Id y anunciad el evangelio... porque si gratis lo has recibido, gratis lo debes dar.
Id y anunciad el evangelio... porque sus palabras son palabras de vida.
Id y anunciad el evangelio... porque Dios te habla a través de la Palabra.
Id y anunciad el evangelio... porque nunca se debe ocultar.
Id y anunciad el evangelio... porque Dios te necesita.
Id y anunciad el evangelio... y yo estaré contigo hasta el final de los tiempos.
Porque sin mí no puedes hacer nada; porque de mí te vendrá la fuerza para anunciarlo;
porque tú solo no eres nada, pero conmigo lo eres todo.
Confía, confía en mí... Tú eres mi mensajero... Confía, confía
A solas contigo, Señor
Señor, quiero estar un rato a solas a tu lado,
en silencio... como amigos.
Quiero descansar en ti. Ofrecerte lo mejor que tengo,
entregarte lo que soy y ponerme en tus manos.
A tus pies, como María, quiero entrar en intimidad contigo,
y dejarme transformar por tu presencia, por tu Amor.
Es lo único que realmente me importa.
Aleja los miedos, acalla las preocupaciones,
para que no haya en mí más que un deseo:
reconocerte a Ti como lo más importante de mi existencia.
Así, mi vida podrá ser auténtico servicio sin otra intención
más que mostrar a las demás personas la ternura de tu Amor.
Ayúdame a abrir el corazón para que, al igual que Tú,
pueda acoger a cada persona y contemplar en ella
el reflejo del rostro de Dios Padre.
Para que pueda sorprenderme
ante el misterio de cada rostro y cada vida humana,
y abrir mis brazos en gesto acogedor.
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