
El modo más bello y eficaz de recurrir a María es mediante el Santo Rosario. Es un ramo de cincuenta rosas que le regalamos a nuestra Madre. En cada Avemaría, estamos recordando a la Madre de Dios las palabras que más le alegran: las del ángel Gabriel en Nazaret, las de Santa Isabel en Ain Karen, las de toda la Iglesia que le pide "ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte". Completísima oración, bellísima y facilísima.
Muchos dicen que no les llena, les resulta monótono o les distrae la sucesión de tantas avemarías. Pensemos que el Rosario es una oración litánica, es decir, que como la lluvia suave, va empapando el corazón lentamente y le hace florecer. En cada misterio contemplamos un episodio de nuestra salvación, bien sea gozoso, luminoso, doloroso o glorioso. Pues bien, igual que se contempla un cuadro en un museo y la explicación del guía hace que realmente nos enteremos del sentido, el valor y la belleza del cuadro; así, la Virgen María es la mejor guía para que contemplemos y nos sumerjamos en cada misterio de la vida de Cristo, de nuestra salvación. Con la repetición de las Avemarías, sucede como en un documental televisivo sobre la naturaleza: una música suave acompaña a las imágenes y ayuda a una más gozosa contemplación de los paisajes. Así, las Avemarías son la música de fondo. Lo que nosotros hacemos es contemplar y vivir cada misterio.
Qué fácil es y qué poco cuesta rezar el rosario. Te aconsejo que lo reces diariamente. Vas a ver lo que es progresar en la vida espiritual. Si te resulta difícil dedicar exclusivamente un tiempo al Rosario, aprovecha cuando vas de camino, en el coche o autobús, caminando o en la sala de espera del médico, para sacar tu rosario y, sin complejo alguno, mostrar al mundo que estás hablando con María.
El Rosario es el "arma" que ha ablandado los más duros corazones, que ha derribado incluso estructuras o sistemas ateos y anticristianos. Misteriosamente, por ejemplo, se cumplió la promesa de Fátima de que el rezo del Rosario acabaría con el ateísmo marxista.
Rosario diario, paso de gigante hacia el Celeste Santuario.
Rosario diario, paso de gigante hacia el Celeste Santuario.
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