FICHA Nº 3
"...el alimento que el Hijo del hombre os da porque Dios Padre lo ha sellado con su sello" (Jo.6, 27b).
DIOS PADRE: Decreta.
1-La Redención: implica el decreto de la Encarnación y, consecuentemente, la Eucaristía. La Providencia que cuida de los pájaros, de los cuerpos (el maná)... cuida del alma, del alimento sobrenatural (Jo.3,16)
2-La Encarnación: la redención llega a los hombres.
3-La Eucaristía:
3.1- Los frutos de la Redención se aplican y se fortalecen por el alimento. Es el alimento que el Padre ofrece a los redimidos.
3.2- Es la Providencia del Padre que cuida de las flores, los pajarillos, del alimento del alma y del cuerpo
DIOS HIJO: Realiza la Redención por la obediencia hasta la muerte y muerte de cruz. El Hijo es el alimento que el Padre nos da (Cf. Bernardot, “De la Eucaristía a la Trinidad", p.24).
1-El Hijo: Cumple el decreto con su anonadamiento, humillación y obediencia hasta la muerte y muerte de Cruz (Fil.2, 8).
2-La Eucaristía: Contiene realmente el cumplimiento del decreto del Padre en la humildad, anonadamiento, obediencia... bajo las especies más pobres.
DIOS ESPÍRITU SANTO: Anima.
1-Los misterios de la Redención: encarnación, bautizo, desierto, pasión, resurrección, pentecostés... por obra del Espíritu Santo.
2-La Eucaristía: transubstanciación, presencia real... por obra del Espíritu Santo que es especialmente invocado en la consagración por la imposición de las manos.
MARÍA: Sagrario viviente, portadora del Hijo, según el designio del Padre, por obra del Espíritu Santo. Con María, Sí al Padre.
CONCLUSIÓN.
1-El misterio nos pide: vivir abiertos al Padre, a imitación del Hijo, fieles a la obra del Espíritu Santo.
2-Ante el misterio: adoramos la Trinidad. Se intensifica la comunión trinitaria. Llamados a ser imagen trinitaria.
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