Hola amigos, bienvenidos a este sitio que solo busca compartir todo aquello que llega a mi buzón, y nos ayuda a crecer en nuestra fe católica..
(casi todo es sacado de la red)

Si alguien comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia o que se retire, por favor, que me lo comunique y lo hago inmediatamente. Gracias.

Espero que os sirva de ayuda y comenteis si os parece bien...


Gracias


Maria Beatriz.



SI AL CRUCIFIJO Tu quita un Crucifijo y nosotros pondremos mil

En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados

En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados
En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados

NOTICIAS SOBRE S.S. FRANCISCO

NOTICIAS SOBRE S.S. FRANCISCO
NOTICIAS SOBRE S.S.FRANCISCO

Hemos vuelto

Queridos hermanos en Cristo. Tras algunos años de ausencia por motivos personales. A día de hoy 24 de Marzo del 2023, con la ayuda de Dios Nuestro Señor retomamos el camino que empezamos hace ya algún tiempo. Poco a poco nos iremos poniendo al día, y trataremos de volver a ganarnos vuestra confianza.

Gracias de antemano y tenednos paciencia.
Dios os guarde a todos y muchas gracias a los que a pesar de todo habéis permanecido fieles a este blog, que con tanto cariño y tanta ilusión comenzó su andadura allá por el año 2009

Dios os bendiga y os guarde a todos.

CAMINATA DE LA ENCARNACIÓN

7 de septiembre de 2014

La fiesta del nacimiento de nuestra Madre del Cielo.

Evangelio según San Mateo 1,1-16.18-23. 

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:
Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos.
Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón;
Esrón, padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón.
Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé;
Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías.
Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá;
Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías.
Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías;
Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías;
Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel;
Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor.
Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud;
Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob.
Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados".
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:
La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros".



Comentario.
Hoy 8 de Septiembre, celebramos con alegría la Natividad de la Virgen María, es decir, la fiesta del nacimiento de nuestra madre del Cielo.

 
En las Sagradas Escrituras no se habla directamente del nacimiento de María, ni tenemos detalles de la fecha o el lugar. Esta fiesta, que es antiquísima, nace del amor de los cristianos a su madre. En la Iglesia de Oriente marca el comienzo del año litúrgico.
Toda la Iglesia celebra con amor esta solemnidad, tal como los hijos festejan el cumpleaños de la madre, aunque no tengan una idea precisa de las circunstancias y de las condiciones de su nacimiento o  de su infancia.
Cuando se festeja el cumpleaños de la madre no se hace hincapié en una circunstancia en particular, sino en su ser de madre, en la maravilla del hecho de que tenemos una madre, y que tenemos precisamente esta madre. La enorme alegría de todos los cristianos nace de pensar que tenemos como madre a esta madre, que es María.
Durante todo el año, pero especialmente en sus fiestas invocamos repetidamente a nuestra Madre del Cielo,  pidiéndole con más frecuencia lo que necesitamos, agradeciéndole sus gracias, encomendándole a amigos y familiares que necesitan su intersección...
El hombre aspira en la tierra a lograr una felicidad no pasajera, una felicidad honda, serena, humana y a la vez sobrenatural. María logró esa felicidad durante su vida por que Dios la creó sin pecado original.
María,  que nació en Palestina, que desde niña se entregó al Señor, que recibió el anuncio del Arcángel San Gabriel, que dió a luz a Nuestro Señor, que estuvo junto a El, al pie de la Cruz, está hoy, en cuerpo y alma junto al Padre, y nos ama y nos protege como una madre a sus hijos.
En María se hacen realidad todas las perfecciones. San Bernardo dice que fue tan grande María en santidad y belleza, que no convenía que Dios tuviese otra Madre, ni convenía tampoco que María tuviese otro Hijo que Dios.  Y San Buenaventura escribió que Dios podría haber hecho un mundo mayor, pero no podía hacer una madre más perfecta que la Madre de Dios. Pero no debemos creer que por su grandeza y por su santidad, María se vuelve inaccesible y distante. Ella es la llena de gracia, pero también es Madre. Con su poder delante de Dios, nos alcanzará lo que le pedimos. Como Madre quiere dárnoslo. Y también como Madre entiende nuestras debilidades, y por eso nos alienta, nos excusa, y facilita nuestro camino hacia Jesús.
Si logramos tratar de verdad a María, crecerá en nosotros nuestro amor a su Hijo Jesús. No nos basta saber que María es nuestra Madre, debemos tratarla como a una Madre, contarle lo que nos pasa, honrarla, quererla.  
Hagamos propósitos de confiarnos siempre a María, de acudir a ella en todas las circunstancias de nuestras vidas, sabiendo que ella es el camino más corto para llegar a Jesús.
La Madre Teresa de Calcuta contaba con frecuencia durante su vida que cuando la congregación de las Misioneras de la caridad acababa de ser fundada, necesitaban en forma urgente de un edificio para su casa matriz. Entonces ella, para conseguirlo, prometió rezar a la Virgen 85.000 veces el Acordaos, que es esta corta oración
Eugenio Navarrete

No hay comentarios:

Publicar un comentario