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Maria Beatriz.



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En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados

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NOTICIAS SOBRE S.S. FRANCISCO

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Hemos vuelto

Queridos hermanos en Cristo. Tras algunos años de ausencia por motivos personales. A día de hoy 24 de Marzo del 2023, con la ayuda de Dios Nuestro Señor retomamos el camino que empezamos hace ya algún tiempo. Poco a poco nos iremos poniendo al día, y trataremos de volver a ganarnos vuestra confianza.

Gracias de antemano y tenednos paciencia.
Dios os guarde a todos y muchas gracias a los que a pesar de todo habéis permanecido fieles a este blog, que con tanto cariño y tanta ilusión comenzó su andadura allá por el año 2009

Dios os bendiga y os guarde a todos.

CAMINATA DE LA ENCARNACIÓN

13 de septiembre de 2014

Nuestra Señora de Mariazell, Austria ( 13 de septiembre)

Mariazell es el principal santuario mariano de Austria, Hungría y Bohemia. Su historia data del auxilio de que María hizo al monje Magnus el 21 de diciembre de 1157.

La milagrosa imagen es una figura de madera 48 cm de alto. Nuestra Señora está sentada, con la mano derecha sostiene al Niño cerca de ella y con la mano izquierda le ofrece una pera, mientras que el Niño le ofrece una manzana…

María se aparece en 1363 a Ludovico I, Rey de Hungría, cuando estaba amenazado por un ejército tártaro de 200.000 soldados. El rey oró fervorosamente a la Virgen y, en sueños, vio que María colocaba su imagen sobre su pecho y le pedía construyera una capilla en Zell. Al despertarse, constató que el sueño había sido real, porque tenía sobre su pecho la imagen de la Virgen.
La Imagen de la Madre de Dios solo puede ser vista tres veces en el año: el Viernes Santo, en el cumpleaños de Nuestra Señora (8 de septiembre) y el día de la fundación (21 de diciembre).
El resto del año la Madre de Dios está revestida con un rico vestido del mismo color del tiempo litúrgico del año, con frecuencia adornado con un precioso lazo, piedras y perlas. Marienkleider (Vestidos Marianos), también llamados Liebfrauenkleider (Los vestidos de Nuestra Señora), usualmente cosidos por las damas de la nobleza, han adornado este milagrosa estatua desde el año 1500.
La mayoría de los ornamentos usados hoy fueron hechos y ofrecidos en los siglos XIX y XX. La imagen también tiene algunas coronas votivas, una para Nuestra Señora y una más pequeña para el Niño Jesús.
En 1908 la estatua fue solemnemente coronada con una tiara bendecida por el Papa San Pío X, que fue donada por el Primado de Hungría, Cardenal Alexander Rudnay (1760 – 1831). Entre las coronas votivas más recientes se encuentran dos que fueron donadas por Otto y Regina von Hapsburg.
 SANTUARIO DE MARIAZELL
El Santuario de Mariazell, en los Alpes austriacos, es el mas popular del centro de Europa. Recibe un millón de peregrinos al año. El pueblo de Mariazell, tiene unos dos mil habitantes, está en el corazón de Austria, a unos 160 kilómetros al sudoeste de Viena. A 870 metros de altura.
Mariazell, la “Magna Mater Austriae, Magna hungarorum Domina et Mater gentium slavorum” (“Gran Madre de Austria, Gran Señora de Hungría y Madre de los pueblos eslavos”), la “Magna Mater Europae”, se asienta en el corazón de unas de las últimas estribaciones de los Alpes orientales, en la verde región de la Estiria, entre hermosos y fértiles valles y montañas. Hasta este recóndito y recoleto lugar han acudido y siguen acudiendo cientos de miles de fieles de la Europa Central, especialmente de Austria, los Balcanes, Hungría y pueblos eslavos.
En 1157 los monjes benedictinos -tan benéficamente presentes en Austria como lo muestra la imponente abadía de Merkl, sobre el Danubio- fundaron este Santuario mariano. La primera celda la construyó un monje benedictino llegó a aquella región a predicar el Evangelio y llevaba consigo una imagen de la Virgen con su Hijo.
En el siglo XIV se levantó sobre esta Celda de María, entonces románica en su primera factura, una Iglesia gótica, que, entre 1644 y 1663, vino a convivir y coexistir con las reformas barrocas llevadas a cabo por el arquitecto Domenico Sciassia, quien además añadió en la fachada del templo una tercera torre -ésta barroca- a los dos torres góticas, ya existentes.
 HISTORIA
Respecto a la Fundación del Santuario, cuenta una Antigua leyenda que el Abad Otker, del Monasterio de San Lamberto envió hacia el año de 1157 a un monje de nombre Magnus a la región de Mariazell, que pertenecía al territorio propiedad del Monasterio. A aquel monje se le encargó cuidar espiritualmente de los pobladores del lugar.
Con autorización del Abad, llevó durante el viaje una estatua suya de la Virgen María con el Niño, tallada en madera de tilo. Al atardecer del 21 de diciembre un gran bloque de piedra le bloqueó el camino y le impedía llegar a su destino. Magnus se volvió hacia la Virgen implorando su auxilio, con lo cual la roca se partió dejando libre el camino.
Llegado a su destino, colocó el monje la estatua sobre un pedazo de tronco y comenzó la construcción de una celda a su alrededor, que serviría como capillita y al mismo tiempo como refugio. Así, la imagen de María en la celda (Mariazell) dio origen al nombre del lugar.
La fama de la estatua milagrosa de la Virgen pronto se propagó y la Iglesia se expandió periódicamente. En 1200 la capilla se convirtió en iglesia.
María se aparece en 1363 a Ludovico I, Rey de Hungría, cuando estaba amenazado por un ejército tártaro de 200.000 soldados. El rey oró fervorosamente a la Virgen y, en sueños, vio que María colocaba su imagen sobre su pecho y le pedía construyera una capilla en Zell.Al despertarse, constató que el sueño había sido real, porque tenía sobre su pecho la imagen de la Virgen. Lleno de confianza y valentía, atacó por sorpresa a los tártaros y los venció. Pronto hizo construir una gran iglesia gótica en Zell, donde pasó a guardarse la imagen milagrosa. Mariazell es el santuario mariano húngaro más importante.
En 1907, 750 aniversario de la fundación del monasterio, el Papa Pío X le concedió indulgencia plenaria a quienes visiten Mariazell. El mismo año la estatua de Nuestra Señora de Mariazell recibió la coronación oficial y fue constituida en basílica menor.
 SANTUARIO PARA ESLAVOS Y HUNGAROS
Los primeros peregrinos famosos que visitaron Mariazell fueron Margrave Vladislav Henry de Moravia (1160 – 1222) y su novia. San Wenceslao les ordenó ir a Mariazell y fueron curados de una seria forma de gota. Como acto de agradecimiento en 1200 Margrave hizo construir una capilla de estilo romance alrededor de la Celda. Una placa sobre la puerta principal recuerda que el año en que se construyó fue el 1200. Entonces fue Margrave de Moravia quien construyó la primera iglesia para Nuestra Señora de Mariazell con el título de Mater Gentium Slavorum (Madre de los Pueblos Eslavos) y proclamó el mensaje de su milagrosa ayuda a todas las regiones eslavas.
El periodos gótico dejó también su marca: en 1340 se construyó el coro gótico, en 1360 el espléndido templo con tres naves. La construcción de la iglesia gótica se conecta al rey Luis I Hungría (1326 – 1382). Él contribuyó grandemente a la fama interregional de Mariazell. Una vez más un corazón agradecido honraba a la Madre de Dios.
El Rey Luis venció en 1365, en el nombre de la Madre de Dios, a un ejército numéricamente superior. De acuerdo a la leyenda la noche anterior a la batalla, él oró en frente al precioso ícono mariano. A la mañana siguiente se despertó y encontró el ícono en su pecho. Se preparó para la batalla y triunfó en el nombre de María. Como acto de agradecimiento fue en peregrinaje a Mariazell y dejó allí su milagroso ícono que todavía se encuentra en el altar del erario. Al Rey Luis le debemos esta milagrosa capilla construida en 1370. Mariazell, con su rey, comenzó a ser amada por la gente de Hungría que veneraba a María como su Magna Hungarorum Domina (Gran Dama de Hungría): con el paso del tiempo el Santuario Mariano se convirtió en el destino más importantes para los peregrinos húngaros.
Sin Santuario que pudiera compararse, el milagroso Mariazell es un punto de referencia para los pueblos católicos de Europa central y del este. Los dos príncipes –el eslavo Vladislav Henry y el húngaro Luis I– están representados en figuras de tamaño real que saludan a los peregrinos desde las puertas góticas. El lugar es el corazón espiritual de los pueblos católicos de la región del Danubio. La historia de las peregrinaciones a Mariazell es parte de la historia del Occidente cristiano.
 LA CONTRARREFORMA CATOLICA
De la construcción gótica restan la torre central y la nave, modificadas en estilo barroco. Toda la iglesia sufrió un cambio significativo: El catolicismo, fortalecido luego de la contrarreforma, y la devoción popular barroca, guiaron a numerosos peregrinos a Mariazell en el siglo XVII y Mariazell floreció como el Santuario Nacional de los soberanos Hapsburg quienes ponían no solo su propio destino sino también el de la tierra y su gente bajo la protección de Nuestra Señora de Mariazell. Muchos regalos significativos fueron ofrecidos por la casa imperial: las salidas del milagroso altar fueron un regalo de la Emperadora Maria-Teresa (1717 – 1780) quien con frecuencia iba con sus hijos a visitar Mariazell. El ejemplo de la familia real guió a las familias nobles y de clase media así como a los campesinos a peregrinar a Mariazell.
La iglesia gótica no podía contener a tan grande número de peregrinos así que el Abad benedictino Pierin of Saint Lambrecht (1638 – 1662) decidió iniciar una expansión barroca que le dio a la iglesia su aspecto característico de los días presentes. Esto fue posible gracias al apoyo del Emperador Ferdinand III (1608-1657). Los planes para la reestructuración y la reconstrucción fueron del arquitecto del monasterio de St. Lambrecht Domenico Sciassia (1599/1603 – 1679). El trabajo en la expansión barroca comenzó en 1644 y duró 50 años bajo los abades benedictinos Pierin and Franz von Kaltenhausen (1662-1707). Los pilares góticos estaban cubiertos y las bóvedas estaban decoradas con estuco y frescos.
Luego, una serie de capillas laterales con galerías salientes fueron añadidas. Con armonía, la vieja y la nueva se combinaron. Inicialmente Domenico Sciassia planeó estructurar la torre gótica central y tener una facha barroca con tres torres. Por el respeto y gran significado de Mariazell para los húngaros, el rey Luis I construyó la torre gótica, su plan se realizó y tenemos ahora las características de la fachada de Mariazell con la torre gótica en el centro, que es un símbolo indiscutible. La basílica de Mariazell es un ejemplo de la exitosa combinación de distintos estilos arquitectónicos y épocas artísticas que honran a Nuestra Señora y para la gloria de Dios.
El coro gótico del este tuvo que ser completamente demolido en 1654 para hacer espacio para la secuencia de espacios barrocos. Para la renovación de la Iglesia el arquitecto Domenico Sciassia y su comisionado el Abad tuvieron la inspiración de una visita a Roma. Esta inspiración los alentó a construir el domo más grande del norte de los Alpes (10 x 15,14 x 50 m). La milagrosa capilla con la estatua de la Bienaventurada Madre y el Niño está hoy en el mismo centro de la iglesia, del mismo modo que se aprecia en Einsiedeln y Loreto, construidos alrededor de la Virgen. La iglesia mide 84 metros de largo y 30 de ancho.
Domenico Sciassia murió en 1679 en Mariazell cuatro años después de que su trabajo fuera completado. Fue enterrado en el lado sur de la nave. Con la consagración del altar principal el 31 de agosto de 1704 por parte del Abad Franz von Kaltenhausen del monasterio de St. Lambrecht, la renovación barroca de la basílica estaba completada. Los artistas más famosos de ese entonces habían creado un interior con espléndido decorado y habían hecho de la iglesia una de las construcciones barrocas más hermosas del arte cristiano.
 EN EPOCAS DE DESASTRE
Mariazell siempre ha compartido el destino e historia de la gente y la nación. En 1420 los turcos avanzaron desde el este llegando hasta Mariazell por primera vez, incendiando la ciudad y la iglesia. En 1532 una vez más tropas turcas llegaron a Mariazell e incendiaron una gran cantidad de casas. En 1683, el año que los turcos ocuparon Viena, enfrentando otra invasión turca la milagrosa estatua y el ícono en el erario donado por el Rey Luis de Hungría fueron llevados a St. Lambrecht, pero fueron retornados ese mismo año a su lugar de siempre.
La historia de este santuario de Europa central fue afectada por el espíritu de los tiempos. Un hecho duro de enfrentar fue el cierre del monasterio madre de St. Lambrecht desde 1786 hasta 1802 bajo el régimen del Kaiser Joseph II (1741-1790). De los 915 monasterios y conventos en la región alemana parlante cerrados en 1782, solo subsistieron 388. Los santuarios, tierras, capillas, abadías y monasterios y los muebles sagrados fueron asignados a la Fundación Religión para que sirvieran para propósitos educativos y sociales. Hasta entonces, el monasterio de St. Lambrecht mantuvo la propiedad de Mariazell y las tierras aledañas.
La reforma iniciada por el Kaiser Joseph tuvo un efecto directo en Mariazell: las peregrinaciones inicialmente fueron detenidas y en poco tiempo prohibidas. Para la milagrosa imagen de Mariazell se prohibió el rito de vestirla, desde 1786 hasta 1797, cuando el veto fue levantado por el Kaiser Franz II (1768 – 1835). Sin embargo las cosas cambiaron. Desde 1796 en adelante, las personas comenzaron a ir de Viena a Mariazell. Lo que parecía ser inoportuno respecto al espíritu de los tiempo y que estaba contraviniendo leyes y prohibiciones, se convirtió en fuente de nueva vida. Así Mariazell se erige como símbolo de la Europa Cristiana contra los peligros de fuera (la amenaza de los turcos) y de adentro (la amenaza de el Iluminismo).
Mariazell no se salvó de los efectos de la guerra. Por ejemplo, el Santuario fue obligado por el Gobierno a entregar la plata que poseía para solventar la guerra contra Francia en 1800. Muchos trabajo artísticos fueron entregados. Durante la Primera Guerra Mundial se tuvieron que entregar los techos de cobre.
En el curso de la historia muchos desastres golpearon la ciudad y el Santuario: Con ocasión del gran incendio de 1827 que redujo toda la ciudad a escombros, la iglesia también fue seriamente afectada. El techo y las bases de tres torres fueron completamente destruidos y las campanas se fundieron. Sin embargo gran parte del interior de la iglesia se pudo salvar. Toda la monarquía contribuyó junta para el trabajo de reparación.
 SANTUARIO INTERNACIONAL
La primera mención documentada de Zell data de 1243. Asimismo, varios documentos adicionales demuestran que Mariazell ya era entonces famoso: en 1330 la iglesia de Nuestra Señora de Zell aparecía en un certificado de indulgencia del Obispo de Salzburgo Frederick III como un santuario visitado frecuentemente. Ya en 1344 se le dieron derechos de mercado a la ciudad. Lo más importante para Mariazell fue el otorgamiento de la indulgencia plenaria realizada por el Papa Bonifacio IX en 1399. Se le otorgó en la semana siguiente a octava de la Fiesta de la Asunción y mostraba los ritos de penitencia y procesiones que eran retenidos incluso luego de la abolición de la indulgencia y están documentados hasta el periodo barroco. Mientras tanto, el flujo de peregrinos seguía creciendo.
Alrededor del 1400 habían ya dos docenas de lugares de venta de objetos devocionales y cien años más tarde Mariazell se convertiría en un Santuario internacional. Peregrinos de las regiones de Baviera, Bohemia, Francia, Italia, Croacia, Polonia, Alemania y Suiza, pero sobre todo de Austria y Hungría llegaban buscando la ayuda de la milagrosa Madre de Dios en Mariazell. Por el 1500, la documentación muestra que los peregrinos llegaban desde 16 países y tierras distintas. Este caracter multilingüe no ha cambiado. La disponibilidad de las guías y los confesores y muchos idiomas son una expresión de esta realidad.
La caída de la Cortina de Hierro permitió una vez más que los peregrinos de países del este y sur de Austria llegaran a Mariazell. En 1990 una peregrinación de “gracias y libertad” congregó a 25 mil personas en el Santuario, provenientes de los países de Europa del Este. El Santuario vivió un “histórico peregrinaje de los pueblos” el 24 de mayo de 2004: algunas semanas después del crecimiento de la Unión Europea, unos 100 mil peregrinos llegaron de Bosnia-Herzegovina, Croacia, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia, República Checa, Hungría y Austria para celebrar en Mariazell el evento central del “Día Católico” de Europa Central.
Mucho de la historia europea y austriaca ha estado y estará siempre conectado a Mariazell. El punto más importante de la historia de este Santuario es sin duda la visita del Papa Juan Pablo II el 13 de septiembre de 1983. Para los húngaros, una iglesia distante en un país con un idioma diferente, Mariazell ha sido también el santuario mariano más importante en los últimos 500 años.
Copias de la estatua de Nuestra Señora de Mariazell se encuentran en muchos lugares. Es prácticamente imposible hacer una lista de todos los lugares en donde se venera esta advocación. Hay imágenes en varias partes de Austria, en iglesias en países cercanos como Hungría, República Checa, Eslovaquia, Alemania y Polonia. En el tiempo del Imperio Austro-Húngaro cuando Mariazell era el santuario de la monarquía, se pedían muchas de sus imágenes. En esos tiempos las estatuas de madera o plata era producidas en distintos tamaños y por miles en Augsburgo y Eger.
En el marco de la iniciativa de los “Santuarios de Europa”, Mariazell está unida desde 1996 a otros cinco santuarios marianos: Altötting (Alemania), Czestokowa (Polonia), Fátima (Portugal), Loreto (Italia) y Lourdes (Francia). Desde el 6 de mayo de 2002, Mariazell se ha unido estrechamente con Esztergom en Hungary, la sede episcopal del Cardenal Joseph Mindszenty cuya tumba está en la Basílica de Mariazell desde hace 16 años.
 PEREGRINOS FAMOSOS
Desde 1975 hasta 1991 Mariazell preservó la tumba del Cardenal Joseph Mindszentys (1892 – 1975). Anteriormente reposaba en el entonces ya liberado Esztergom. Este Cardenal de Budapest fue, luego de 1945, el símbolo de la resistencia contra el comunismo en Hungría. Luego de un juicio público en 1949 que lo condenó a cadena perpetua y luego de la supresión de la revuelta húngara por la Fuerza Roja en 1956, se refugió en la embajada estadounidense en Budapest y huyó en 1971 para vivir en el exilio en Viena.
En su testamento el Cardenal pidió ser enterrado en Mariazell y ser trasladado a Esztergom solo cuando, “la estrella del ateísmo de Moscú haya caído de los cielos de María y San Esteban”. Esto sucedió luego del retiro de la ocupación de las tropas el 4 mayo de 1991. Su tumba en Mariazell tiene una inscripción en latín que dice: vita humiliavit – mors exaltavit, (en vida humillado en la muerte exaltado).
En 1983 El Papa Juan Pablo II realizó su primer viaje apostólico a Austria para conmemorar los 300 años de la ocupación del Imperio Otomano de Viena. El recordado Siervo de Dios recordó la historia de Austria en el corazón de Europa cuyo destino compartió e influenció de alguna manera.
Las peregrinaciones –dijo Juan Pablo II– promueven la comprensión recíproca entre los pueblos y las naciones tan distintas y que sin embargo se ayudan a formar la identidad de Europa. Precisamente aquí en Mariazell…durante siglos han venido los cristianos de toda Europa. Yo mismo, polaco y romano, estoy feliz de estar aquí como peregrino hoy en Mariazell.
 EL PAPA BENEDICTO XVI Y MARIAZELL
El Papa Benedicto XVI estuvo en Mariazell el 8 septiembre de 2007, en la fiesta de la Natividad de María y en el día de fiesta del Santuario.
Ya el 2 de octubre de 2004 el entonces Cardenal Joseph Ratzinger visitó Mariazell. Del 7 al 9 de septiembre de 2007 el Papa Benedicto XVI peregrinó al santuario Mariano de Maria Zell.
Preparando su visita, el Papa escribió una carta al pueblo de Austria en la que dice que en su capilla privada en el Vaticano, hay una imagen de Mariazell, y también se refiere con gran cariño a la imagen de San José que está en la misma capilla.
Estas son las palabras del Papa:
“En mi capilla privada, hay una copia de la Madre de Dios de Mariazell, que el papa Juan Pablo II llevó de Austria al Vaticano. Además, los obispos austriacos hicieron esculpir para mí una hermosa estatua de madera de San José, en cuyos brazos duerme confiadamente el Niño Jesús.
Cuando rezo con mi breviario o me quedo en la capilla para rezar, me mira el rostro bueno de la Madre de Dios de Mariazell, y al mismo tiempo siento la seguridad que trasmite al Niño Jesús la figura familiar de San José.”

HOMILÍA COMPLETA
Queridos hermanos y hermanas,
Con nuestra gran peregrinación a Mariazell celebramos la fiesta patronal de este Santuario, la fiesta de la Natividad de María. Hasta aquí, desde hace 850 años, acuden personas de varios pueblos y naciones, personas que rezan llevando consigo los deseos de sus corazones y de sus Países, las preocupaciones y las esperanzas más íntimas.

Así Mariazell se ha convertido para Austria, y mucho más allá de sus fronteras, en un lugar de paz y de unidad reconciliada. Aquí las personas experimentan la bondad consoladora de la Madre; aquí encuentran a Jesucristo, en el cual Dios está con nosotros como afirma el pasaje evangélico de hoy – Jesús, de quien la lectura del profeta Miqueas dice “y El será la Paz” (cfr 5,4). Hoy nos insertamos en esta gran peregrinación de muchos siglos. Nos detenemos ante la Madre del Señor y le pedimos Muéstranos a Jesús. Muestra a nosotros peregrinos Aquel que al mismo tiempo es el camino y la meta: la verdad y la vida.
El pasaje evangélico, que acabamos de escuchar, abre ulteriormente nuestra mirada. Este presenta la historia de Israel a partir de Abraham como una peregrinación que, con subidas y bajadas, por caminos breves y por caminos largos, al final conduce a Cristo. La genealogía con sus figuras luminosas y oscuras, con sus éxitos y sus fracasos, nos demuestra que Dios también escribe derecho sobre los renglones torcidos de nuestra historia humana. Dios nos deja nuestra libertad y, sin embargo, sabe encontrar en nuestro fracaso nuevos caminos para su amor. Dios no fracasa. Así esta genealogía es una garantía de la fidelidad de Dios; una garantía de que Dios no nos deja caer, es una invitación para orientar nuestra vida siempre nuevamente hacia El, para caminar siempre de de nuevo hacia Cristo.
Ir en peregrinación significa estar orientados en cierta dirección, caminar hacia una meta. Esto atribuye también al camino y a su fatiga una belleza propia. Entre los peregrinos de la genealogía de Jesús estaban algunos que se habían olvidado la meta y querían colocar a sí mismos como meta. Pero siempre de nuevo el Señor había suscitado también personas que se habían dejado impulsar por la nostalgia de la meta, orientándoles la propia vida.
El impulso hacia la fe cristiana y el inicio de la Iglesia de Jesucristo ha sido posible, porque existían en Israel personas con un corazón en búsqueda – personas que no se acomodaron a la costumbre, sino que escrutaron a lo lejos en búsqueda de algo más grande: Zacarías, Isabel, Simeón, Ana, María y José, los Doce y muchos otros. Y dado que sus corazones estaban a la espera, podían reconocer en Jesucristo a aquél que Dios había mandado y ser así el inicio de su familia universal. La Iglesia de las gentes fue posible, porque tanto en el área del Mediterráneo como en Asia, a donde llegaban los mensajeros de Jesucristo, había personas a la espera que no se conformaban con lo que hacían y pensaban todos, sino que buscaban la estrella que podía indicarles el camino hacia la Verdad misma, hacia el Dios vivo.
De este corazón inquieto y abierto tenemos necesidad. Es el núcleo de la peregrinación. También hoy no es suficiente ser y pensar en algún modo como todos los demás. El proyecto de nuestra vida va más allá. Nosotros tenemos necesidad de Dios, de aquel Dios que nos ha mostrado su rostro y abierto su corazón: Jesucristo. Juan, con toda razón, afirma que “El es el Hijo único, que está en el seno del Padre” (Jn 1,18); así sólo El, desde lo íntimo de Dios mismo, podía revelarnos a Dios – revelarnos también quienes somos nosotros, de donde venimos y hacia donde vamos.
Cierto, existen numerosas grandes personalidades en la historia que han hecho bellas y conmovedoras experiencias de Dios. Permanecen, sin embargo, experiencias humanas con su límite humano. Sólo El es Dios y por ello sólo El es el puente, que pone en contacto inmediato a Dios y al hombre. Si nosotros, por lo tanto, lo llamamos el único Mediador de la salvación válido para todos, que interesa a todos y del cual, en definitiva, todos tienen necesidad, esto no significa de ninguna manera desprecio hacia las otras religiones ni absolutización soberbia de nuestro pensamiento, sino únicamente el haber sido conquistados por Aquel que interiormente nos ha tocado y colmado de dones, para que nosotros a la vez también podamos hacer don de ellos a los demás.
De hecho, nuestra fe se opone decididamente a la resignación que considera al hombre incapaz de la verdad –como si esta fuera demasiado grande para él. Esta resignación de frente a la verdad es el origen de la crisis de Occidente, de Europa. Si para el hombre no existe una verdad, él, en fondo, no puede ni siquiera distinguir entre el bien y el mal. Entonces los grandes y maravillosos conocimientos de la ciencia se hacen ambiguos: pueden abrir perspectivas importantes para el bien, para la salvación del hombre, pero también –lo vemos- pueden convertirse en una terrible amenaza, en la destrucción del hombre y del mundo. Nosotros tenemos necesidad de la verdad.
Es cierto, a causa de nuestra historia tenemos miedo de que la fe en la verdad comporte intolerancia. Si este miedo, que tiene sus buenas razones históricas, nos asalta, es tiempo de mirar a Jesús como lo vemos aquí en el santuario de Mariazell. Lo vemos en dos imágenes: como niño en brazos de su Madre y, sobre el altar principal de la basílica, como crucificado. Estas dos imágenes de la basílica nos dicen: la verdad no se afirma mediante un poder externo, porque es humilde y se dona al hombre solamente mediante el poder interior de su ser verdadera.
La verdad se demuestra a sí misma en el amor. Nunca es propiedad nuestra, o un producto nuestro, como también el amor no se puede producir, sino solamente recibir y transmitir como don. Tenemos necesidad de esta fuerza interior de la verdad. De esta fuerza de la verdad nosotros como cristianos tenemos confianza. De ella somos testigos. Debemos transmitirla en don del mismo modo en el cual la hemos recibido.
“Mirar a Cristo” es el lema de este día. Esta invitación, para el hombre que busca, se transforma siempre en una espontánea petición, una propuesta dirigida en particular a María, que nos ha dado a Cristo como Hijo suyo: “Muéstranos a Jesús. Rezamos hoy así con todo el corazón; rezamos así también más allá de esta ahora, interiormente, en la búsqueda del Rostro de Redentor.
“Muéstranos a Jesús”. María responde, presentándonoslo ante todo como niño. Dios se ha hecho pequeño por nosotros. Dios no viene con una fuerza exterior, sino que viene en la impotencia de su amor, que es lo que constituye su fuerza. Se nos da en nuestras manos. Pide nuestro amor. Nos invita a convertirnos en pequeños, a descender de nuestros altos tronos y aprender a ser niños ante Dios. El nos ofrece el Tú. Nos pide que nos fiemos de El y aprendamos así a estar en la verdad y en el amor.
El niño Jesús nos recuerda también a todos los niños del mundo, a través de los cuales quiere venir a nuestro encuentro. Los niños que viven en la pobreza; que son explotados como soldados; que no han podido experimentar nunca el amor de sus padres; los niños enfermos y los que sufren, pero también en aquellos alegres y sanos. Europa se ha convertido en pobre de niños: nosotros queremos todo para nosotros mismos, y tal vez no nos fiamos demasiado del futuro. Pero la tierra se verá privada de futuro sólo cuando se apaguen las fuerzas del corazón humano y de la razón iluminada por el corazón –cuando el rostro de Dios no luzca ya sobre la tierra. Donde está Dios, allí hay futuro.
“Mirar a Cristo”: lancemos todavía brevemente una mirada al Crucificado sobre el altar mayor. Dios ha redimido el mundo no con la espada, sino con la Cruz. Muriendo, Jesús extiende los brazos. Este es ante todo el gesto de la Pasión, en la que El se deja clavar por nosotros, para darnos su vida. Pero los brazos extendidos son al mismo tiempo la actitud del orante, una posición que el sacerdote asume cuando, en la oración, extiende los brazos: Jesús ha transformado la pasión –susufrimiento y su muerte- en oración, en un acto de amor a Dios y a los hombres. Por eso los brazos extendidos son también un gesto de abrazo, con él cual El quiere atraernos hacia sí, encerrarnos en las manos de su amor. Así El es imagen del Dios vivo, es Dios mismo, a El podemos confiarnos.
“Mirar a Cristo”. Si hacemos esto caemos en la cuenta de que el cristianismo es más y algo distinto de un sistema moral, de una serie de preceptos y leyes. Es el don de una amistad que perdura en la vida y en la muerte: “No os llamo siervos sino amigos” (Jn 15,15) dice el Señor a los suyos. Nos confiamos a esta amistad. Justamente por que el cristianismo es más que una moral, es el don de la amistad, justamente por esto trae consigo una gran fuerza moral de la cual nosotros, ante los desafíos de nuestro tiempo, tenemos tanta necesidad.
Si con Jesucristo y con su Iglesia releemos siempre de manera nueva el Decálogo del Sinaí, penetrando en sus profundidades, entonces éste se nos revela como una gran enseñanza. Es sobretodo un “sí” a Dios, a un Dios que nos ama y nos guía, que nos sostiene y que además nos deja nuestra libertad, es más, la transforma en verdadera libertad (los primeros tres mandamientos). Es un “sí” a la familia (cuarto mandamiento), un “sí” a la vida (quinto mandamiento), un “sí” a un amor responsable (sexto mandamiento), un “sí” a la solidaridad, a la responsabilidad social y a la justicia (séptimo mandamiento) un “sí” a la verdad (octavo mandamiento), y un “sí” al respeto del prójimo y aquello que le pertenece (noveno y décimo mandamiento). En virtud de la fuerza de nuestra amistad con el Dios viviente, nosotros vivimos este múltiple “sí”, y al mismo tiempo lo llevamos como indicador del recorrido dentro de nuestro mundo.
“¡Muéstranos a Jesús!” con esta petición a la Madre del Señor nos hemos puesto en camino hacia este lugar. Esta misma petición nos acompañará en nuestra vida cotidiana. Y sabemos que María escucha nuestra oración: sí, en cualquier momento, cuando miramos a María, ella nos muestra a Jesús. Así podemos encontrar el camino justo, seguirlo paso a paso, plenos de la gozosa confianza en que ese camino conduce en la luz – en el gozo del amor eterno. Amén.
http://forosdelavirgen.org

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