MONICIÓN DE ENTRADA
Recibid nuestro más
fraternal abrazo en esta nuestra primera Eucaristía dominical del mes de
octubre. En el Domingo 27 del Tiempo Ordinario, Jesús de Nazaret nos narra la
parábola de los viñadores homicidas. Se trata de un avance profético de lo que
sería el fin de su vida, entregada por nosotros y para nuestra salvación. Y
decir –cuanto antes mejor—que vamos completando el Tiempo Ordinario en
dirección hacia el Adviento… en los domingos últimos de este tiempo asistiremos
a los momentos postreros de la lucha de Jesús contra la injusticia de fariseos,
sumos sacerdotes y letrados. Porque así fue la vida de Jesús, que fue –y
es—ejemplo y camino para todos nosotros.
MONICIONES SOBRE LAS
LECTURAS
1.- En la primera lectura el profeta
Isaías hace una amonestación a la gente de su tiempo, la cual, hoy, nos
interpela hoy a nosotros: son los frutos los que cuentan, son las obras las que
tienen valor a los ojos de Dios. No sirve que seamos conocedores de todos los
dogmas, ni de las verdades, ni de los poderes, si no producimos los frutos que
el Reino quiere, el Señor se quedará triste al contemplar hoy su viña. Y los
frutos del Reino son: verdad, justicia, paz, perdón, acogida a los
despreciados... y todo esto hecho desde la vida.
S.- El salmo 79 es una súplica del
salmista para que el Señor Dios restaure el Reino de Salomón, el momento más
glorioso de Israel. La viña es la alegoría de la familia del Señor, citada
muchas veces en el Antiguo Testamento. Hoy, este salmo 79, que proclamamos
guarda una completa correspondencia con el Evangelio y con la primera lectura.
2.- Hay que poner nuestra confianza en el
Señor, como dice la segunda lectura, sacada de la Carta San Pablo a los
Filipenses. Hoy se respira una gran falta de fe, la vida de muchos está marcada
por la ansiedad y la angustia, y Pablo de Tarso nos apremia a que recuperemos
la fe perdida; y él mismo nos dice como encontrarla: en la oración.
3.- El Evangelio de San Mateo nos cuenta
como se aperciben los jefes de los sacerdotes y los fariseos de que las
palabras de Jesús, que narran la parábola de la viña y de sus arrendadores
asesinos, se refieren a ellos. También hoy se refieren a nosotros, pero, ¿somos
capaces de reconocer que se refieren a nosotros, a nuestros graves delitos? No,
porque, normalmente, cuando oímos en boca de Jesús cosas que no nos gustan,
siempre creemos que las dice por los demás o para personas que otras épocas.
Jesús de Nazaret nos habla directamente a nosotros, todos los días, a todas las
horas.
Lectura de Postcomunión
MONICIÓN
Presentamos esta breve e
intensa plegaria del sacerdote, don Javier Leoz, para estos momentos finales de
nuestra Eucaristía. Escuchemos con atención.
QUE NO SEA CRUEL CONTIGO, SEÑOR
Que no vuelva la espalda a tantos
signos de tu presencia
Que no presente mil excusas para
dejarme llevar por tu Palabra
Que no viva como si Tú no
existieras
Que no camine dudando, una y otra
vez, de si “esto es cosa tuya”
Que
no sea cruel contigo, señor
No se cumpla mi voluntad, sino la
tuya
No avance por mi camino, sino por
tu senda
No descalifique a los que me
rodean, sino que los comprenda
No trabaje para mi causa… sino
siempre para Ti, para lo tuyo
contigo y contigo, con lo tuyo y
para tu Reino.
Amén.
Exhortación de despedida
Jesús se entregó por
todos. Hasta por sus enemigos, por aquellos que conspiraron para llevarle a la
muerte y a una muerte en cruz. Eso nos ha enseñado la parábola de los viñadores
asesinos…Jesús murió perdonándoles y el mundo pudo salvarse gracias a su Amor
de Dios.
http://www.betania.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario