Hola amigos, bienvenidos a este sitio que solo busca compartir todo aquello que llega a mi buzón, y nos ayuda a crecer en nuestra fe católica..
(casi todo es sacado de la red)

Si alguien comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia o que se retire, por favor, que me lo comunique y lo hago inmediatamente. Gracias.

Espero que os sirva de ayuda y comenteis si os parece bien...


Gracias


Maria Beatriz.



SI AL CRUCIFIJO Tu quita un Crucifijo y nosotros pondremos mil

En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados

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NOTICIAS SOBRE S.S. FRANCISCO

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Hemos vuelto

Queridos hermanos en Cristo. Tras algunos años de ausencia por motivos personales. A día de hoy 24 de Marzo del 2023, con la ayuda de Dios Nuestro Señor retomamos el camino que empezamos hace ya algún tiempo. Poco a poco nos iremos poniendo al día, y trataremos de volver a ganarnos vuestra confianza.

Gracias de antemano y tenednos paciencia.
Dios os guarde a todos y muchas gracias a los que a pesar de todo habéis permanecido fieles a este blog, que con tanto cariño y tanta ilusión comenzó su andadura allá por el año 2009

Dios os bendiga y os guarde a todos.

CAMINATA DE LA ENCARNACIÓN

23 de septiembre de 2014

LECTURAS DEL DÍA 23-09-2014

MARTES. SAN PÍO DE PIETRELCINA, presbítero, Memoria obligatoria. 23 de Septiembre del 2014 . 1º semana del Salterio. (Ciclo A) TIEMPO ORDINARIO. AÑO DE LA FE.. SS. PÍO DE PIETRELCINA pb, Zacarías e Isabel es, Lino pp. Beatos Cristóbal, Antonio y Juan mrs. Santoral Latinoamericano. SS. Lino, Tecla.

LITURUGIA DE LA PALABRA

Pr 21,1-6.10-13: Abre tus oídos al necesitado
Salmo responsorial 118: Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.
Lc 8,19-21: Escuchar y practicar la Palabra de Dios
En el contexto de la misión de Jesús, este pasaje tiene la finalidad de presentar el nuevo tipo de parentesco entre Jesús y su familia, incluida su Madre. Indudablemente que María es en el contexto lucano “tierra fértil que ha hecho producir la semilla”• Ella es el prototipo de discípulo de Jesús. Pues el discípulo/a del Maestro es quien escucha su Palabra, la asimila en el corazón y la lleva a la práctica. ¿Quién mejor que ella lo realizó? No obstante, la participación en el reino de Dios genera un nuevo tipo de relaciones entre las personas que supera los lazos consanguíneos, tribales, raciales, étnicos, nacionales, etc. La escucha, asimilación y puesta en práctica de la Palabra de Dios constituye una nueva comunidad fundamentada en lazos fraternales: hijos e hijas de un mismo Padre y, por lo tanto, hermanos y hermanas entre sí. Relaciones fraternales que se manifestaran en solidaridad, servicio, apertura, reconciliación y comunión. Esta es la base fundamental de la Iglesia. Porque más que una estructura jurídica, la Iglesia es una comunidad de creyentes unidos por el amor filial y fraternal, alimentados por los sacramentos de vida y la celebración continua de la fe. Comunidades comprometidas a ser semilleros del reino en medio del antirreino. 

PRIMERA LECTURA.
Proverbios 21, 1-6. 10-13
Diversas sentencias
El corazón del rey es una acequia en manos de Dios, la dirige adonde quiere. Al hombre le parece siempre recto su camino, pero es Dios quien pesa los corazones. Practicar el derecho y la justicia Dios lo prefiere a los sacrificios. Ojos altivos, mente ambiciosa, el pecado es el distintivo de los malvados. Los planes del diligente traen ganancia, los del atolondrado traen indigencia. Tesoros ganados por boca embustera son humo que se disipa y lazos mortales. Afán del malvado es buscar el mal, no mira con piedad a su prójimo. Cuando el cínico la paga, aprende el inexperto, pero el sensato aprende con la experiencia. El honrado observa cómo la casa del malvado precipita al malvado en la ruina. Quien cierra los oídos al clamor del necesitado no será escuchado cuando grite.

Palabra de Dios

Salmo responsorial: 118
R/. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.
Dichoso el que, con vida intachable, camina en la voluntad del Señor. R.

Instrúyeme en el camino de tus decretos, y meditaré tus maravillas. R.

Escogí el camino verdadero, deseé tus mandamientos. R.

Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R.

Guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo. R.

Cumpliré sin cesar tu voluntad, por siempre jamás. R.

SANTO EVANGELIO
Lucas 8, 19-21
Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra
En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces lo avisaron: "Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte." Él les contestó: "Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra."

Palabra del Señor


Reflexión de la Primera Lectura: Pr 21, 1-6.10-13 Abre tus oídos al necesitado 

-El corazón del rey es una corriente de agua en la mano del Señor, que él dirige donde quiere.

En efecto, los grandes «dirigentes» suelen creer que no tienen amo ni superior, y que pueden actuar «a gusto y placer»... como si no estuviera encima de ellos nadie a quien tuvieran que «rendir cuentas».

La Sabiduría popular dice que esto es una ilusión: rendirán las cuentas, como también ellos nos la exigen a nosotros. Existe Dios que les conduce como a un río entre sus orillas.

-Al hombre le parecen rectos todos sus caminos; pero es el Señor quien pesa los corazones.

Esta es otra máxima elemental y muy exacta.

Siempre tendemos a justificarnos. Pero ésta no es la última palabra: «es el Señor quien pesa los corazones».

Dios sólo tiene un conocimiento exacto de las cosas y de los hombres. Nuestro conocimiento es siempre muy superficial.

¡Señor, dame a conocer tus juicios! Señor, «pesa mi corazón», dime cual es su densidad de amor... ¿según tus Juicios es poca o mucha?

-Practicar la justicia y la equidad es mejor que los sacrificios.

Jesús citará, casi palabra por palabra, ese dicho popular, que de otra parte se encuentra en muchos juicios de HOY cuando se acusa a ciertos cristianos de que su práctica religiosa no se corresponde con su vida: «¡más les valdría asistir menos a misa y respetar mejor la justicia!»

«Amar al prójimo como a si mismo vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios», ¡decía también Jesús! (Marcos 12, 33) Exigencias populares de Justicia y de Derecho: exigencias divinas. Señor, ayúdame a «practicar» la justicia y el derecho... que valen más que la "práctica" religiosa. Y haz que sea yo fiel a mis "prácticas religiosas" para que me recuerden sin cesar la exigencia profunda de la justicia cotidiana que debo a mis hermanos.

-Los proyectos del diligente producen abundancia; pero el que se precipita cae en indigencia.

Ser activo y diligente, ¡bien!

Estar nervioso, tenso y ajetreado, ¡mal! Dame, Señor esa doble virtud. Virtudes de equilibrio. Virtudes en apariencia, muy a ras de tierra. Lo que Dios quiere es: ¡un hombre activo y equilibrado!

-Atesorar con lengua engañosa, es vanidad fugaz que lleva a la muerte.

"Los bienes mal adquiridos no aprovechan nunca".

"¡Que vuestra palabra sea sí, si es sí; no, si es no!" dirá Jesús. Gran parte de los valores evangélicos, son, buenamente, valores humanos.

Gracias, Señor, de repetírnoslo con estos "proverbios".

Y ayúdanos a escuchar, en el corazón de nuestros hermanos, estas sencillas resonancias de tu sabiduría.

-El que cierra sus oídos a las súplicas del pobre, clamará también él y no obtendrá respuesta.

"La medida que uséis al juzgar a los demás la usarán con vosotros", dirá Jesús. (Mateo 7, 2)

Señor, hazme bueno... que lo sea con todos... abre mis oídos, mi corazón y mis manos.

Reflexión del Salmo 118
 Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos

"Se lanzó gozoso como un gigante a correr su carrera; sale de lo más elevado del cielo para volver allí otra vez". La Iglesia quiere contemplar el camino de Cristo, el camino que le ha servido para redimirnos. ¡Heroico camino! ¡Saltos de gigante! "Con un salto de este género vino al mundo", dice San Ambrosio. "Estaba en el Padre, vino a la Virgen y de la Virgen saltó al pesebre. Estaba en el pesebre y al mismo tiempo seguía resplandeciendo en el cielo. Descendió al Jordán, subió a la cruz. Bajó al sepulcro, resucitó de él y está sentado a la diestra del Padre". ¿Qué fuerza sería capaz de conducirle en este salto del cielo a la tierra, a no ser la fuerza esencial de la divinidad, el amor? (...) Viene El para seguir su camino y llevarnos consigo, en audaz salto, desde la cruz al trono del Padre; a condición, empero, de que estemos libres del lastre de preocupaciones y pecados. Se trata de un camino difícil y las luchas que tendremos que trabar al lado del Señor van a ser duras; debemos, por lo mismo, estar preparados.

"¡Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas, vistámonos las armas de la luz! ¡Caminemos con honradez y como a la luz del día, no viviendo en comilonas o embriagueces, ni en la lujuria o en el libertinaje, ni en querellas o envidias; antes bien, revestíos del Señor Jesucristo!" (/Rm/13/12ss.).

Debemos desprendernos de nuestra naturaleza concupiscente e inclinada al pecado para revestirnos de la humanidad crucificada de Jesucristo. Sólo así lograremos recorrer el gigantesco camino del Señor. El misterio obra la glorificación, pero únicamente en quien se halla crucificado con Cristo y en quien haya dado muerte a toda maldad y mala concupiscencia. Desde que Cristo se encarnó nos es posible, a pesar de ser carne pecadora, el ser obedientes a Dios. "El Señor Jesús vino y obra virtuosamente en la carne sometida al pecado. De esta forma nuestros miembros no son ya armas de la lujuria, sino de la fuerza" (San Ambrosio, al Sal 118, 42).

Cristo Sol del mundo

* La Liturgia203 nos ayuda a ver en este firmamento (v. 2) una figura de la Iglesia; en él se proclama la gloria de Dios (v. 2), cuando los apóstoles pregonan ese mensaje (v. 3) -de modo irresistible- a lo largo de los siglos y hasta las más remotas tierras de misión. Después, una generación pasa la voz a la siguiente.

** Este sol es Cristo -el Sol de justicia-204 y un escritor eclesiástico comenta:205 "¿Cuál es esta alcoba nupcial, de donde sale el Esposo, sino el seno de la Virgen inmaculada en donde el Verbo se ha desposado con la naturaleza humana?"

Si nos vamos con la imaginación a la noche de Belén,206 un himno de Ambrosio -dignísimo por su poesía y calado doctrinal-, que describe la estancia silenciosa del Verbo en el seno de la Santísima Virgen, invita al corazón a recogerse suspirando por el Niño Dios, al que María está a punto de dar a luz: "Se dilatan las entrañas de la Virgen, sin que ese claustro sufra menoscabo en su pudor, y relucen los estandartes de todas las virtudes, porque Dios se halla en su Templo. Que salga ya de su tálamo, de ese palacio purísimo, el Héroe Dios y Hombre, para recorrer decididamente su camino."207

Y, prosigue Agustín208: "En su camino nació, creció, enseñó, padeció y resucitó; corrió por el camino, no paró en su sendero. Después, este mismo Esposo colocó en el sol, es decir, a la vista, su tienda, que es su Iglesia."

El cuadro de la Virgen con el Niño presidió el vestíbulo de la Historia humana y presidirá el tránsito de la Historia a la eternidad.

*** Agustín -al igual que Jerónimo- comentan que este fuego es el Espíritu Santo. "De la cúspide del cielo fue su salida y volvió, en su carrera, hasta la cima del cielo. Después, envió su Espíritu en forma de lenguas de fuego; y puesto que vino como fuego, se añade: nada se libra de su calor." 209

Por eso, "Repite de todo corazón y siempre con más amor, más aún cuando estés cerca del Sagrario o tengas al Señor dentro de tu pecho: «non est qui se abscondat a calore eius» -que no te rehúya, que el fuego de tu Espíritu me llene."210

Así lo sugiere un antiguo título: P. SALMON OSB, Les 'Tituli psalmorum' des manuscrits latins, París, 1959, Serie V (Pseudo-Origenes), 18, p. 139: 'Psalmus ostendit quod ipse (Christus) virginalem thalamum ingressus processerit occulta hominum deleturus.'

LITURGIA HORARUM, Himno 'Veni Redemptor, Of de lect Adv (17-24 de diciembre): 'Tumescit alvus Vírginis, claustrum pudoris penmanet. Vexilla virtutum micant, Deus in templo versatur. Procedat e thálamo suo, aula regia pudoris, gigas géminae substantiae ut álacris viam currat.' (F. AROCENA, Los himnos de la Liturgia de las Horas, Madrid, 1992, p. 114).

S. AGUSTÍN, Enarrationes in psalmos, 18, 6.

209 S. AGUSTÍN, Enarrationes in psalmos, 18, 7; cfr. también, en el mismo sentido, S. JERÓNIMO, Breviarium in psalmos, 18, 7- PL 26.

* Así como el mundo sólo se ilumina y vive mediante el sol, el hombre se desarrolla y alcanza la plenitud de su vida mediante la "ley", que es "vida de Dios", "pensamiento de Dios", "querer de Dios" entre los hombres . (Chouraqui).

Las dos partes de este salmo están profundamente ligadas: ¡aquel que hace las leyes "físicas" del mundo es el mismo que hace las leyes "morales" del hombre!

Mediante este salmo, entramos en contacto con el alma de Israel, aferrada a la ley divina (la Torah) mediante un amor ardiente y sincero. La admirable evocación del cosmos que "habla" a quienes saben mirarlo (El universo, los cielos, las estrellas, el sol), es sólo una introducción a esta afirmación increíble: Dios ha "hablado" a un pueblo... y le ha "revelado" sus pensamientos sobre la humanidad. Para un judío fervoroso, la ley, lejos de ser una traba minuciosa, una regla legalista y formalista, es un verdadero "don de Dios". Al revelar al hombre la ley de su ser, Dios hace Alianza con él, para ayudarlo en sus comportamientos vitales: como el sol que "desposa la tierra" para darle vida, en el don de la ley hay algo así como la alegría de las nupcias, ¡es un misterio nupcial! La letanía de "cualidades" atribuidas a la ley recuerda las cualidades que se dan los enamorados. La mitad de estas cualidades es "objetiva", pues definen la ley en sí misma: es perfecta... segura... recta.. límpida... pura... justa...

La otra mitad es "subjetiva", ya que enumera los efectos de esta ley en el hombre: da vida... da sabiduría... alegra el corazón... ilumina los ojos...

MANADAMIENTOS--LEY- AMARLOS ** De seguro, Jesús cantó este salmo con mucho fervor.

Sus parábolas, casi todas tomadas de la "naturaleza", nos muestran su gran admiración por la creación. ¡Todo lo bello le "hablaba", le hablaba del Padre!

De su amor a la "voluntad del Padre", el evangelio está lleno: "mi alimento, es hacer su voluntad". Lo que sorprende, es nuestra admiración de hombres modernos ante este amor a la ley. Hemos llegado al punto de no amar la ley, ninguna ley. ¡No conocemos "leyes amables"! ¡Olvidamos que la sola ley, es el amor! "Este es mi mandamiento: ¡Amarás!" Releamos a la luz del pensamiento de Jesús el elogio que este salmo hace a la ley...

*** Los filósofos actuales han descubierto la profunda relación entre el hombre y la naturaleza... No tenemos ninguna independencia. Estamos ligados a todas las leyes físicas y químicas del cosmos. Es físicamente verdadero que dependemos totalmente del sol: si éste se apagara, se acabaría toda forma de vida. ¡Qué bella imagen para hablarnos de Dios! El salmista que escribió este poema estaba rodeado de pueblos que adoraban al sol. De ellos pudo tomar la primera parte de este salmo (hay himnos muy semejantes en las religiones siro-babilonenses o egipcias, en las mitologías griegas, etc). Pero el salmista no adora al sol. El sabe que el sol adora a Dios y canta su gloria.

Los jóvenes de hoy redescubren el sentido de la naturaleza, reaccionando contra lo ficticio de la vida urbana. La seducción por la vida "al sol", el veraneo, es una característica del mundo moderno frustrado el resto del año. Esta meditación habría que hacerla al aire libre un día de primavera: levantarse de madrugada para contemplar la salida del sol, permanecer en el campo siguiendo su curso deslumbrante, y por la tarde hasta la mágica luz del poniente... luego a través del crepúsculo, presenciar el nacimiento de la noche, adivinar las primeras estrellas que brillan en la penumbra, y finalmente en medio de las tinieblas dejarse embriagar por el firmamento estrellado... "¡La obra de las manos de Dios!".

CREACION/PD: El autor de este salmo oía "día" y "noche" dos coros fantásticos que alternaban y se respondían uno a otro. Sí, "los cielos" (Hashamaim, plural en hebreo) ¡hablan! ¿Qué dicen? ¡la gloria de Dios! ¿Cómo la dicen? ¡En el silencio! El salmista lo sabe bien: su voz no es una voz... No hay palabras... Dios "¡no levanta la voz!" A veces decimos que El se calla, porque no sabemos escucharlo. Dios es discreto. Dios está oculto. Si El apareciera, desaparecería la creación. Le deja un espacio de libertad ocultándose y callándose. Pero El habla en el silencio: su creación, precisamente es su "primera palabra", una palabra que todos los pueblos pueden comprender porque está sobre y más allá que todos los idiomas... ¡No hace falta ir a la escuela y saber leer! Basta mirar y escuchar. Este Dios prodigioso no se ha limitado a esta brillante sinfonía de astros... Ha decidido hacer Alianza con el hombre, dándole su ley... Esto debería asombrarnos de amor. Pero precisamente, Dios es "amor" y el amor es la "ley constitutiva" del universo y del hombre (Teilhard de Chardin). ¡Amar, seguir la ley de Cristo, es entrar en la armonía del mundo, unirse a Dios!

La noche a la noche transmite el mensaje de gloria. Si la luz del sol canta la gloria de Dios, es necesario descubrir como el salmista la maravilla de la noche. El día es el resplandor, la acción, la vida. La noche es la discreción, el descanso, el misterio. "¡Oh noche, qué profundo es tu silencio!", canta el célebre himno de Rameau. Si es placentero estar al sol, lo es también sumergirse en la noche como en un baño de silencio.

El hombre moderno, necesita somníferos para dormir, carece de un equilibrio que es necesario ensayar de recuperar mediante métodos más naturales. El Oriente en este campo tiene mucho que enseñarnos: "Hacer el vacío en sí mismo", hacer callar las voces discordantes que gritan en el fondo de nosotros mismos, recogerse. Tal es la preparación primordial para la oración. Se puede rezar evidentemente con los ojos abiertos. Pero hay que hacer también la experiencia de orar con los ojos cerrados, "haciendo la noche".

Sabemos todo el partido que San Juan de la Cruz sacó del tema de la noche. Para él el hombre no podía realizar el encuentro con Dios fuera de la "noche oscura": "Nadie ha visto a Dios", decía Jesús. Escuchemos estas estrofas del poema de San Juan de la Cruz.

Esta fuente eterna está muy oculta,
y sin embargo, su morada la he encontrado,
¡pero es de noche!

No sé su origen, porque no lo tiene,
sin embargo todo origen surge de ella,
¡pero es de noche!

Y la corriente que nace de esta fuente,
sé que es rica y todopoderosa,
¡pero es de noche!

Esta fuente eterna está muy oculta
en el pan de vida, para darnos vida,
¡pero es de noche!

La ley de Dios. Nosotros, hombres modernos, ¿no tendríamos que redescubrir lo que es una "ley"? El autor de este salmo, proclama jubilosamente que tiene una "ley". No da la impresión de estar presionado, forzado por ella, como si esta ley se la impusieran de fuera... "Los mandatos del Señor son rectos, alegran el corazón... son más preciosos que el oro, más dulces que la miel". Cuando dos equipos de fútbol se encuentran en un estadio, millones de hombres están atentos a las "reglas del juego". Se insiste en el Fair-play, la corrección... Se dice que el equipo que respeta las leyes del juego es más "deportivo", en el mejor sentido de la palabra. Este ejemplo muestra, que la ley es necesaria para el buen funcionamiento de un grupo cualquiera. Sin ley, se imponen la guerra, la irregularidad, la fuerza, la anarquía. La misma felicidad de vivir está en juego. ¿Puede una familia vivir sin un mínimo de leyes reconocidas y respetadas libremente por todos? La ley de Dios, es aún más profunda: regula desde el interior el correcto funcionamiento de nuestro ser. "La ley del Señor es perfecta... guardarla es para el hombre una ganancia...".

Reflexión primera del Santo Evangelio: Lucas 8,19-21 Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra 
Jesús está asediado por el pueblo. Su madre y sus hermanos quieren ver sus obras maravillosas, quieren verle a él. Pero esto no es precisamente lo que importa. Desde que Jesucristo está sentado a la diestra del Padre, no podemos ya entrar personalmente en contacto con él, no podemos ya verlo con los ojos, no podemos ya presenciar su acción. Jesús mismo dice qué es lo que importa: oír y poner en práctica la palabra de Dios.

Nosotros tenemos la palabra de Dios. Los discípulos la siembran todavía en el mundo. Por Jesús fue traída la palabra de Dios al mundo, hizo una carrera triunfal por el mundo, nos llegó también a nosotros. En la palabra está la acción salvífica de Jesús, él está presente como portador de salud "Bienaventurados los que no vieron y creyeron" (Jn 20. 29).

El que escucha y pone en práctica la palabra de Dios, es madre y hermano de Jesús. No son los lazos de la sangre los que proporcionan la comunión con Jesús, sino el oír y poner en práctica la palabra de Dios. La Iglesia es edificada por la palabra de Dios. Ésta es el alma de la Iglesia, y la Iglesia es su fruto. De la palabra de Dios brota siempre Iglesia viva. Ésta viene a ser familia de Cristo oyendo y guardando la palabra de Dios.

En la historia de la infancia se presenta ya a la madre de Jesús como la tierra buena que oye y hace, pone en práctica la palabra de Dios. Es esclava del Señor, que oye la palabra de Dios y se pone a su disposición como esclava (1. 38). Guarda cada palabra y la medita en su corazón (2. 19). Lleva la palabra a Isabel, y su anuncio la hace tan rica, que desborda en un cántico (1. 46-55).

María es el corazón bueno, que retiene la palabra y lleva fruto con constancia. María es madre de Jesús, no sólo porque le dio la vida humana, sino también porque oyó y puso en práctica la palabra de Dios
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-Estando Jesús hablando con la gente, su Madre y sus hermanos fueron donde El...

Marcos había dicho, sin ambages, que esa visita familiar pretendía frenar y recuperar a Jesús: "su familia fue allá para llevarse a Jesús con ellos pues afirmaban: "se ha vuelto loco" (Marcos 3, 21).

Lucas interpreta ese mismo episodio pero de modo distinto. Lucas conocía a María personalmente: de ella recogió directamente los recuerdos de la infancia de Jesús. Suprime por lo tanto, toda interpretación desfavorable.

-Fueron a verlo su Madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograron llegar hasta El...

Es una escena muy natural y humanamente muy emotiva... si nos ponemos, muy sencillamente, a escuchar a Lucas.

He aquí una madre que quiere ver a su hijo, y unos primos que la acompañan; pero ese miembro de la familia tiene tanto éxito, con gente siempre a su alrededor que resulta difícil acercarse a El.

-Entonces le avisaron: "Tu Madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte." ¿Estoy yo también deseoso de "ver a Jesús"?

Teresa de Ávila, siendo niña, se escapó un día de su casa.

Se la encontró caminando por la carretera "¿Qué haces aquí?" -"¡Quiero ver a Dios!"

Había oído decir que los sarracenos mataban a los cristianos, y, en su deseo de ver a Dios, con la ingenuidad de su corazón de niña, se había imaginado llegar hasta el sur de España donde le sería fácil, pensaba, recibir el martirio. Naturalmente fue reconducida a la casa paterna. Pero toda su vida de adulta fue como la realización de ese deseo: quiero ver a Dios.

¿Participa mi oración de ese deseo? Vivir con Dios, acercarme a El.

-Pero El les contesto: "Mi Madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios.....

Esa es la explicación muy positiva que Lucas nos propone.

Para hablarnos de ese episodio escogió colocarlo exactamente después de las parábolas de la "semilla" y de la "lámpara". De ese modo Lucas elaboró como una pequeña teología de la Palabra: los que escuchan a Dios, son tierra buena que produce mucho... son también como lámpara sobre un pedestal que alumbra lejos en derredor... pero también, y sobre todo, son la "familia de Jesús"...

"¿Mi madre, mis hermanos? ¡Son los que escuchan la Palabra de Dios!" Tal como Lucas relata esa frase, no tiene nada de polémica.

¡No se trata, para Jesús, de rehusar a su familia, sino de ampliarla! Como si dijera: "¡Oh sí, amo a mi familia; pero esa familia es mucho más extensa de lo que imagináis! Comporta innumerables lazos con innumerables hermanos".

Si escuchamos la Palabra de Jesús, nos hacemos semejantes a El, poco a poco vamos pensando y reaccionando como El... como si viviéramos familiarmente con El, como hermanos...

¡Señor, si eso resultara ser verdad! ¡Si escuchara tu voz de tal manera, que llegara yo, efectivamente, a percibirla como una voz familiar, y que, a su vez, mi propia voz acabara por tener la misma entonación que la tuya!

-Los que escuchan la Palabra de Dios, y la ponen en obra.

Encontramos aquí la misma insistencia que en las dos parábolas precedentes: vivir la fe... vivir lo que se cree; poner en práctica, eficazmente, nuestras convicciones... practicar, poner en obra, la Palabra de Dios...

Reflexión segunda del Santo Evangelio: (Lc 8, 19-21) LA NUEVA FAMILIA DE JESUS
Este colofón sirve para establecer un neto contraste entre el Israel histórico, representado ahora por «la madre y los hermanos» de Jesús (8,19.20) y el nuevo Israel: «Madre y hermanos míos son los que escuchan el mensaje de Dios y lo ponen por obra» (8,21). Los lazos que vinculan a los miembros del nuevo Israel no son los de la sangre, sino la adhesión al mensaje de Jesús y el hecho de ponerlo en práctica. La tierra prometida ya no es Israel, sino toda la tierra, la que Jesús continúa «atravesando» gracias a los sembradores de buenas noticias. Todos los que reciben el mensaje en tierra buena y lo hacen fructificar son miembros de pleno derecho de la familia de Jesús. «La multitud» que impide al Israel histórico llegar hasta Jesús y lo retiene «afuera» son los oyentes que todavía no han hecho ninguna clase de opción, pero que se interesan por su enseñanza.


Se distinguen, pues, con claridad tres grupos bien diferenciados: 1) «los que (sólo) quieren verlo», el antiguo Israel (8,20: cf. 9,18-19; 10,24); 2) «los que (sólo) escuchan», la multitud de los oyentes (8,10); 3) «los que escuchan el mensaje de Dios y lo ponen en práctica», los discípulos (8,21).

Muchas veces la conciencia de la cercanía de Jesús en nuestra vida nos lleva a acercarnos a él para que atienda, aun de forma extraordinaria, a nuestras carencias y necesidades. La seguridad de ser escuchados se convierte muchas veces en invocación de pretendidos derechos, en la que la voluntad de Dios es colocada al servicio de nuestra voluntad.

Este camino, en lugar de acercarnos a Jesús nos aleja de él. Pertenecer a la familia de Jesús no nos coloca en el ámbito del privilegio sino en el de la obediencia, en el que nuestra voluntad se adecúa a la voluntad de Dios. Y de este modo, las palabras de Jesús sobre su verdadera familia nos indican el único camino posible para llegar a él. Desde ellas podemos comprender en dónde debemos colocar la única posibilidad auténtica de acercamiento. Los intereses de Jesús son los intereses de la Palabra de Dios interpretada como realización de su misericordia y, por consiguiente, nos llevan a situarnos en su círculo familiar cuando conforme a ella, configuramos nuestra vida en solidaridad y en entrega a los demás.

La comunión con Jesús sólo se logra en la aceptación de su proyecto, de su vida y sus palabras en la propia vida y sólo desde ellos se puede construir un auténtico vínculo familiar que haga indisoluble nuestra unión con él.

Este es el único fundamento sólido sobre el que puede construirse la verdadera familia de los hijos de Dios, capaces de expresar el proyecto y el querer de Dios.

Reflexión tercera del Santo Evangelio (Lc 8, 19-21)
La narración se cataloga como apotegma: una narración en la que lo importante es una frase o pensamiento de Jesús. Lo demás es marco narrativo.

Hasta ahora, Lucas había callado sobre la familia de Jesús. Solamente al presentarse en la sinagoga de Nazaret, los habitantes notaron: “¿es ése el hijo de José?” Ahora aparecen su madre y sus “hermanos” (adelphoi = pa rientes). En la genealogía había mencionado a José como era tenido como padre de Jesús. Pero no se realiza en este momento un contacto directo de Jesús con la familia esto lo impide la multitud, la misma multitud que comunica a Jesús la llegada de su madre y sus hermanos. A algunos lectores, la mención de los hermanos de Jesús les ocasiona dificultades, a raíz de la tradición eclesiástica de que Jesús fue el único hijo de María. Y es que, en la tradición judía, también los familiares más cercanos pueden ser calificados como “hermanos y hermanas”.

La reacción de Jesús hace evidente que en su comunión los lazos familiares pasan a segundo término. La nueva comunidad de los que siguen a Jesús se constituye al oír la Palabra de Dios. No es necesario haber visto propiamente al Jesús terrenal. Al mismo tiempo, Lucas remarca que al oír le tiene que seguir el actuar. Con esta observación concluye la parábola. Tampoco puede deducirse de estas palabras de Jesús que él rechace a su madre. Sólo dice que existe una nueva familia con lazos más íntimos y de un nivel superior a los de la carne y la sangre. El evangelio de Lucas se encarga de hacer ver en varios pasajes que María está unida a Jesús con estos lazos espirituales.

a) Con las palabras de Jesús se abren para el cristiano nuevas perspectivas sobre la pertenencia a un grupo humano familiar y sobre las relaciones humanas. La familia no se limita a la carne y la sangre. Es más, eso puede no contar y lo demuestra la historia de Israel y la historia de la salvación. Lo importante es, a la luz de la enseñanza de Jesús, estar unido a él con relaciones basadas en la fe. La verdadera familia de Jesús es la de quienes escuchan la Palabra y la llevan a la práctica.

b) Con esta narración, los lectores de Lucas son invitados a escuchar la Palabra de Jesús, porque sólo ésta podrá hacer de los hombres una verdadera familia de Jesús. La Palabra invoca a formar una nueva familia.

La verdadera familia de Jesús

Estaba Jesús hablando, cuando se presentó alguien con la noticia de que su familia estaba afuera esperando que saliera, porque el gentío era tan grande que no podían llegar hasta Él. Jesús no sale, y al aviso de que la familia está afuera y quieren verlo, responde: “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”.

La frase de Jesús reitera su pensamiento sobre la Palabra: que hay que escucharla, asumirla, irradiarla, y ahora, hacerla práctica, es decir, testificarla con las obras. De esta manera, “hacemos la voluntad del Padre”. Pues, para Lucas “hacer la voluntad del Padre” significa, ante todo, “escuchar y poner en práctica la Palabra”.

Para muchos, la frase de Jesús está cargada de dureza y desprecio por su familia, pero por duro que parezca ese comportamiento, para Él, ante el Reino, todo pasaba a segundo plano: no estaba dispuesto a que nadie malinterpretara el contenido del Reino; ni los jefes religiosos ni la familia pueden intentar encerrarlo en el estrecho círculo de la tradición o de las obligaciones familiares. El futuro, ya presente, es algo inédito y está por construir; no se le puede definir de acuerdo al pasado; los marcos estrechos son rotos por Jesús.

La verdadera familia de Jesús no está constituida pues por los lazos de la carne o de la sangre, sino por la obediencia a la Palabra de Dios. Nos hacemos hermanos de Jesús y miembros de su «nueva familia» por el compromiso que asumamos con su proyecto. Es decir, si nos comprometemos en la construcción del Reino de Dios con una actitud profética que esté siempre a la escucha de la Palabra; que no calle ante el dolor y el sufrimiento y que grite con toda su voz contra el hambre, la miseria, la opresión y la muerte, contra la hipocresía y la injusticia, contra el egoísmo, contra la falta de compromiso con los empobrecidos, contra la cobardía e insensibilidad frente a la realidad cruel que vivimos. Ser parte de la familia de Jesús es, en definitiva, compartir su vida y su proyecto: liberar de todas la esclavitudes a los empobrecidos de la tierra.

Reflexión cuarta del Santo Evangelio (Lc 8, 19-21) FAMILIA-NO-ABSOLUTO.
Debido a que el Hijo de Dios se hizo carne, afrontó el inevitable conflicto de generaciones y ha transgredido las órdenes y normas del medio familiar. Esta ruptura no ha sido en forma de revuelta ni oposición, sino necesaria y dolorosa vía hacia la autonomía personal donde se halla lo único absoluto que existe: el Padre de los Cielos.

Ahora bien: sistema religioso y derecho civil tratan de hacer de la familia un absoluto, consagrando los lazos que se crean en ella. Cristo siembra a este respecto una semilla de contestación: la familia no es incondicional; no es el fin exclusivo de la vida.

ELECCION/DEBILIDAD /Dt/07/07-12 MADRE-VIDA /Lc/01/37.

La comunidad con Jesús, más que en la sangre está en oír y hacer realidad la Palabra. María es madre de Jesús por el "sí" total y absoluto, dado un día a la Palabra de Dios.

"Hágase en mí según tu palabra" (Lc 1. 37).

El texto no es un rechazo de María, es más bien una alabanza.

Ella fue un "sí" a la Luz y dio a luz la Luz del mundo; no se la apropió, la entregó y esta misma donación la hace madre y hermana de todos los que siguiendo sus huellas son un sí a la Palabra y un ejemplo para el "hacer" de la Iglesia.

No es la raza la que une con Jesús, ni la sangre; sino la acogida creyente y realista, en obras, de la Palabra. La última frase es dirigida a aquellos que por lo que sea: sangre, raza, nombre... creen tener un derecho sobre Jesús. El que se entrega sin presupuestos de ningún género no reconoce derechos, a no ser la necesidad.

Dios nos ha elegido. La razón no es nuestra grandeza. Si de algo frente al Señor podemos gloriarnos es de nuestra propia debilidad (Dt 7. 7-12).

Los parientes, madre y hermanos, quieren "ver" a Jesús. Es muy difícil precisar lo que esa palabra significa. En el texto correspondiente de Marcos, que Lucas tuvo presente al redactar su evangelio, la intención de la familia se precisa de un modo diáfano: buscan a Jesús para llevarle, porque piensan que está loco (Mc 3. 20-21). Juzgan que está loco porque anuncia entre las gentes cosas que se oponen a las viejas tradiciones de su pueblo.

Formulada con otras palabras, su acusación se identifica con aquélla que dirigen los fariseos: "Está poseído por Beelzebul o Satán", de tal manera que su vida y su mensaje están al servicio de las fuerzas de lo malo (Mc 3. 22. Téngase en cuenta la unidad que forman Mc 3. 20-21 y 3. 31-35). Lucas, mucho más reverente en lo que respecta a la familia de Jesús (especialmente a María), ha suprimido ese motivo (la intención de la familia). Sin embargo, todo nos permite suponer que la llamada familiar reviste para el mismo evangelio de Lucas un rasgo negativo: los parientes quieren monopolizar a Jesús, utilizando los privilegios que les ofrece su parentesco. En este contexto se comprende la respuesta: "Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra" (8.21).

Frente al viejo parentesco de la sangre, Jesús funda las bases de la nueva familia de su Reino, en la que toman parte aquéllos que reciben y cumplen su palabra. Ténganse en cuenta los dos rasgos:

a)es preciso "escuchar la palabra", es decir, hallarse abiertos a la gracia, recibiendo el don de amor que Dios nos ha ofrecido por el Cristo;

b)hay que cumplir la palabra: solamente aquél que la traduce con su vida la ha escuchado plenamente.

El mensaje de Jesús se centra en estos rasgos de gracia y exigencia. Ser cristiano significa vivir en el misterio del amor que Dios nos comunica como nueva posibilidad de existencia; pero, a la vez, supone lograr que el don se expanda de tal forma que se convierta para nosotros en un principio de existencia: desde el amor de Dios debemos llegar a ser puente de amor para los otros.

Los que escuchan y cumplen la palabra de Jesús se han convertido en su familia. No son siervos que están fuera y que reciben por simple compasión un don de amor. Son la madre y los hermanos; es decir, forman con Jesús un mismo hogar de comunión y de confianza.

Las barreras de este mundo (divisiones sociales, políticas, religiosas) pierden su sentido.

En Jesús y por Jesús todos los hombres constituyen una misma familia, siendo miembros los unos de los otros.

Elevación Espiritual para el día
El secreto de saber ver a Dios en el otro ¡Qué pesadas, qué vulgares, qué poco atractivas nos parecen a veces —seamos sinceros—muchas personas! Y, sin embargo, es ese prójimo al que debemos amar si amamos a Dios. A todos y a cada uno de ellos los ama Dios con amor infinito. El camino para lograr amar también nosotros a nuestro prójimo ha de ser, creo yo, tener a Dios presente en nuestra vida. Recuerdo que una de las mejores cosas—por no decir la mejor—que me enseñaron las monjas en mis tiempos de colegiala fue el vivir la presencia de Dios. No veo que ahora se insista mucho en las homilías sobre ello. Dios está presente en todos los momentos de nuestra vida y en todos los momentos de las vidas de los demás. A menudo, puede que nos repelemos porque no entendemos sus caminos, pero la mayoría de las veces es consolador saberle cerca... Da sentido. Una espiritualidad para los laicos, que no disponemos de horas de oración, de retiros, ni de ejercicios, debiera acentuar esta presencia. Es la forma más sencilla, y a la vez más misteriosa, de relacionarnos con ese Dios que no vemos.

PRESENCIA-DE-DIOS: No se trata de que seamos perfectamente conscientes, de manera continua, de que vivimos en la presencia de Dios. La vida es ajetreada, mil cosas a un tiempo atraen nuestra atención, y a veces, cuando vuelves del trabajo en el autobús, te das cuenta de que aquel día ni por un momento has pensado en El. Pero te das cuenta. Y lo sientes. Sólo este vivir en presencia de Dios, sólo esta comunicación con el Silencioso, proporciona, o debiera proporcionar, un sentido distinto a cuanto hacemos. Ya sea rezar—por descontado—, o trabajar, o viajar, o tomarnos una copa... Dios está con nosotros, a nuestro lado, en nosotros. Y está en el vecino que ha subido conmigo en el ascensor, en el dependiente que me ha vendido unos zapatos, en el niño que se pone pesado porque no quiere comer... Sólo este vivir en su presencia es lo que nos puede hacer vivir de un modo distinto nuestras relaciones humanas. Es el secreto.

Todo ello, aunque lo sepamos, aunque intentemos vivirlo, anda muy confuso en nuestra vida, llena de afanes de «tantas idas y venidas, tantas vueltas y revueltas»... Pero el ejercicio de vivir la presencia de Dios debiera ser natural en nuestra vida. Algo habitual. Nuestra relación con los demás, penetrados por esa presencia de Dios, sería, a buen seguro, más bondadosa, más paciente, más respetuosa, más capaz de perdonar y de olvidar.

Reflexión Espiritual para este día
El amor no acaba nunca... Hay tareas, trabajos, ejercicios... que se empiezan y se acaban. Una puede, al final, respirar tranquila y decir: por fin he acabado. Cuando se trata del amor al prójimo, no es éste el caso. Hemos de ejercitarnos en el amor cada día, cada mañana. No hay huelga ni vacaciones. El ejercicio del amor en nuestra vida de cristianos es lo único que cuenta. Nuestras relaciones humanas son la piedra de toque de nuestra espiritualidad.

Todos tenemos en la mente aquel pasaje que hemos leído mil veces, donde, después de describirnos cómo es el amor, Pablo afirma: «Ahora subsisten la fe, la esperanza y el amor; pero el amor es el más grande». La espiritualidad de las relaciones humanas es, en definitiva, hacer presente el amor de Dios en el mundo.

El rostro de los personajes, pasajes y narraciones de la Sagrada Biblia y el Magisterio de la Santa Iglesia:


El Espíritu de los Profetas

No apaguen el Espíritu, no desprecien, lo que dicen los profetas. /1Ts/05/19 En la Biblia, el Espíritu Santo está íntimamente asociado a las profecías. Los profetas eran personas movidas y motivadas por el Espíritu más que cualquier otras. En la Biblia, ser movido por el Espíritu y ser un profeta es prácticamente la misma cosa. Tanto que cuando queremos identificar al Espíritu en el que creemos, decimos: reemos en el Espíritu Santo que habló por los profetas . (Credo niceno- constantinopolitano).

Antes de Cristo, ese Espíritu sólo era dado a pocas personas, pero en Pentecostés el Espíritu de Dios fue derramado sobre muchos y se tornó accesible a todos. El resultado inmediato es que todos ahora pueden ser como los profetas, pueden compartir el Espíritu de los profetas de una u otra forma. Como Pedro nos dice
en los Hechos 2, l5-21, la profecía de Joel ahora se realiza: sucederá en los últimos días, dice Dios derramaré mi Espíritu sobre todos los hombres. Sus hijos y sus hijas profetizarán y los jóvenes tendrán visiones y los ancianos tendrán sueños. Tendrán visiones y tendrán sueños , son maneras metafóricas de referirse a la
actividad de los profetas.

En el Nuevo Testamento, la palabra profecía es usada tanto de un modo restringido como en sentido amplio y general. En sentido restringido sólo se aplica a un grupo específico de cristianos que son llamados profetas (He 21, 10-11; l Cor l2, 28-29), pero en su sentido general y amplio se aplica a todos los cristianos que son
movidos por el espíritu, no importa qué dones del Espíritu ellos manifiesten (He 2, l7-18; l9, 6; Stgo 5, l0). en este sentido más general, podemos decir que la vida espiritual es siempre una vida profética, que en la Biblia la vida en el Espíritu es una vida vivida de acuerdo con el espíritu de los profetas: Ustedes son herederos de
los profetas (He 3, 25).

Eso significa que si quisiéramos saber lo que significa una verdadera vida espiritual, tendremos que comenzar por un estudio más profundo de los profetas bíblicos. Ahí veremos las primeras grandes manifestaciones del Espíritu.

La palabra griega prophetas , posee tres significados inter-relacionados. Significan los que DENUNCIAN, los que HABLAN ANTES y los que HABLAN POR. Ellos DENUNCIAN, porque son valientemente críticos de su mundo; ellos HABLAN ANTES, porque consiguen preveer el futuro; ellos HABLAN POR, porque hablan como mensajeros de Dios, en su nombre. Vamos a considerar más detalladamente el significado de estos tres aspectos de la profecía.


1. Ellos denuncian

La diferencia entre los apóstoles antes y después de Pentecostés es bastante clara. Antes de recibir el Espíritu Santo eran débiles, tímidos, vergonzosos, callados e inseguros. Tan pronto fueron movidos y motivados por Espíritu Santo, se volvieron alientes y confiados, hablaban con coraje y vigor, sin importarles las consecuencias. El Espíritu de Dios nos permite denunciar. Esto es bastante evidente en la vida de los profetas del Antiguo

Testamento. Ellos hablaban contra casi todo lo que los judíos de su tiempo hacían, contra todos los presupuestos y las normas de comportamiento aceptadas. se caracterizaban por su crítica o denuncia no solamente contra los enemigos de Israel, sino también contra el mismo Israel, contra los líderes del pueblo, los sacerdotes, los falsos profetas, contra los ricos y los sacrificios en el Templo. Por eso eran generalmente muy impopulares y frecuentemente perseguidos y martirizados. En la época del Nuevo Testamento se tenía como cierto que la persecución caminaba lado a lado con la profecía (Lc 6, 22-26) y que un profeta era también un mártir (Mt 23, 29-33).


Los signos de los tiempos

La crítica de los profetas contra el statu quo , era siempre constructiva. Ellos clamaban por transformaciones o metanoia , a la luz de lo que veían. Y lo que veían eran los signos de los tiempos .

Aquello que volvía al profeta diferente de los otros hombres era su interpretación divinamente inspirada de los signos de su tiempo. el mensaje de los profetas no es deducido de principios eternos; ni tampoco sacan conclusiones eternamente válidas. El mensaje de los profetas es limitado en el tiempo, en el sentido de que provienen de los signos de una época y situación determinadas, y es dirigido a personas específicas que viven em aquella época y en aquel lugar. Así, para poder comprender el mensaje de un profeta, necesitamos conoocer la época y su situación histórica. Los signos de los tiempos varían de época a época, obviamente. Los signos de la época de Jeremías eran muy diferentes de los de la época de Naum, y los signos que Amos leía eran muy diferentes de aquellos que Isaías interpretaba. Por otro lado, los apóstoles y profetas del Nuevo Testamento tienen un conjunto totalmente nuevo de signos para interpretar.

Los signos de los tiempos eran siempre acontecimientos histórios que hoy nosotros clasificaríamos como acontecimientos políticos, sociales, económicos, culturales, religiosos y hasta psicológicos.

Muchos profetas eran perspicaces observadores políticos que examinaban cuestiones como la guerra o la amenaza de guerra, el crecimiento o expansión de los imperios, el valor de esta o aquella alianza militar, la política de un rey o emperador. En cuanto a esto, en la vida interna del país ellos prestaban atención a la explotación de los pobres, al estilo de vida de los ricos, a los pesos y medidas falsificadas por comerciantes, y así sucesivamente. Ellos tenían también una extraordinaria percepción de la verdadera naturaleza e las prácticas religiosas como dar limosna y rezar, así como el ayuno y el legalismo hipócrita de los fariseos. +

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