Santos:
Vísperas
I del domingo: 4a semana del Salterio. Tomo IV: pp. 1076 y 365. Para los
fieles: pp. 722 y 419. Edición popular: pp. 289 y 483. Feria (Verde)
REVESTIRSE
DEL MESÍAS
Ga
3,21-29; Lc 11,27-28
La relación del creyente con
Dios no se vivía de forma madura y suficientemente autónoma dentro de la
espiritualidad farisea. El creyente necesitaba siempre de la guía y la coacción
de la niñera, es decir, de la ley mosaica que establecía desde fuera de la
persona la ruta del bien y del mal. Las leyes en Israel sufrieron un proceso de
transformación constante. Además de eso, los intérpretes de la misma impusieron
una serie de tradiciones y reglamentaciones que rivalizaban con la genuina
voluntad de Dios. Los escribas: parecían estar usurpando el lugar de Dios como legislador
y soberano de Israel. En ese sentido, la respuesta que da el Señor Jesús a la
mujer es más que oportuna: Las personas verdaderamente dichosas son las que
escuchan el mensaje de Dios y lo cumplen, sin perderse en disquisiciones
jurídicas ni en sutilezas casuisticas. El sentido profundo de la ley de Dios
incluye unas relaciones realmente incluyentes: todos los que nos hemos
revestido por el Bautismo de Cristo Jesús, debemos acoger y aceptar a toda
persona, sin incurrir en prácticas discriminatorias. Los cristianos pretendemos
formar una comunidad de iguales.
MISA DE
SANTA MARIA EN SÁBADO
ANTÍFONA
DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen
Maria, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te
creó, y permaneces virgen para siempre.
ORACIÓN
COLECTA
Dios y Padre nuestro, que nos
has dado en la Virgen Maria el modelo de quien escucha tu Palabra y la pone en
práctica, abre nuestro corazón al gozo de la escucha, y por medio de tu
Espíritu Santo haz que seamos lugar santo en el que ni Palabra de salvación se
cumpla hoy. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
Todos ustedes son hijos
de Dios por la fe.
De la
carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 3, 21.29
Hermanos: Si la ley dada por
medio de Moisés fuera capaz de dar la vida, su cumplimiento bastaría para hacer
justos a los hombres. Pero, en realidad, la ley escrita aprisionó a todos bajo
el pecado para que, por medio de la
fe en Jesucristo, los creyentes pudieran recibir los bienes prometidos. Antes
de que llegara la etapa de la fe, estábamos presos y bajo la custodia de la
ley, en espera de la fe que estaba a punto de manifestarse. De modo que la ley
se hizo cargo de nosotros, como si fuéramos niños, para conducirnos a Cristo, a
fin de que fuéramos justificados por la fe. Pero una vez que la fe ha llegado,
ya no estamos.
Así pues, todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues,
cuantos han sido incorporados a Cristo por medio del bautismo, se han revestido
de Cristo. Ya no existe diferencia entre judíos y no judíos, entre esclavos y
sujetos a la ley.
Libres, entre varón y mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús. Y si
ustedes son de Cristo, son también descendientes de Abraham y la herencia que
Dios le prometió les corresponde a ustedes.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Comentario:
¿Para
qué la Ley?
Pablo
trata de explicar a los Gálatas que la Ley, la de Moisés, no es una perfección
de la gracia que ya les fue anunciada, sino al contrario: la gracia vino a
perfeccionar, a dar plenitud y remate al camino que la Ley había iniciado. ¿De
qué manera?
En
esto había como dos extremos. De un lado, los de tendencia judaizante, muy
opuestos a Pablo, veían en la Ley el único camino real de la llegada del Reino
de Dios, así como el único criterio firme de su realización. Para estos, había
que predicar la obediencia a la Ley de Moisés con tanto o mayor énfasis que el
que se diera al Evangelio de Jesús.
En el
otro extremo, los de tendencia neopagana propagaban la idea de un Evangelio sin
implicaciones morales de ninguna clase. No es seguro que esta corriente haya
tenido una presencia clara o una influencia visible en los tiempos del apóstol,
pero sí es un hecho que había gente que lo calumniaba de enseñar tal
neopaganismo.
En
realidad la posición de san Pablo es muy clara y vigorosa, pero también llena
de sensatez y equilibrio. La Ley denuncia el pecado pero no lo cura. Muestra su
maldad pero no tiene el poder para arrancarnos de ella. Nos ayuda a dar
claridad a la conciencia pero no a las obras. Enciende la luz, que ya es algo y
es valioso e importante, pero no logra lo decisivo, lo que sólo logra la
gracia: movernos con eficacia hacia el bien.
Del
salmo 104 R/. El Señor nunca olvida sus promesas.
Entonen en su honor himnos y cantos; celebren sus portentos. Del
nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca. R/.
Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan. Recuerden los prodigios
que Él ha hecho, sus portentos y oráculos. R/.
Descendientes de Abraham, su servidor; estirpe de Jacob, su predilecto,
escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos R/.
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en
práctica, dice el Señor. R/.
Dichosa la mujer que te
llevó en su seno. - Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios.
Del santo
Evangelio según san Lucas: 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús
hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: "¡Dichosa
la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!". Pero
Jesús le respondió: "Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de
Dios y la ponen en práctica".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
La
Verdadera Bienaventuranza de María
Es muy bello, con austera hermosura, el texto
del evangelio de hoy. Nos ayuda a encontrar el camino de la verdadera felicidad,
y para ello, ¿qué mejor ejemplo que María?
El
breve texto de hoy, en efecto, llama dos veces dichosa a María. La primera vez,
en labios de una mujer entusiasmada por la predicación de Jesús, que felicita a
la Virgen por su relación de carne y de sangre con Jesús. María es la que llevó
en el seno y amamantó a Jesús. La segunda vez, mucho más importante porque sale
de los labios del mismo Señor, llama feliz a María por haber escuchado la
Palabra y haberla puesto en práctica.
Y es
bonito comparar: llevar en el seno se parece a escuchar la Palabra; dar a luz y
amamantar, se parece a poner por obra la Palabra. Recibir en el seno y escuchar
en el corazón: las dos cosas hizo María, pero es más importante la segunda,
porque incluso fue la que hizo posible a la primera. Dar a luz y poner por obra
el mandato del Señor: las dos cosas hizo María, pero de nuevo es más importante
la segunda, porque con ella hacemos presente a Cristo no en un lugar sino en
cada lugar.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Al venerar la memoria de la
Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos
transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Prefacio de Santa María
Virgen.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 49)
Ha hecho en mí maravillas el
Todopoderoso, cuyo nombre es santo.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Ya que participamos de la
redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de
tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu
obra redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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