Hola amigos, bienvenidos a este sitio que solo busca compartir todo aquello que llega a mi buzón, y nos ayuda a crecer en nuestra fe católica..
(casi todo es sacado de la red)

Si alguien comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia o que se retire, por favor, que me lo comunique y lo hago inmediatamente. Gracias.

Espero que os sirva de ayuda y comenteis si os parece bien...


Gracias


Maria Beatriz.



SI AL CRUCIFIJO Tu quita un Crucifijo y nosotros pondremos mil

En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados

En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados
En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados

NOTICIAS SOBRE S.S. FRANCISCO

NOTICIAS SOBRE S.S. FRANCISCO
NOTICIAS SOBRE S.S.FRANCISCO

Hemos vuelto

Queridos hermanos en Cristo. Tras algunos años de ausencia por motivos personales. A día de hoy 24 de Marzo del 2023, con la ayuda de Dios Nuestro Señor retomamos el camino que empezamos hace ya algún tiempo. Poco a poco nos iremos poniendo al día, y trataremos de volver a ganarnos vuestra confianza.

Gracias de antemano y tenednos paciencia.
Dios os guarde a todos y muchas gracias a los que a pesar de todo habéis permanecido fieles a este blog, que con tanto cariño y tanta ilusión comenzó su andadura allá por el año 2009

Dios os bendiga y os guarde a todos.

CAMINATA DE LA ENCARNACIÓN

16 de diciembre de 2011

LECTURAS DEL DÍA 16-12-2011



16 de Diciembre de 2011.VIERNES III DE ADVIENTO. Feria. 3ª Semana del Salterio ( Ciclo B). MES DEDICADO A LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS MARÍA Y JOSÉ.SS.Ageo prof, José Mañanet pb, Everardo mj, Adelaida em.. Santoral Latinoamericano. Adelaida

 
LITURGIA DE LA PALABRA

Is 56,1-3a.6-8: A mi casa la llamarán casa de oración todos los pueblos
Salmo responsorial 66: ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos
Jn 5,33-36: Juan era la lámpara que ardía y brillaba

Hoy tenemos que dejarnos interpelar por la Palabra de Dios para comprender la identidad del cristianismo que profesamos y la manera cómo lo vivimos.

En el evangelio de San Juan, Jesús vuelve a valorar el testimonio de Juan el Bautista y la naturaleza de su predicación. Juan fue muy claro al decir que no era le Mesías, ni Elías, sino una voz que clama en el desierto y que invita a la conversión, a volverse a Dios dejando atrás todo aquello que por el pecado distancie del querer de Dios. Fue una luz en medio de la oscuridad, odiada y apagada por quienes se benefician de las tinieblas.

Jesús muestra que, además de la conversión, se necesita la construcción de una sociedad más justa, sin excluidos, sin enfermos en las calles, sin endemoniados en los caminos. Jesús gasta su vida incluyendo a los que la sociedad excluye y desprecia por alguna razón o interés. Para avanzar en esa construcción hay que relativizar el valor sagrado de las leyes, de las estructuras.

Hoy en día vivimos en una sociedad gobernada por los señores de la oscuridad, que por sus intereses, sobre todo de tipo económico, han llevado a los pueblos a la miseria y los han dejado sumidos en la explotación, la marginación y el hambre.

PRIMERA LECTURA
Isaías 56,1-3a.6-8
A mi casa la llamarán casa de oración todos los pueblos

Así dice el Señor: "Guardad el derecho, practicad la justicia, que mi salvación está para llegar, y se va a revelar mi victoria. Dichoso el hombre que obra así, dichoso el mortal que persevera en ello, que guarda el sábado sin profanarlo y guarda su mano de obrar el mal. No diga el extranjero que se ha dado al Señor: "El Señor me excluirá de su pueblo." A los extranjeros que se han dado al Señor, para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que guardan el sábado sin profanarlo y perseveran en mi alianza, los traeré a mi monte santo, los alegraré en mi casa de oración, aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos." Oráculo del Señor, que reúne a los dispersos de Israel, y reunirá otros a los ya reunidos.

Palabra de Dios

Salmo responsorial: 66
R/Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,  ilumine su rostro sobre nosotros;  conozca la tierra tus caminos,  todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,  porque riges el mundo con justicia,  riges los pueblos con rectitud  y gobiernas las naciones de la tierra. R.

La tierra ha dado su fruto,  nos bendice el Señor, nuestro Dios.  Que Dios nos bendiga; que le teman  hasta los confines del orbe. R.

SANTO EVANGELIO
Juan 5,33-36
Juan es la lámpara que arde y brilla

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado."

Palabra del Señor.



Reflexión de la Primera Lectura: Is 56,1-3a.6-8: A mi casa la llamarán casa de oración todos los pueblos

El mensaje del profeta Isaías cobra un aire universalista y lleno de entusiasmo por la ciudad de Sión, concebida como el centro universal, desde el que Dios irradia su gloria. La profecía comienza con una exhortación a practicar la justicia (v. 1), porque es el camino que indica la sabiduría capaz de conducir a la dicha (v. 2). A continuación se proponen dos casos extremos, el extranjero y el eunuco, que podría pensarse que están excluidos de las promesas de Dios. Después de la respuesta al eunuco, se dirige al extranjero (vv. 6-8) y se indica la necesidad de una síntesis entre culto y vida, como condición para poder acceder al servicio divino.

El profeta Isaías utiliza aquí el mismo lenguaje que el Levítico usa para los levitas, más aún, hace un parangón entre la situación del levita respecto a los sacerdotes de primera fila y la de los extranjeros respecto a la comunidad cultual de Jerusalén. Así como el levita tiene derecho a ser acogido en el cuerpo sacerdotal para servir al Señor, también el extranjero tendrá derecho a entrar en la comunidad cultual. Is 66,21 avanzará más, indicando la elección de sacerdotes y levitas del Señor también entre las naciones.

La única condición para participar en el pueblo de Dios y en la asamblea cultual no es la pertenencia étnica, sino una vida fiel a las exigencias de la alianza, ejemplarizada en el precepto del descanso sabático. Para todos Dios abre su casa, su templo, para que todos los justos experimenten su misericordia (v. 7).
Evangelio: Juan 5,33-36

Reflexión al Salmo responsorial 66: ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos

El Señor tenga piedad y nos bendiga (v. 1). Que Dios nos bendiga (v. 8). La lectura "cristiana" de estos versículos, es decir, su alcance y comprensión a la luz de la plenitud de la Revelación, los convierten en hondos y luminosos.

La bendición de Dios se consuma en su Hijo Jesucristo, por medio del cual nos ha bendecido con toda clase de bienes espirituales 314

Aprovechemos este silencio contemplativo de nuestra oración para agradecer a Dios Padre estas bendiciones: en primer lugar, la bendición consistente en contemplarnos -antes, incluso, de la creación del mundo- como formando un solo cuerpo en la Persona de Cristo. Un cuerpo que llegará "al estado de varón perfecto, a la medida de la edad perfecta de Cristo".315 ¡Qué sublime predestinación!; después, la bendición consistente en realizar esta predestinación de una manera admirable: haciéndonos hijos suyos. ¡Qué excelsa dignidad!

Por medio de Cristo -de su Pasión y de su Muerte- podemos contemplar de nuevo el rostro del Padre, sereno y bondadoso.316 Viene, pues, a propósito la conclusión de nuestra meditación con esta antiquísima colecta sálmica: "Conociendo la tierra tus caminos, Padre santo, y todos los pueblos tu salvación, confesamos que Cristo es nuestro sendero y nuestra patria; por Él caminamos derechamente y llegamos a la más plena victoria; danos, pues, como regalo a aquél que hiciste para nosotros salvación. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén."317

Ilumine su rostro sobre nosotros. Agustín desarrolla su plegaria "cristiana" con estas palabras: "Ya que nos grabaste tu imagen, ya que nos hiciste a tu imagen y semejanza, tu moneda, ilumina tu imagen en nosotros, de manera que no quede oscurecida. Envía un rayo de tu sabiduría para que disipe nuestras tinieblas y brille tu imagen en nosotros ... Aparezca tu Rostro, y si -por mi culpa-, estuviese un tanto deformado, sea reformado por ti, aquello que Tú has formado."318

La tierra ha dado su fruto: Son varios los Padres que, en el comentario a este versículo, nos ofrecen una interpretación concorde. ¡La Tierra! La Virgen María, es de nuestra tierra, de nuestra raza, de esta arcilla, de este lodo, de la descendencia de Adán. La tierra ha dado su fruto; el fruto perdido en el Paraíso y ahora reencontrado. La tierra ha dado su fruto.

Primeramente ha dado la flor: «Yo soy el narciso de Sarón y el lirio de los valles» (Cant 2: 1). Y esta flor se ha convertido en fruto: fruto porque lo comemos, fruto porque comemos su misma Carne. Fruto virgen nacido de una Virgen, Señor nacido del esclavo, Dios nacido del hombre, Hijo nacido de una Mujer, Fruto nacido de la tierra."319 "Nuestro Creador, encarnado en favor nuestro, se ha hecho, también por nosotros, fruto de la tierra; pero es un fruto sublime, porque este Hombre, nacido sobre la tierra, reina en los cielos por encima de los Ángeles."320
.................

Esta repetición de palabras crea una especie de alborozo en el mismo vocabulario. Una vez más, vemos a Israel consciente del privilegio de ser el "pueblo de la Alianza"... y deseoso de participar esta dicha al conjunto de la humanidad. Pide a todas las naciones, a toda la tierra, a todos los hombres, asociarse a las "bendiciones" de que es el primer beneficiario. Este salmo seguramente se cantaba en una de las dos fiestas de cose cha: Pentecostés o los Tabernáculos. La fertilidad de la tierra, la felicidad de una hermosa siega, incitaba a los hebreos a compartir esta dicha, fruto de la bendición divina.

SEGUNDA LECTURA: CON JESÚS

"Id por todo el mundo: haced discípulos míos entre todas las gentes"... Jesús vivió profundamente en su conciencia este "universalismo" de Israel. Transformó este voto en proyecto... Enviando a sus apóstoles hasta "los confines de la tierra". "¡Jesús debió recitar este salmo con gran fervor!". "Que venga tu reino universal, que se haga tu voluntad".¡"Que los pueblos te aclamen oh Dlos, que te aclamen todos los pueblos"!

"La tierra ha dado su cosecha". Esta dimensión realista, temporal, de la felicidad basada en los bienes de aquí abajo, no fue menospreciada por Jesús: nos manda pedir "el pan nuestro de cada día". "Tu camino será conocido sobre la tierra". Jesús se llamó a sí mismo el "camino". "Yo soy el camino, la verdad, la vida". "Que su rostro aparezca ante nosotros". El "rostro" de Dios, luminoso: La sonrisa de Dios a la humanidad. Jesús, en su encarnación, ¿no fue acaso la respuesta inaudita a esta oración? El Dios invisible, el Dios "sin rostro", se hizo visible a nuestros ojos en el rostro humano de Cristo. "La tierra ha dado su cosecha, su fruto"...¡ Jesús, fruto de la tierra! Jesús, la más bella mies que jamás haya salido del seno de la tierra. "Tu salvación será conocida entre todas las naciones". Esta salvación la trajo El, Jesús. Recitando este salmo, Cristo oró por su propia misión en el plan del Padre: "He venido, no para condenar sino para salvar". "Tú conduces las naciones sobre la tierra". Conducir, guiar, papel divino. Jesús reivindicó explícitamente este papel, presentándose como el "buen pastor" que conduce sus ovejas hacia las fuentes de agua viva.

TERCERA LECTURA: CON NUESTRO TIEMPO

La tierra entera... El mundo entero... Todos los pueblos... Todos los hombres. Esta visión amplia, cósmica, mundial, es muy moderna. Nunca como hoy se han traspasado las fronteras que separan los pueblos. Entramos cada vez más en la era de los viajes al exterior. El mundo entero llega a nuestra casa por la televisión. La manera de vivir de otros pueblos, sus problemas se aproximan a nosotros. Al mismo tiempo se acentúan los sueños de paz universal y definitiva. ¡"Que las naciones se alegren, que canten"! Al hacer esta oración hoy, no podemos encerrarnos en nuestros pequeños universos particularistas o nacionalistas estrechos... Al contrario, este salmo contribuye a ampliar nuestros horizontes. En este sentido, el Padre Teilhard de Chardin con su pensamiento universal, contribuyó a "ampliar nuestros corazones". Escribió un opúsculo titulado: "La Misa sobre el mundo". Admiremos la amplitud de esta "eucaristía". El sol ilumina, allá, la franja extrema del primer oriente. Una vez más, bajo el mantel móvil de sus fuegos, la superficie viviente de la tierra despierta, vibra y reinicia su aterradora labor. Pondré en mi patena, oh Dios mío, la cosecha esperada de este nuevo esfuerzo. Echaré en mi cáliz la savia de todos los frutos que serán triturados hoy"...

La tierra ha dado su cosecha: Dios, Dios nuestro nos bendice. Ha habido en ciertas épocas de la historia de la Iglesia una tentación de espiritualismo desencarnado, un desprecio de las cosas de aquí abajo, un cierto pesimismo ante los alimentos terrestres, considerados como impuros. No se trata de caer en el exceso inverso que idolatra los "bienes de la tierra". Jesús trató de "loco" al hombre que amplió sus graneros al tener una cosecha excepcional... No precisamente por el éxito, sino porque se olvidó de pensar en "su alma". ¡Sí, es verdad! Los placeres terrestres son frágiles, no pueden saciar totalmente el "hambre" y la "sed" del hombre. La verdadera actitud cristiana es la del hombre que se da sin medida al éxito de la "creación": recoger una hermosa cosecha, llevar a feliz término una empresa, terminar bien un trabajo, hacer evolucionar las situaciones, educar a un hombre o una mujer... Esto es un "don de Dios": "Dios, nuestro Dios, nos ha bendecido". ¡Hay que hacer una espiritualidad del fracaso, cuando llegue! pero es más urgente hacer una espiritualidad de la "cosecha": "He aquí el pan, fruto del trabajo del hombre y de la tierra, te lo presentamos, él se convertirá en tu cuerpo".

Que las naciones se alegren, que canten. ¡La búsqueda de la felicidad, de la fiesta. Atreverse a orar así! Atreverse a pedir a Dios no solamente que cese el dolor, sino que aumente la felicidad y la alegría. Y si nosotros oramos para que los pueblos estén "alegres" y "canten"... ¿Cómo podemos tener caras aburridas? La alegría es el gran secreto del Cristiano. Un santo triste es un triste santo. Hagamos a aquellos que viven con nosotros la primera caridad, la caridad de la alegría y de la sonrisa.

La oración del tiempo de cosecha: oración de otoño: La vejez no es un tiempo fácil de vivir. Un poeta habló de esta edad que "siente la decadencia de las cosas perecederas". Este salmo sugiere que nada se acaba. El otoño es una estación nostálgica, es cierto. Pero todo continúa, en las cosechas que se guardan en el granero: todo lo que ha habido de trabajo, de amor, de sacrificio, de don de sí en una vida... "Está guardado en Dios" mejor que en ningún granero. Lo que ha hecho un anciano en su vida, los granos que ha cosechado, servirán para próximas siembras. Para quien cree en Dios, nada se acaba.

Reflexión Primera al Santo Evangelio:Jn 5,33-36: Juan era la lámpara que ardía y brillaba

Estamos inmersos en una controversia de Jesús contra los jefes judíos que lo acusan de haber violado el sábado, curando al paralítico (cf. Jn 5,16-18). El fondo del debate entre Jesús y los jefes es el de la fe contra la incredulidad.

Después de haber probado que su actuar es participación de la acción del Padre, Jesús se enfrenta con el argumento de testimonios contra él y de la importancia de su revelación sobre el Padre. Su revelación es verdadera porque el Padre testimonia a su favor por medio de sus obras. Aunque sus interlocutores no pueden acceder a este nivel de testimonio, sí pueden referirse al testimonio de Juan Bautista. El cuarto evangelio habla muchas veces del Bautista en su calidad de testigo (Jn 1,6.8.15; 1,19-35; 3,22-30), y aquí también se reconoce, pero a la vez se relativiza. De hecho, aun afirmando que el Bautista fue «lámpara» ardiente y brillante (v. 35), se recuerda que es sólo un hombre cuyo testimonio recibe fuerza de otro, del Padre. Y es el Padre quien testimonia a favor de Jesús, con las Escrituras y con “las obras” mismas de Jesús, mostrando cómo sintonizan su hacer en favor de la vida y de la libertad de la humanidad (cf. v. 17: «Mi Padre trabaja siempre, por eso yo trabajo también»).

Hoy la palabra del profeta Isaías nos abre al asombro y a la gratitud por la ilimitada misericordia divina que quiere la salvación de todos los hombres, rompiendo las barreras que fácilmente construimos en su nombre. También nos convoca, a nosotros que procedemos de los gentiles y no éramos su pueblo, a entrar como hijos en su casa y poder participar en la intimidad de su vida. Ya no hay razón que valga para pretender vivir alejados de su amor, aduciendo quizás la excusa de nuestra indignidad. El no nos exige títulos de nuestros méritos, sólo la búsqueda sincera de su voluntad y el deseo de morar en su “casa de oración”.

En su casa encontramos la palabra de la Escritura donde late el corazón de Cristo y que da testimonio de él. A través de ella también resuena la voz del Bautista que nos señala al Esposo que está a punto de venir a nuestras vidas, y brilla para nosotros la luz de su testimonio iluminando nuestro camino hacia Cristo. De este modo empezamos a captar algo del profundísimo misterio de amor y comunión que lega el Hijo al Padre y que hace de la persona de Jesús y de sus obras la manifestación perfecta del rostro del Padre. El Padre no quiere juzgarnos, sino que apuesta incondicionalmente por la vida y la libertad de todos nosotros.

Reflexión Segunda al Santo Evangelio:Jn 5,33-36. Juan era la lámpara que ardía y brillaba

Al final de esta semana, enteramente dedicada a Juan Bautista, he ahí un texto donde el mismo Jesús, en un contexto de controversia con sus enemigos, hace una comparación entre sí mismo y Juan Bautista.

-Jesús decía a los judíos: "Vosotros enviasteis a preguntar a Juan, y él dio testimonio a la verdad. Bien que Yo no he menester testimonio de hombre..."

Estas fórmulas incisivas nos dicen muchas cosas sobre la conciencia que Jesús tenía de su persona y de su papel.

Ningún hombre, ningún profeta, ningún santo, por grande que sea no es comparable a Jesús. Jesús lo sabe. ¡EI se atreve a reivindicarlo como algo que no tiene vuelta de hoja!

¿Tengo quizá yo tendencia, alguna vez, siguiendo en ello a muchos de mis contemporáneos, a reducir la talla de la personalidad y del misterio de Jesús?

-Sino que digo esto para vuestra salvación.

Jesús llega a decir que no necesita a nadie... pero que todos le necesitan a El.

Sobre esta solidez quiero apoyarme, una solidez y firmeza más que humanas. ¡Sálvanos, Señor! Sí.

-Juan era una antorcha que ardía e iluminaba.

Una admirable imagen.

Dejo que vibre en mí.

Voy considerando lo que implica ser una fuente de luz y de calor, si bien modesta, para un pequeño rincón del universo.

Una antorcha, no es gran cosa, no alumbra a lo lejos, ni arde mucho. Sin embargo todo cambia si se la enciende en un lugar donde sólo reinaban las tinieblas.

Haz, Señor, que sea yo también una antorcha ardiente e iluminadora.

-Y vosotros, por un breve tiempo, quisisteis alegraros a la vista de su luz.

Es hermosa esta palabra. "Alegrarse" a la luz. La luz, es algo bueno, alegre. Es una señal festiva.

Jesús, no parece insinuar que debían haber sabido aprovecharse mejor, del ejemplo de Juan y alegrarse más y por más tiempo.

¿Sé aprovecharme sencillamente de las pequeñas alegrías de la vida?

-Pero Yo tengo a mi favor un testimonio superior al testimonio de Juan.

Después de valorar a su precursor, Jesús pasa a otro nivel.

Hasta aquí, se estaba en el plan humano.

¿Qué va a decirnos sobre el misterio de su persona? ¿Quién es este testigo que habla por Jesús, y que le basta?

-Son las obras que el Padre puso en mis manos para que las ejecutase.

Detrás de la persona de Jesús está el Padre: una relación absolutamente única con Dios, que escapa a las más altas posibilidades del hombre.

Trato de contemplar despacio esta relación de Jesús con el Padre.

-Estas mismas obras que Yo hago dan testimonio en mi favor de que me ha enviado el Padre.

Esto no pertenece tampoco al orden de la demostración intelectual, teórica; sino al orden de la actitud, de la conducta, del acto.

Jesús vive con el Padre y hace las obras del Padre.

Tampoco para nosotros la unión con Dios, no es principalmente del orden de la sensibilidad, ni de las bellas palabras... esto se realiza en el hondón mismo de nuestras acciones habituales que están, o no están de hecho con el querer del Padre.

Ayúdanos, Señor, a hacer también nosotros las obras del Padre.

Reflexión Tercera al Santo Evangelio:Jn 5,33-36: Juan era la lámpara que ardía y brillaba

La página del profeta comienza por una invitación a vivir según Dios, porque se acerca, «porque mi salvación está para llegar y se va a revelar mi victoria». Dichoso aquél que prepara los caminos del Señor practicando la justicia y «guarda su mano de obrar el mal».

Pero hay otra idea que todavía se subraya más: para Dios no hay extranjeros. Nadie se tiene que sentir excluido de su plan salvador. Todos los hombres de buena voluntad, sean de la raza que sean, serán admitidos: «No diga el extranjero: el Señor me excluirá de su pueblo». Aunque no pertenezca a Israel, toda persona dispuesta a obrar bien se salvará. El monte Sión, la nueva Jerusalén, será centro universal de salvación. Para todos «mi casa es casa de oración». Porque Dios quiere reunir a los dispersos y formar con todos la nueva comunidad.

No es cuestión de raza, sino de conducta. Por eso el salmo 66 nos ha hecho cantar: «que todos los pueblos te alaben... conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación». Porque Dios está cerca y «la tierra ha dado su fruto». Dios ama a todos. Ama libremente. Hacia el final de la Navidad celebraremos explícitamente la manifestación del Salvador a los paganos, representados en los magos que vienen de Oriente.

2. También hoy es Juan Bautista el que nos anuncia que ya ha llegado este tiempo en que Dios se nos quería acercar definitivamente en el Mesías. Juan «ha dado testimonio a la verdad» y ha señalado claramente con su dedo al que viene a salvar a la humanidad, Jesús de Nazaret.

Juan no es la luz, pero sí «la lámpara que ardía y brillaba». No es la Palabra salvadora, pero si la voz que la proclama en el desierto.

Aunque a Jesús le avala Dios mismo, con sus obras, pero también es válido el testimonio que ante el pueblo de Israel da de él el Bautista, profeta recio, testigo creíble, hombre íntegro. Jesús quiere que crean en él también por la palabra del Bautista.

3. a) Las lecturas se vuelven hoy y aquí preguntas interpelantes para nosotros.

Invitándonos a pensar, ante todo, si nosotros, a ejemplo de Juan, somos lámparas que dan luz, que iluminan a otros, punto de referencia creíble por el que se puedan orientar en su vida y descubrir a Cristo Jesús, el que quita el pecado del mundo. El Bautista es un admirable modelo de los que a lo largo de los siglos recibimos el encargo de ser testigos de Cristo en medio del mundo, con nuestras palabras y nuestras obras.

b) Pero con obras. El Bautista, y por tanto cada Adviento, pone en cuestión seguridades y estilos de vida. Denuncia. Despierta a los dormidos. Invita a que algo cambie en nuestras actitudes. Por ejemplo, la actitud universalista que la primera lectura nos proponía, y que Juan el Bautista practicaba, predicando a todos, pecadores o no, fariseos y publicanos, judíos o romanos, la cercanía del Salvador.

c) Para Dios no hay extranjeros. ¿Y para nosotros? Él no hace acepción de personas. ¿Y nosotros? Si Dios está preparando, de nuevo en esta Navidad, la manifestación de su amor para con todos los de buena voluntad, ¿es así de universalista también nuestra actitud ante las personas? Según el profeta, el Templo será casa de oración para todos, sin discriminación. ¿No hacemos ninguna clase de discriminación nosotros en nuestra vida, social o eclesial?

Si se viera que los cristianos «aceptamos a los extranjeros», a los de otra raza o de otros gustos, edad y cultura, o a los que la sociedad tiene marginados.

Si fuéramos de veras lámparas de luz por nuestro testimonio de apertura y esperanza: entonces seria un Adviento auténtico para nosotros y para los demás.

d) La celebración de la Eucaristía es siempre abierta, y por tanto, universalista.

Vienen personas de edad y cultura distinta. Todos nos aceptamos, de modo especial con el gesto de la paz que se nos invita a hacer. No podemos ir a comulgar con Cristo si no estamos en actitud de comunión y acogida para con los demás.

El Adviento del Señor se prepara con un adviento de cercanía y mutua aceptación entre las personas. Que es la manera como las dos direcciones tienen más sentido: nuestra aceptación de los demás queda motivada porque todos somos salvados y alimentados por el mismo Cristo, y nuestra aceptación de Cristo se concreta en la aceptación de su mejor sacramento, la persona del prójimo.

Elevación Espiritual para este día

El alma que ha perdido la paz debe arrepentirse, y el Señor le perdonará los pecados, y entonces encontrará el gozo y la paz. ¿Qué más debemos esperar? ¿Pedir que alguien cante músicas celestiales? En el cielo todo vive por obra del Espíritu Santo y a nosotros en la tierra se nos ha dado el mismo Espíritu Santo, y si lo conservamos, se nos liberará de toda tiniebla y permanecerá en nosotros la vida eterna.

El Señor ama al hombre y se le manifiesta como le place. Y el alma, cuando ve al Señor, se regocija humildemente de la misericordia de Dios. Para conocer al Señor, no se necesita ser rico o sabio, sino obediente, sobrio, tener un espíritu humilde y amar al prójimo. El Señor amará a esa alma, y él mismo se le manifestará y enseñará el amor divino y la humildad, y le dará todo lo necesario para encontrar reposo en Dios.

Reflexión Espiritual para el día.

Soy un traidor, si tú no me ayudas, Jesús mío misericordioso.

Tú me conoces, Señor; no te fíes de tu siervo: porque si tú no lo guardas, huirá, engañado por otro: una bestia dorada será su dios, pero, si tú le ayudas, Señor, si no le privas de la luz de tu rostro adorable, si además él no huye de tu mirada, temerá y temblará y se quedará contigo.

Jesús, sobre mi cabeza está la impronta de tu sanare y, si el mundo intenta encantarme, esa sangre resplandezca a lo lejos y el mundo se apartará, sin haber extendido su mano.

El rostro de los personajes, pasajes y narraciones de la Sagrada Biblia y Magisterio de la Santa Iglesia.

-Se ha dicho con acierto que hablar del Espíritu Santo es como querer asir el Viento o dejar quieta la Vida. La frase resulta expresiva porque el Espíritu, por definición, escapa a cualquier imagen que pretenda encerrarlo, aunque ésta sea tan popular como la tradicional paloma. De todas formas, como humanos que somos, es preciso que nos hagamos una idea, aun a sabiendas de que necesariamente será incompleta. Nadie puede presumir de haber agotado con sus explicaciones la densidad trinitaria que el Espíritu conlleva. Más vale captar algún aspecto de lo que debe entenderse por Espíritu Santo, que carecer de todos por pretender su totalidad. Puede empezarse por alguno de los significados que la palabra tiene y que sean, en parte, aplicables a nuestro tema. Por ejemplo, se llama «espíritu de la ley» a la finalidad que persiguen los artículos de la misma y que debe ser conseguida con ayuda o a pesar de esa normativa concreta. Aplicado a las personas, pretende describir el interior de las mismas. Así, espíritu de Jesús sería lo que el Señor llevaba dentro y le hacía sentir, pensar, hablar y actuar del modo en el que lo hizo.

-La importancia del Espíritu Santo para el cristiano actual viene expresada en las mismas palabras del Maestro. Cuando no esté a vuestro lado, el Padre os enviará el Espíritu Santo que os explicará el sentido de mi persona y mis palabras. Podréis contar con él en cualquier situación de necesidad o dificultad. No es posible comprender a Jesús sin el Espíritu. Quien no renazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Nuestro bautismo no es de agua como el de Juan, sino de Espíritu Santo.

-La misión del Espíritu (valga la expresión) es enseñarnos el sentido de la persona y las palabras de Jesús. Por él las actualizamos y concretizamos constantemente, aplicándolas a nuevas situaciones y enraizándolas en todas las culturas sin canonizar ninguna como cristiana por antonomasia. A partir del fermento heredado, pero sin retornos a la materialidad de lo originario, vamos haciendo realidad un «permanecer cambiando». Y esto es así tanto para el cristiano individual como para la comunidad de creyentes. Sin el Espíritu la Iglesia no estaría hecha de piedras vivas.

-El captar lo que hemos descrito en líneas anteriores como «el espíritu de Jesús» nos permite actuar en cada circunstancia como él lo haría. De esta forma, el Espíritu Santo se convierte en la ley que Dios ha puesto en nuestro corazón. Todo lo demás son recetas normativas. Para Pablo, el Espíritu es lo contrario de la Ley mosaica. Dios envió a su propio Hijo para rescatarnos de la Ley y convertirnos en hijos. «Porque vosotros, hermanos, fuisteis llamados a la libertad que no debe ser pretexto para entregaros al egoísmo, sino principio de solidaridad».

-Es obvio que, en la práctica, antes de decidir o actuar según esta ley puesta en nuestro corazón, deberemos hacer un inevitable -pero no angustioso- discernimiento. No podemos trivializar el Espíritu atribuyéndole todos nuestros antojos. Esta misma preocupación nos hará ser más conscientes de Aquel que nos inhabita. El es la presencia de Dios que nos da esperanza, serenidad y alegría.

-Realmente, muchas de las características del Espíritu coinciden con lo que puede entenderse en profundidad por fe. La fuerza interior que incita a seguir a Jesús solemos designarla indistintamente con una de estas palabras. El Espíritu, como la fe o el amor, no lo tenemos sino que él nos tiene, nos posee.

-Vistas así las cosas, sin Espíritu Santo, Dios queda lejos, Cristo pertenece al pasado, el Evangelio es letra muerta y la Iglesia es una organización más. Por contra, con su presencia en nosotros, las palabras de Jesús son palabras vivas y actuales, Dios es cercano porque nos habla en el corazón y la Iglesia no recorta en nada nuestra libertad.

-Está claro que el Espíritu es un don de Dios, pero, ¿cómo podemos nosotros tener más conciencia de él? Pablo escribe a los filipenses que «tengan los mismos sentimientos que Cristo Jesús» y el mismo se define como una persona tan cristificada que «no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí». A través de la lectura bíblica estudiada, reflexionada y orada, hemos de ir conociendo el «espíritu de Jesús». Habremos de exprimir el Nuevo Testamento en su conjunto y no limitarnos a frases sueltas. Recordemos que no vamos buscando recetas, por buenas que éstas sean, sino a una persona: Jesús de Nazaret, Dios encarnado.

-Sólo el Espíritu puede hacer que se cumpla el deseo que manifestaba ·Pablo-VI: «Hay que corregir el falso concepto de creyente como un reaccionario obligado, un inmovilista de profesión, un extraño a la vida moderna, un insensible a los signos de los tiempos, un hombre privado de esperanza».

-¿Qué es para mí el Espíritu Santo? ¿Qué lugar ocupa en mi cristianismo?

-¿Cómo ejerzo el discernimiento para captar lo que Dios me pide?

-¿Qué hago en concreto para conocer el «espíritu" de Jesús? +

No hay comentarios:

Publicar un comentario