Santos: Beato Junípero Serra, presbítero. Santa Teresa de Jesús Jornet, fundadora. Beato Domingo de la Madre de Dios, presbítero. Feria (Verde)
LAS PREOCUPACIONES Y LA
ANGUSTIA
2Ts 2,1-3. 14-17; Mt
23,23-25
Los cristianos de Tesalónica
habían comenzado a perder la paz interior. Los pronósticos fallidos y las
supuestas revelaciones proféticas sobre la inminente venida de Jesús generaban
incertidumbre. Algunos se desentendían de cumplir sus responsabilidades
laborales, dedicándose por completo a la ociosidad, imaginando que no valía la
pena trabajar para conseguir el sustento cotidiano, porque la ruina total se
aproximaba. Del otro lado, el texto profético del primer Evangelio exhibe la
inconsistencia del comportamiento ético de los escribas y fariseos. Estos viven
como escrupulosos cumplidores de mandamientos rituales de poca monta, mientras
que se desentienden de practicar los valores éticos indispensables, que
garantizan las relaciones justas entre las personas.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Si 15,
5)
El Señor lo llenó del
espíritu de entendimiento y sabiduría, para que iluminara a su Iglesia y lo
cubrió de gloria.
ORACIÓN COLECTA
Enciende, Señor, en nosotros
el fuego con que inflamaste el corazón de san Agustín, a fin de que, sedientos
como él de sabiduría y de amor, no descansemos hasta encontrarte a ti, verdad
eterna e infinita bondad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Conserven la doctrina que
les hemos enseñado.
De la segunda carta del
apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 2, 1-3. 14-17
Hermanos: Por lo que toca a
la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestro encuentro con Él, les rogamos
que no se dejen perturbar tan fácilmente. No se alarmen ni por supuestas
revelaciones ni por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que los induzcan a
pensar que el día del Señor es inminente. Que nadie los engañe en ninguna
forma.
Dios los ha llamado para que, por medio del Evangelio que les hemos predicado, alcancen la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así pues, hermanos, manténganse firmes y conserven la doctrina que les hemos enseñado de viva voz o por carta.
Que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, y nuestro Padre Dios, que nos ha amado y nos ha dado gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, conforten los corazones de ustedes y los dispongan a toda clase de obras buenas y de buenas palabras.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Dios los ha llamado para que, por medio del Evangelio que les hemos predicado, alcancen la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así pues, hermanos, manténganse firmes y conserven la doctrina que les hemos enseñado de viva voz o por carta.
Que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, y nuestro Padre Dios, que nos ha amado y nos ha dado gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, conforten los corazones de ustedes y los dispongan a toda clase de obras buenas y de buenas palabras.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Comentario.
Un Llamado a la Serenidad
Hoy parece indudable que la primera predicación
cristiana insistía con mucha fuerza y con mucho entusiasmo en el pronto retorno
de Cristo como Señor del Universo. Entendían estos cristianos que la
proclamación de la victoria del Resucitado no es sencillamente el comienzo de
un nuevo orden visible, como si un genio del derecho se pusiera a reorganizar
la sociedad o como si un brillante filósofo nos diera las claves de una vida
feliz. La noticia de la Resurrección es más bien la declaración del breve tiempo
que resta antes de que todo lo visible comparezca ante Cristo, ya no como
Salvador sino como Juez.
Con ese contexto comprendemos que una cierta prisa
de amor llevaba a algunos de los primeros cristianos a anhelar el retorno de
Jesucristo con tal intensidad que ciertas señales de su tiempo les parecían ya
los preliminares de la gran manifestación del Señor. Las cosas llegaron al
extremo de crear cierto nerviosismo o expresiones de fanatismo en algunos que
vivían demasiado atentos a cualquier mensaje o profecía que fuera en la
dirección de sus deseos. Pablo, que como creyente tanto anhelaba el retorno de
Jesús, se vio en el deber de sosegar los ánimos, como vemos en la primera
lectura de hoy.
Aprendemos de estos hechos que el amor no puede
adormecerse con mediocridad pero tampoco puede exaltarse con nerviosismo.
nuestra esperanza es grande y, por grande, serena.
Del salmo 95 R/. Alégrense
los cielos y la tierra.
"Reina el Señor",
digamos a los pueblos. El afianzó con su poder el orbe, gobierna a las naciones
con justicia. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino; salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo. R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino; salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo. R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R/.
ACLAMACIÓN (Hb 4. 12) R/.
Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. R/.
La palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. R/.
Esto es lo que tenían que
practicar, sin descuidar aquello.
Del santo Evangelio según
san Mateo: 23, 23-26
En aquel tiempo, Jesús dijo
a los escribas y fariseos: " Ay de ustedes, escribas y fariseos
hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero
descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y
la fidelidad! Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello!
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario.
Cristo Indignado
Los versículos que ayer y
hoy hemos encontrado en el evangelio tienen una impresionante carga de
indignación y de reprensión. En pocos lugares del Nuevo Testamento encontramos
a Cristo tan indignado y tan acerado en sus palabras como en este capítulo 23
de san Mateo.
Hay razón, desde luego, para
ese enojo, y, puesto que toda palabra de Cristo es enseñanza sus discípulos,
aprendamos, hermanos, de este enojo del Señor, así como en otras ocasiones
hemos querido aprender de su sonrisa, su abrazo o su ternura.
La razón fundamental de
tanto castigo es la hipocresía. Y la razón para castigar la hipocresía es que
nos hace inhábiles para la conversión. Además, la mentira que nos ciega a
nuestros males igualmente nos ciega a los bienes ajenos. El resultado es que
quien no reconoce su daño se afianza en él y daña a los demás.
Entendemos así que
Jesucristo quiere erradicar del mundo la hipocresía por amor a quienes la
practican y por compasión con quienes la padecen.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que esta Eucaristía
que vamos a celebrar, como memorial de nuestra redención y sacramento de tu
misericordia, sea para nosotros el signo de unidad y el vínculo de amor. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt
23, 10. 8)
Cristo es su único Maestro,
dice el Señor, y todos ustedes son hermanos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de
Cristo, que hemos recibido en este sacramento, nos hagan participar, Señor, de
su vida divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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