LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA. (S), BLANCO
María, victoria de Cristo
“Ya llega la victoria, el poder y el reino de nuestro Dios”. La fiesta
de hoy resalta el triunfo de María. O mejor, el triunfo de Dios en ella. Jesús
había comenzado su predicación diciendo: “El reino de Dios está aquí”. Pues
bien, en la Virgen de Nazaret se cumplen las palabras del Apocalipsis : en ella
Dios reina totalmente; el influjo de Dios ha alcanzado incluso a su cuerpo, que
queda inundado por la gloria de Dios. En ella Dios ha vencido definitivamente
el mal, el pecado, la muerte. Por eso esta fiesta es también motivo de
esperanza para nosotros: el triunfo de María es prenda de nuestro propio
triunfo total y definitivo.
“Por Cristo todos volverán a la vida”. Toda la acción vivificadora de
Dios se realiza “por Cristo, con Él y en Él”. El triunfo de María testimonia
esta solidaridad con Cristo, esta unión profunda con Él. Unida a todo su
misterio, unida a su cruz y a su sufrimiento, partícipe de su humillación, es
también arrastrada por Él en su victoria. Igual para nosotros: la garantía de
nuestro triunfo es la unión con Cristo, y sólo ella, pues no podemos vencer el
mal, el pecado y la muerte por nuestras propias fuerzas. “Si morimos con Él,
viviremos con Él. Si sufrimos con Él, reinaremos con Él” (2 Tim 2,11-12).
“Dichosa tú que has creído”. La asunción de María testimonia
igualmente el alcance de su fe. Testimonia que su fe no ha quedado sin fruto,
que “los que confían en el Señor no quedan defraudados” (Dan 3,40). Un día se
confió al Señor; durante toda su vida mantuvo esta entrega en la oscuridad de
la fe; y ahora contemplamos el resultado de su confianza. El Señor no ha
fallado nunca ni fallará jamás. Sí, dichosa tú, porque te has fiado de Él.
ANTIFONA DE ENTRADA
Apareció eh el cielo un gran signo: una mujer revestida del sol, con
la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.
O bien:
Alegrémonos todos en el Señor, al celebrar esta solemnidad en honor de
la Santísima Virgen María. Los ángeles se regocijan por su asunción al cielo y
alaban al Hijo de Dios.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y alma a los
cielos a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos que,
tendiendo siempre hacia los bienes celestiales, merezcamos participar con ella
de la gloria del cielo. Por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
PRIMERA LECTURA Apoc 11, 19; 12, 1-6. 10
COMENTARIO:
Muchos creyentes ven en estas imágenes del Apocalipsis la
presencia de la Virgen María, sin embargo, también podemos ver reflejada en
ellas la imagen de la Iglesia que da vida a Jesús y que tiene muchos hijos que
sufren la persecución y siguen la misma suerte del Hijo de Dios.
Lectura del libro del Apocalipsis.
Se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y quedó a la vista el
Arca de la Alianza. Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida
del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.
Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz. Y apareció en el
cielo otro signo: un enorme Dragón rojo corno el fuego, con siete cabezas y
diez cuernos, y en cada cabeza tenía una diadema. Su cola arrastraba una
tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra. El
Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo
en cuanto naciera. La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir a todas las
naciones con un cetro de hierro. Pero el hijo fue elevado hasta Dios y hasta su
trono, y la Mujer huyó al desierto, donde Dios le había preparado un refugio.
.Y escuché una voz potente que resonó en el cielo: “Ya llegó la salvación, el
podar y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías”.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 44, 10-12. 15-16.
R. ¡De pie a tu derecha está la Reina, Señor!
Una hija de reyes está de pie a tu derecha: es la reina, adornada con
sus joyas y con oro de Ofir. R.
iEscucha, hija mía, mira y presta atención! Olvida tu pueblo y tu casa
paterna, y el rey se prendará de tú hermosura. Él es tu señor: inclínate ante
él. R.
Las vírgenes van detrás, sus compañeras la guían, con gozo y alegría
entran al palacio real. R.
SEGUNDA LECTURA 1Cor 15, 20-27
COMENTARIO:
Pablo presenta sólidos argumentos ante quienes niegan la
resurrección, pues sí Cristo no resucitó entonces nuestra fe carece de objeto y
fundamento. El dolor y la muerte santa opuesta al plan de Dios, así promedio de
Cristo queda restablecida la vida.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de
Corinto.
Hermanos: Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos.
Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de
un hombre viene la resurrección. En efecto, así como todos mueren eh Adán, así
también todos revivirán en Cristo, cada uno según el orden que le corresponde:
Cristo, el primero de todos; luego, aquéllos que estén unidos a Él en
el momento de su Venida. En seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el
Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y
Poder. Porque es necesario que Cristo reine hasta que ponga a todos los
enemigos debajo de sus pies. El último enemigo que será vencido es la muerte,
ya que Dios “todo lo sometió bajo sus pies”.
Palabra de Dios.
ALELUYA
Aleluya. María fue llevada al cielo; se alegra el ejército de los
ángeles. Aleluya.
EVANGELIO Lc 1, 39-56
COMENTARIO:
Los protagonistas de este relato están a la vista, María e
Isabel, dos mujeres que en medio de una sociedad machista y patriarcal son
objeto de la mirada de Dios; dos niños que aún sin nacer llaman la atención; y
el Espíritu Santo, que llena de gozo a Isabel para bendecir a María, quien
canta las grandezas del Señor.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la
montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta
oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena
del Espíritu Santo, exclamó: “i Tú eres bendita entre todas las mujeres y
bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor
venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el-niño saltó de alegría en mi vientre.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte
del Señor”. María dijo entonces:
“Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de
gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su
servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el
Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia
se extiende de generación en generación sobre aquéllos que lo temen. Desplegó
la fuerza do su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos
de este trono y elevó a los humildes. Colmo de bienes a los hambrientos y
despidió los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su
misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y
de su descendencia para siempre”. María permaneció con Isabel unos tres meses y
luego regresó a su casa.
Palabra del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Llegue hasta ti, Señor, la ofrenda de nuestro servicio, y, por la
intercesión de la santísima Virgen María, elevada al cielo, haz que nuestros
corazones, encendidos en el fuego de tu amor, tiendan incesantemente hacia ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
LA GLORIA DE MARÍA ELEVADA AL CIELO
y. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque hoy fue elevada al cielo la Virgen Madre de Dios, como anticipo
e imagen de la perfección que alcanzará tu Iglesia, garantía de consuelo y
esperanza para tu pueblo peregrino.
Con razón, Tú no quisiste que ella sufriera la corrupción del
sepulcro, ya que había engendrado en su seno a tu Hijo, el autor de la vida,
Por eso, unidos a todos los ángeles, te alabamos, llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc 1,48-49
Todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha
hecho en mí grandes cosas: su nombre es santo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Hemos recibido, Padre, el sacramento de la salvación; te pedimos que
por la intercesión de la santísima Virgen María, elevada al cielo, alcancemos
la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
BENDICIÓN SOLEMNE
Dios, que por su bondad quiso redimir al género humano mediante la
maternidad de la Virgen María, derrame sobre ustedes una abundante bendición.
R. Amén.
Que experimenten siempre y en todas partes la protección de la Virgen
María, por quien recibieron al autor de la vida. R. Amén.
Y todos ustedes, reunidos para celebrar con amor esta fiesta en su
honor, reciban los dones de la alegría espiritual y los premios eternos. R.
Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. R. Amén.
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