Santos: Eugenio de Ardstraw, obispo; Felipe Benizi, presbítero. Beato Miroslav Bulesic, mártir.
Vísperas I del domingo: la semana del Salterio. Tomo IV: pp. 671 y 121. Para los fieles: pp. 472 y 411. Edición popular: pp. 13 y 476. Feria (Verde)
EL REGRESO DE LA GLORIA DE DIOS
Ez 43, 1-7; Mt 23,13-22
La narración del profeta Ezequiel denota satisfacción. Jerusalén no
será más un montón de rocas y maderas calcinadas. Los muros volverán a ser
levantados y la grandeza de la presencia del Señor, su gloria, volverá
manifestarse y residir en medio de su pueblo. Dios se había apartado de los
suyos, porque habían abusado de su amorosa compasión. El profeta expresa de esa
manera su convicción más honda: Dios no se hace cómplice de los que practican
la maldad y manosean burdamente su nombre. En la comunidad cristiana de Mateo
se honraba la gloria de Dios y el señorío de Jesús. Ni los privilegios ni los
honores humanos debían pervertir las relaciones fraternas que vinculaban a la
comunidad creyente. La manera como la comunidad cristiana podría reflejar
sacramentalmente la gloria de Dios era consolidando unas relaciones
verdaderamente respetuosas y fraternas.
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sedulio)
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que
gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, Padre santo, que has querido que la Madre de tu Hijo
estuviese presente y participase en la oración de la primera comunidad
cristiana, concédenos perseverar junto a ella con un solo corazón y una sola
alma, aguardando la venida del Espíritu Santo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
La gloria del Señor penetró en el templo.
Del libro del profeta Ezequiel: 43, 1-7
En aquellos días, un ángel me llevó a la puerta del templo, que da
hacia el oriente, y vi que la gloria del Señor venia del oriente. Se oía un
ruido como el estruendo de un río caudaloso y la tierra resplandecía con el
fulgor de la gloria de Dios. Esta visión me recordó la que tuve cuando el Señor
vino a destruir la ciudad y la que había tenido junto al río Kebar. Y caí
rostro en tierra.
La gloria del Señor penetró en el templo por la puerta que da al oriente. El espíritu me levantó y me llevó al atrio interior y vi que la gloria del Señor llenaba el templo. Entonces oí que alguien me hablaba desde el templo, y el hombre que estaba junto a mí me dijo:
"Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono, el lugar donde pongo las plantas de mis pies. Aquí habitaré para siempre con los hijos de Israel".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La gloria del Señor penetró en el templo por la puerta que da al oriente. El espíritu me levantó y me llevó al atrio interior y vi que la gloria del Señor llenaba el templo. Entonces oí que alguien me hablaba desde el templo, y el hombre que estaba junto a mí me dijo:
"Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono, el lugar donde pongo las plantas de mis pies. Aquí habitaré para siempre con los hijos de Israel".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Comentario
El lugar de la gloria
La primera lectura pone en primer plano un concepto que es central
en la profecía de Ezequiel: la gloria de Dios.
Se trata de una realidad que es casi física: brilla, zumba, pesa.
Su llegada es avasalladora, como la de la majestad llevada a su más alto grado.
Es sobre todo como un recordatorio de la distancia infinita que separa nuestra
contingencia de la solidez de Dios en su ser. Ante él se devela toda nuestra
fragilidad, finitud, sordidez.
Ezequiel pertenece a familia sacerdotal y por eso tiene una
sensibilidad delicada y honda cuando se trata del culto a Dios. Varios pasajes
muestran su desaprobación, que raya en asco, cuando se trata de la vida
hipócrita y comodona de los sacerdotes y los jefes, es decir, los
"pastores" del pueblo de Dios.
Es natural entonces que conciba la restauración de la alianza como
el acto supremo del culto, es decir, como el camino de dar la gloria a Dios de
modo pleno, cumplido y sincero. Natural también que sienta que el templo es el
sitio donde la gloria de Dios "habita" y desde el cual
"reina." Esto es interesante notarlo porque a veces se cree que los
profetas oponían de manera absoluta el culto y la justicia, como si una
condición para practicar la justicia fuera olvidarse o menospreciar el culto.
Ezequiel muestra que desde una sensibilidad litúrgica y cúltica muy profunda
brota un mensaje de fuerza impetuosa para renovar la vida entera del pueblo de
Dios.
Del salmo 84 R/. El Señor habitará en la tierra.
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/..
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/..
ACLAMACIÓN (Cfr. Mt 23, 9. 10) R/. Aleluya, aleluya.
Su Maestro es uno solo, Cristo, y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor. R/.
Su Maestro es uno solo, Cristo, y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor. R/.
Los fariseos dicen una cosa y hacen otra.
Del santo Evangelio según san Mateo: 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos:
"En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan,
pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y
hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre
las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo
lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del
manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos
de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la
gente los llame 'maestros'.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestras', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestras', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario
Los falsos maestros
El evangelio nos presenta en labios de Jesús lo que no es un
maestro, es decir, cómo es que NO se sirve a Dios. Esta enseñanza es
especialmente útil para quienes tienen o tenemos un servicio de predicación o
pastoreo en medio del pueblo de Dios: ya el Señor nos muestra bien qué es lo
que él detesta y por qué lo rechaza.
En realidad se trata de tres cosas: la primera y más evidente es la
hipocresía, que se sintetiza en la frase: "todo lo hacen para que los vea
la gente."
Lo segundo es la opresión al pobre, expresado en aquello:
"lían cargas insoportables." De fondo esta opresión es una
desfiguración de la ley, que en principio debería servir para traer vida.
Lo tercero es la incoherencia, según la recomendación "hagan
lo que dicen pero no lo que hacen." Tal consejo contiene implícito el
dolor por una vida que tiene suficiente verdad para pronunciar pero muy poca
verdad para vivir.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo
unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad
de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a
ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Lc 11, 27)
Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno
Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, al recibir el sacramento celestial en esta conmemoración de
la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a
imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
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