Que entre el pueblo justo que observa la lealtad. (Is 26, 1-6)
Bendito el que viene en nombre del Señor.(Salmo 117)
El que hace la voluntad del Padre entrará en el Reino de los cielos (Mt 11, 11-5)
La espera del Adviento no puede quedarse en una simple contemplación pasiva. Es vigilante y activa. Se trata de realizar la voluntad del Padre.
La oración del día subraya el aspecto social de la salvación del que somos responsables: ... “mueve nuestros corazones; que tu amor y tu perdón apresuren la salvación que retardan nuestros pecados”.
Pocas veces pensamos que nuestras apatías y deficiencias retardan la salvación. El Señor es capaz de abrir las puertas de su reino a los justos y darles la victoria y la salvación.
La apertura de las puertas del Reino está condicionada al cumplimiento fiel de la voluntad del Padre. Hay que edificar la casa sobre roca. Jesús nos pide que cumplamos la voluntad del Padre que está en los cielos. La actividad de la espera del Adviento es hacer la voluntad de Dios.
Ildefonso Fernández Caballero
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