20 de octubre de 2010

Miércoles de la 29ª semana del Tiempo Ordinario. Ciclo C.

 Lectio

Lecturas

Miércoles 20 de Octubre del 2010
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (3,2-12):

Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro. Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio, del que os he escrito arriba brevemente. Leedlo y veréis cómo comprendo yo el misterio de Cristo, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y participes de la promesa de Jesucristo, por el Evangelio, del cual yo soy ministro por la gracia que Dios me dio con su fuerza y su poder. A mí, el más insignificante de todos los santos, se me ha dado esta gracia: anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo, aclarar a todos la realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo. Así, mediante la Iglesia, los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios, según el designio eterno, realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él.


Palabra de Dios
 
Salmo
Is 12,2-3.4bcd.5-6

R/.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes del Salvador

Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré,

porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R/.

Dad gracias al Señor,

invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,

anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti el santo de Israel.» R/.
 
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,39-48):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»

Pedro le preguntó: «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?»
El Señor le respondió: «¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»

Palabra del Señor

Comentario al Evangelio

Pablo Largo
Queridos amigos:

Seguimos con el mismo tema, y no nos vendrá mal esta pequeña locura (“cada loco, con su tema”). Porque este motivo, el del tiempo, y la forma de vivirlo, tampoco se despacha en un instante. Consideremos otro aspecto, relacionado asimismo con la duración. Dejemos a un lado al ladrón y sigamos con el mayordomo, en concreto con el que se desmanda, pues nos invita a reflexionar sobre su conducta y sobre la nuestra.


Los comienzos fueron buenos, pero luego vinieron el cansancio de la espera y su compañero inseparable, el hastío; tras ellos, la violencia doméstica (la violencia con los otros domésticos) y el descuido de los deberes. Parece que son los frutos del sentimiento de frustración por no cumplirse las expectativas que un deseo inmaduro se había forjado.


Nuestros principios suelen ser buenos, y estrenamos las cosas con cuidado y hasta con ilusión: comenzamos animosos el adviento, el día de año nuevo (“año nuevo, vida nueva”. La gente joven puede leer los propósitos que al comienzo del año se hace la protagonista de El Diario de Brigit Jones, la novela de Helen Fielding), la cuaresma, el tiempo pascual; empezamos con buenos propósitos el curso, el noviciado, el ministerio sacerdotal, la vida conyugal. Quizá incluso estrenamos claridad de corazón cada mañana. Pero la jornada se me puede hacer larga como un día sin pan, y “el agua del camino es amarga... es amarga”, y se me enfría “este ardiente corazón que me diste”.


Para que no suceda, en nuestra oración podemos recitar las primeras estrofas de un soneto de Pedro Casaldáliga y pedir seguidamente el don de la fidelidad diaria:


Por causa de Tú causa me destrozo

como un navío, viejo de aventura,
pero arbolando ya el joven gozo
de quien corona fiel la singladura.

Fiel, fiel..., es un decir. El tiempo dura

y el puerto todavía es un esbozo
entre las brumas de esta Edad oscura
que anega el mar en sangre y en sollozo.

Con mi saludo

Pablo Largo 

Liturgia Viva

LIBRES Y VIGILANTES
(Año II. Ef 3,2-12; Lc 12,39-48)
Introducción
Año II.
Pablo, que puede ser el autor de parte de la carta a los Efesios, habla de la gracia que recibió de predicar la Buena Noticia de Cristo a los gentiles, de forma que pudieran ellos también participar del misterio de Cristo.

Evangelio.
En este evangelio Lucas habla de la vigilancia de los cristianos y sus líderes. Ellos son responsables de la gracia y de los talentos que Dios graciosamente les ha otorgado. Y, dice Jesús, cuanto más se nos ha dado, tanto más se espera de nosotros, y tanto más tenemos que hacernos responsables de los dones que se nos han confiado.

Oración Colecta

Oh Dios y Padre nuestro:
En la generosidad de tu imaginación creadora
tú distribuyes a las personas
una rica variedad de dones y talentos
de mente, corazón y gracia.
Convéncenos, Señor, de que lo que hemos recibido,
lo hemos recibido para los otros,
y de que, si hemos recibido más que otros,
no somos por ello ni más grandes ni mejores que ellos,
sino solamente más responsables
por más dones recibidos..
Ayúdanos a usar todo lo que somos y tenemos
en servicio de los demás.
Te lo pedimos por medio de Jesucristo nuestro Señor.
(Parcialmente inspirado en un texto de Mons. Helder Cámara)

Intenciones
  1. Para que la Iglesia lleve la luz de la fe allá donde haya oscuridad e indiferencia, esperanza a donde haya fatalismo y desesperanza, y amor allá donde haya conflictos, división y odio, roguemos al Señor.
  2. Para que los que se encuentran desalentados por temores y sufrimientos sigan creyendo y esperando en un Dios que conduce todo a buen término, roguemos al Señor.
  3. Para que todos nosotros crezcamos en la certeza de que nuestro compromiso por la justicia y el amor, y nuestro dedicado servicio a los demás,  son necesarios para ayudar a que las grandes promesas de Dios se cumplan, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Que estos signos de pan y vino
expresen claramente
que estamos dispuestos a servirte
a ti y a los hermanos
con libertad responsable.
Que tu Hijo Jesús comparta con nosotros
su fuerza y fidelidad,
para hacernos sabios y fieles administradores
del mensaje de justicia y amor
que él mismo nos ha confiado,
él que vive y reina por los siglos de los siglos.

Oración después de la Comunión.
Dios y Señor nuestro:
Para hacernos comprender
que tú esperas de nosotros
más de lo que somos capaces de dar,
tú nos has otorgado hoy de nuevo,
como tu mejor ayuda,
la palabra y el cuerpo de tu Hijo Jesucristo.
Ayúdanos a vivir según el evangelio,
como personas liberadas por Jesucristo
y responsables, con él,
de que el mundo progrese en integridad y amor.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: “A quien mucho se le dio, mucho se le exigirá”, nos ha dicho hoy el Señor en el evangelio. Hemos recibido mucho de Dios: el don de la vida, nuestra fe, nuestra capacidad de amar, el perdón de nuestros pecados... Demos gracias a Dios y pidamos su bendición.
Que la bendición del Dios todopoderoso,  Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.

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