Hola amigos, bienvenidos a este sitio que solo busca compartir todo aquello que llega a mi buzón, y nos ayuda a crecer en nuestra fe católica..
(casi todo es sacado de la red)

Si alguien comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia o que se retire, por favor, que me lo comunique y lo hago inmediatamente. Gracias.

Espero que os sirva de ayuda y comenteis si os parece bien...


Gracias


Maria Beatriz.



SI AL CRUCIFIJO Tu quita un Crucifijo y nosotros pondremos mil

En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados

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NOTICIAS SOBRE S.S. FRANCISCO

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Hemos vuelto

Queridos hermanos en Cristo. Tras algunos años de ausencia por motivos personales. A día de hoy 24 de Marzo del 2023, con la ayuda de Dios Nuestro Señor retomamos el camino que empezamos hace ya algún tiempo. Poco a poco nos iremos poniendo al día, y trataremos de volver a ganarnos vuestra confianza.

Gracias de antemano y tenednos paciencia.
Dios os guarde a todos y muchas gracias a los que a pesar de todo habéis permanecido fieles a este blog, que con tanto cariño y tanta ilusión comenzó su andadura allá por el año 2009

Dios os bendiga y os guarde a todos.

CAMINATA DE LA ENCARNACIÓN

24 de agosto de 2014

Lunes, 25 de Agosto de 2014. Comentarios de las Lecturas

2Tes. 1, 1-5. 11-12. El Reino de los cielos se acercó a nosotros y se hizo realidad dentro de nosotros. La presencia de Dios en nosotros impulsa nuestra vida no sólo a proclamar su Nombre, sino a dar testimonio de Él con un vida intachable. En medio de persecuciones y tribulaciones no hemos de dar marcha atrás en la esperanza de que al final seremos dignos del Reino eterno. Así con la vida, que camine en la fe y en el amor, ganaremos a todos para Cristo, pues no seremos unos hipócritas, como aquellos que dicen una cosa y hacen otra. Siendo fieles al amor de Dios toda nuestra vida se convertirá en una verdadera glorificación de su Santo Nombre y no motivo de que su Nombre sea denigrado ante las naciones. Vivamos y caminemos constantemente en el amor a Dios y en el amor al prójimo; si permanecemos fieles hasta el final entonces el Señor nos glorificará, pues su Gracia no habrá sido estéril en nosotros.

Sal. 96 (95). Lo antiguo, las tinieblas, el pecado han quedado atrás. Quienes hemos sido perdonados de nuestros pecados y vivimos unidos a Cristo resucitado y glorificado a la diestra del Padre Dios, no podemos continuar entonando el canto de la maldad, de la violencia, de la destrucción, de la injusticia, de la opresión, sino el canto nuevo del amor, de la bondad, de la misericordia, del perdón; entonces no seremos sólo nosotros los constructores de una nueva humanidad, sino el Espíritu Santo, que actuará en nosotros y desde nosotros como Autor del hombre renovado en Cristo, para gloria de Dios y para realizar el bien en medio de nuestro mundo, oprimido por los nuevos ídolos de la humanidad, que dejan vacíos y faltos de una verdadera dirección en la orientación de la vida a quienes se dejarnos atrapar y engañar por ellos. Quienes creemos en Cristo Jesús no podemos llevar una vida engañosa en el mundo. La firmeza de nuestra fe y el convencimiento profundo del amor convertido en servicio, que aliente nuestras esperanzas de ser mejores cada día y nos ponga en camino para lograrlas, hará que broten esos cánticos nuevos de buenas obras de quienes, dejando atrás sus esclavitudes al pecado, viven ahora como hijos de Dios.

Mt. 23, 13-22. Jesús es el Reino. Aceptar su Palabra; aceptarlo a Él, unir a Él nuestra vida y permanecer en Él como los miembros de un cuerpo permanecen unidos a la Cabeza, es aceptar hacernos parte de ese Reino. Entonces, a pesar de nuestra fidelidad a la Ley santa de Dios, sabremos que la salvación no es fruto de nuestras buenas obras, sino un don gratuito de Dios a nosotros. No queramos una Iglesia convertida en un grupo elitista. Todos estamos llamados a la santidad; todos podemos ser de Cristo. No cerremos la puerta del Reino a quienes no son de nuestra condición social, económica o cultural, o que no piensan como nosotros. Ganemos a todos para Cristo, no para que sean de nuestro grupo, tal vez egoísta, para después echarlos a perder con falsas interpretaciones de la Escritura, o con una vida falta de compromiso en la fe que decimos tener. Si le hemos entregado a Cristo nuestra vida, no pensemos que le dimos lo externo a nosotros, sino nuestro corazón para que habite en Él y nos consagre como ofrenda agradable a sus ojos, más valiosa que todo el oro y los templos de piedra que haya en el mundo.

Vamos tras las huellas de Cristo. El hombre de una fe verdadera y acendrada no puede sólo formularse bueno propósitos, sino que debe emprender el camino de la fe, tal vez arduo, sembrado de dificultades y amenazado por grandes persecuciones y tribulaciones. Hay Alguien que va delante nuestro: Cristo Jesús. Él nos contempla con gran amor y nos ha comunicado su Espíritu Santo para que no seamos derrotados por el pecado, sino para que, a pesar de la entrega de nuestra vida en amor a Él y en amor a nuestros hermanos, estemos seguros de que nos levantaremos con la Victoria de Cristo como personas renovadas y glorificadas junto con Él. La Eucaristía que hoy celebramos hace realidad en nosotros la Comunión de Vida y de Espíritus con el Señor de la historia y de la Iglesia para que no tengamos miedo, pues Él ha vencido al mundo mediante la entrega de su propia Vida. Ese es el camino victorioso de quienes entramos en Comunión de Vida con Cristo Jesús, Hermano y Señor nuestro.

El Señor espera de su Iglesia un auténtico servicio en el amor fraterno a la humanidad entera, buscando, no intereses turbios, sino sólo la salvación de todos. Cristo pasó haciendo el bien y nadie pudo echarle en cara un pecado. Y el Señor nos ha enviado a continuar su obra salvadora en el mundo. No podemos difundir el Evangelio, buscando que todos vuelvan a Dios y formemos una sola Iglesia, teniendo todos a Cristo por Cabeza y por único Pastor de su Pueblo, para después hacer más dignos de condenación a los convertidos por darles ocasión de escándalo, a causa de no concordar nuestra vida y nuestras obras con el Evangelio anunciado con los labios. Dios quiere santificarnos a todos. Seamos los primeros en permitir a Dios llevar adelante esa obra de salvación en nosotros. Si un día aceptamos su Alianza de amor y, unidos a Cristo por la fe y por el Bautismo, en Él fuimos hechos hijos de Dios y participamos de su mismo Espíritu, no hagamos a un lado nuestras promesas, pues nuestro sí no es un simple juego sino todo un compromiso que exige fidelidad.

Roguémosle al Señor, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, que nos conceda la gracia de vivir con lealtad nuestra fe.Amén.

Homiliacatolica.com

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