por cada uno de nosotros.
Jesús, nos habla al corazón, y la eficacia de su palabra, nos libera de los
demonios que no nos dejan pensar libremente. Con docilidad, dejémonos ayudar
por Jesús para que nos recobre para Dios y para su Reino.
De Corazón
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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