Hola amigos, bienvenidos a este sitio que solo busca compartir todo aquello que llega a mi buzón, y nos ayuda a crecer en nuestra fe católica..
(casi todo es sacado de la red)

Si alguien comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia o que se retire, por favor, que me lo comunique y lo hago inmediatamente. Gracias.

Espero que os sirva de ayuda y comenteis si os parece bien...


Gracias


Maria Beatriz.



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En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados

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NOTICIAS SOBRE S.S. FRANCISCO

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Hemos vuelto

Queridos hermanos en Cristo. Tras algunos años de ausencia por motivos personales. A día de hoy 24 de Marzo del 2023, con la ayuda de Dios Nuestro Señor retomamos el camino que empezamos hace ya algún tiempo. Poco a poco nos iremos poniendo al día, y trataremos de volver a ganarnos vuestra confianza.

Gracias de antemano y tenednos paciencia.
Dios os guarde a todos y muchas gracias a los que a pesar de todo habéis permanecido fieles a este blog, que con tanto cariño y tanta ilusión comenzó su andadura allá por el año 2009

Dios os bendiga y os guarde a todos.

CAMINATA DE LA ENCARNACIÓN

24 de septiembre de 2014

Nuestra Señora de la Merced, Tucuman, Argentina, Nuestra Señora de la Merced, Perú, Nuestra Señora de la Merced, República Dominicana, Nuestra Señora de la Merced, España, ( 24 de septiembre) y Nuestra Señora de Berzo Inferior, Italia ( 8 y 24 de septiembre)

Nuestra Señora de la Merced, Tucuman, Argentina

Tucumán, fue fundada por don Diego de Villarroel en 1565, pero el día de Nuestra Señora de las Mercedes de 1685 fue trasladada al sitio actual.


Por los muchos favores que la Virgen de las Mercedes dispensó a los tucumanos, el Cabildo en 1687 la nombró Patrona y Abogada de la ciudad.
A ella le acreditan la victoria argentina en la batalla de Tucumán del 24 de septiembre de 1812. En ella se decidió la suerte de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los españoles eran unos tres mil y los argentinos apenas mil ochocientos. Belgrano, el general argentino, puso su confianza en Dios y en Nuestra Señora de las Mercedes, a quien eligió por Patrona de su Ejército.
 A CONSECUENCIA DE LA BATALLA DE TUCUMAN
En la mañana del 24 de septiembre de 1812, día del combate, el general Belgrano estuvo orando largo rato ante el altar de la Virgen. El ejército argentino obtuvo la victoria. En el parte que transmitió al Gobierno, Belgrano hizo resaltar que la victoria se obtuvo el día de Nuestra Señora de las Mercedes, bajo cuya protección se habían puesto las tropas.
El parte dice textualmente: “La patria puede gloriarse de la completa victoria que han tenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de las Mercedes bajo cuya protección nos pusimos “.
El general Belgrano puso en manos de la imagen de la Virgen su bastón de mando. La entrega se efectuó durante una solemne procesión con todo el ejército, que terminó en el Campo de las Carreras, donde se había librado la batalla.
Belgrano se dirigió hacia las andas en que era conducida la Virgen las Mercedes, y haciéndola bajar hasta ponerla a nivel, le entregó el bastón que llevaba, poniéndolo en las manos de la Virgen y proclamó a la Virgen de la Merced como Generala del Ejército.
Las religiosas de Buenos Aires, al tener conocimiento de estos actos de devoción, remitieron a Belgrano cuatro mil escapularios de la Virgen de la Merced para que los distribuyera a las tropas. Antes de partir rumbo a Salta, el batallón de Tucumán se congregó frente al atrio del templo de Merced, donde fueron entregados los escapularios, Tanto los jefes como oficiales y tropas los colocaron sobre sus uniformes.
El 20 de febrero de 1813 los argentinos que buscaban su independencia se enfrentaron nuevamente con los españoles en Salta. Antes de entrar en combate, Belgrano recordó a sus tropas el poder y valimiento de María Santísima y les exhortó a poner en Ella su confianza. Formuló también el voto de ofrendarle los trofeos de la victoria si por su intercesión la obtenía.
Con la ayuda de la Madre de Dios vencieron nuevamente a los españoles, y de las cinco banderas que cayeron en poder de Belgrano, una la destinó a la Virgen de las Mercedes de Tucumán, dos a la Virgen de Luján y dos a la Catedral de Buenos Aires.
 EL CULTO Y LOS HOMENAJES
A partir del año 1812, el culto a Nuestra Señora de las Mercedes adquiere una gran solemnidad y popularidad. En 1813, el Cabildo de Tucumán pide al gobierno eclesiástico la declaración del vicepatronato de Ntra. Sra. de las Mercedes “que se venera en la Iglesia de su religión” y ordena de su parte que los poderes públicos celebren anualmente su fiesta el 24 de septiembre . El 4 de septiembre de 1813 la Autoridad Eclesiástica, por Decreto especial, declara festivo en homenaje de la Virgen el 24 de septiembre.
Después del 31 de agosto de 1843, es declarada oficialmente Vice Patrona, jurando su día por festivo y disponiendo se celebre cada año una Misa solemne con asistencia del Magistrado y que por la tarde se saque la imagen de la Santísima Virgen en procesión, como prueba de gratitud por los beneficios dispensados.
La imagen de Nuestra Señora de las Mercedes de Tucumán fue coronada solemnemente, en nombre del Papa San Pio X, en 1912, al cumplirse el centenario de la batalla y victoria de Tucumán.
El 22 de junio de 1943, el Presidente de la República, General Pedro P. Ramirez, por decreto aprobado el día anterior con sus ministros, dispuso por el artículo 1ro:
“Quedan reconocidas con el grado de Generala del Ejército Argentino: la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes, y la Santísima Virgen María , bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen”.

Los artículos 2,3 y 5 se refieren a la imposición de la banda y faja que corresponde a los generales de la nación. El gobierno Argentino proclama así, solemnemente, ante el mundo, su religiosidad.
El General San Martín también proclamó a Nuestra Señora del Carmen Patrona y Generala del Ejército de los Andes.
En 1945, el Gobierno Nacional designó a la Santísima Virgen de las Mercedes Patrona Principal de la Aeronáutica Militar.
 EL HISTORICO SANTUARIO DE LA MERCED
En 1950 es inagurado el actual templo de Ntra. Sra. de la Merced, con su estructura monumental, de tres naves, y diseño “Neo Colonial”.
La nave central tiene 10,40 mts. De ancho y las laterales 4,90 mts.. El largo total del edificio-incluidas sacristía y otras dependencias- es de 81 metros.
El templo luce una decoración interior realizada por el pintor italiano Giuseppe “Pippo” Bercetti ( 1912 – 1973 ). A la izquierda están representados los preparativos de la batalla del 24 de Setiembre de 1812,
Se puede apreciar la figura del ilustre prócer General Dn. Manuel Belgrano rodeado por un conjunto de personajes donde el artista buscó represento al mundo social de Tucumán de aquellos tiempos, vecinos pudientes, a pie o a caballo, campesinos con sus familias, soldados, etc. Llena el friso y tienen como fondo, hacia la salida del templo, el estilo de casas de la época, considerado el sector artísticamente más logrado, por su adecuada distribución espacial, con sus estudios de luces y sombra y armónicos nivel de profundidad.
Hacia el lado derecho se reconstruye el célebre momento donde el Gral. Belgrano, se acerca para entregar la ofrenda de su bastón de mando a la Imagen de la Merced, hecho que se realizo en el mismo campo “de las Carreras” en días posteriores. Se observa que la Imagen, conducida por tucumanos de distinta extracción social, esta acompañada por el vecindario y eclesiásticos. Completa ésta bellísima escena detalles de la tropa protagonistas: soldados de infantería y jinetes que regresan al campo de la acción, donde tambien hay heridos. Todo ello enmarcado en un pasaje convencional, de campo abierto y nubes geométricas, proporcionan el fonde de la escena.
 LOS VITRALES
Los vitrales del templo contribuyen, significativamente a proporcionar el ambiente místico adecuado.
Los bocetos fueron realizados por el pintor religioso español Antonio Estruch logrando en cada escena religiosa una delicada armonía convencional, y la combinación de los motivos iconográficos con los ornamentales geométricos. La técnica utilizada para la construcción y el material de primera calidad que se utilizó, vino a obtener un efecto visual realmente espectacular.
El Santuario de la Merced -sede de la parroquia de la Victoria- fue declarado el 6 de Setiembre de 1928 Monumento Histórico Nacional por el Poder Ejecutivo, Decreto nº 687, siendo presidente el Dr. Federico Alvear y Ministro del Interior José Tamboríni.
Al ser reconstruido totalmente por la generosa contribución de sus Benefactores D. Alfredo Guzmán y su Sra. esposa Guillermina Lestón, pero conservando su antiguo emplazamiento. La inaguración del templo y Consagración se realizó el 24 de Setiembre de 1950.
El Camarín de la Virgen es Monumento Histórico Nacional por Decreto nº 9.059 dado en Buenos Aires el 5 de Agosto de 1957 por el entonces presidente el General Pedro Eugenio Aramburu. “ La Comisión nacional de museos y de monumentos y lugares históricos convendrá con las respectiva autoridad eclesiástica el modo de asegurar su conservación“ (reza el art. 2º)
 EX VOTOS DE LOS FIELES E INSTITUCIONES
El Santuario Mariano,conserva ex votos de las luchas por la Independencia Nacional y de los fieles, que expresan la divina intercesión de la Madre de Dios a nuestro pueblo.
En los laterales del Crucero del Santuario, se puede apreciar cientos de ex votos que datan desde la época de las luchas por la Independencia hasta nuestros días.
El valor afectivo y de piedad, como el histórico, realzan la veneración hacia la Divina madre que como patrona acompañó a su pueblo a lo largo varias generaciones.
Bandera Realista del Ejército Español que el Propio Belgrano solicitó al Cabildo de Buenos Aires que se depositara luego de la Batalla de Salta en 1813.
Bandera del Ejército Realista tomada en la Batalla en el Pueblo de Humahuaca 1817 Pcia. de Jujuy ofrenda a la Virgen por el Cabildo de Buenos Aires.
Primera Bandera Nacional de Guerra perteneciente al Histórico ex Regimiento 19 de Infantería ofrendada a la Virgen Generala el 24 de Setiembre de 1957 en un acto que se llevo a cabo al llegar la procesión frente a la Iglesia Matriz. El emotivo acontecimiento puso de manifiesto en testimonio de gratitud por los Ciudadanos que pasaron por sus Filas entre 31 de Enero de 1907 a 20 de Junio de 1957.
20 de Junio de 1957: El pueblo tucumano obsequió a la Unidad Militar una Nueva Bandera,(por cumplir sus bodas de Oro de la creación) que presidio sus actividades hasta su desactivación en el año 1993. La Bandera fue Bendecida el por el Obispo Diocesano Monseñor Juan Carlos Aramburu, luego del oficio Religioso de la Santa Misa de Campaña. Por Primera vez en la historia del juramento de fidelidad a la Patria por los Soldados concriptos, estuvo presente la Venerada Imagen de la Merced que presidio la formación en una tocante ceremonia.
 LA IMAGEN HISTORICA DE LA VIRGEN GENERALA Y PATRONA DE TUCUMAN
El patrimonio actual del templo, tiene como principal exponente, la Imagen de la Advocación, Ntra. Sra. de La Merced, por el valor religioso e histórico, que ella conlleva. Según la tradición que ha recogido la parroquia, señala que su veneración data desde la fundación de San Miguel de Tucumán de Ibatín (1565 – 1585), y que acompañó a los habitantes de entonces a su actual emplazamiento de la capital de la Provincia.
La Sagrada Imagen que hoy se venera en el Santuario, sede de la Parroquia de la Victoria, es la misma, según el Pdre. Larrouy, que trajeron los Mercedarios cuando se asentaron en Tucumán- fundada la ciudad en los campos Ibatín el 31 de Mayo de 1565.
El traslado, a su actual asentamiento, al márgenes del Río Salí se lleva adelante un 24 de Setiembre 1685, en tiempo del Gobernador D. Fernando Mendoza Mate de Luna y es ella la que preside la gigantesca empresa de movilizar al vecindario que hacía 120 años moraba en las laderas del Aconquija, sobre el río Monteros.
La Imagen en sí, es de las llamadas de vestir de candeleros, netamente colonial y española, o sea está constituida con medio cuerpo, de tamaño más bien pequeño (0.53 x 0.30) y con solo las manos y la cara tallada y pulimentadas) actualmente está asentada en trípode que le otorga una altura total de 1,45 mts. y un ancho de base de 0,80 cm.
La cara y las manos están trabajadas con la técnica del “encarnado”, de tradición castellana, es decir, con un acabado brillante, que se asemeja a la porcelana. Tiene ojos de vidrio, pelo y pestañas naturales. Adornaba su cabeza una delicada Corona, realizada en plata Peruana con 12 estrellas del mismo metal que bordean la parte superior. Preciosa pieza de orfebrería que atestigua la antigüedad de la Imagen de Mercedes y que lucía en el año 1812 y que hasta 1994 conservaba.
 VESTIMENTA DE LA IMAGEN
Se ha documentado a lo largo de diversas épocas confecciones nuevas de su indumentaria.
El vestido de la coronación (1912), es un manto bordado en oro finísimo de relieve en piel de pura seda extra blanco, con dibujo preparado en el Colegio de las Hermanas Esclavas; lleva bordado en seda, oro y plata en la caída al fondo el Escudo Nacional; en la izquierda el Escudo de la ciudad de Tucumán. Atrás, sobre la espalda, bordado en oro el Escudo pontificio y en la inferior, colocado en un medallón el episodio histórico de la entrega del bastón de mando por el General Manuel Belgrano (en la actualidad se lo expone en una lugar destacado del camarín de la Virgen)
Para éste noble fin de se constituyo una Comisión de Damas presidida por la Sra. Mercedes Mañán de Rougés.
Con el transcurrir del tiempo, produjo serios deterioros en el manto que lucía la Imagen desde 1912. El Cura Párroco de entonces, Pbro. Fernando Fernández Ruiz(1984-1993) encomendó a un grupo de laicos de la Cofradía Mariana, realizar todas las gestiones para confeccionar un nuevo ornamento, que reemplazó al de la Coronación Pontificia y que lo luce en los días de la novena y festividad. Esta réplica que fue bendecida el 24 de Setiembre de 1989.
La Prenda es una replica del original y fue realizada en la Comunidad de las Hermanas adoratrices en la Localidad de Liniers, Pcia de Buenos Aires. El manto está bordado en hilo de oro español a cuyos costados delanteros están pintados en óleo el escudo argentino y el de Tucumán, detrás el emblema del Vaticano y en la parte inferior la histórica escena de la entrega del bastón de mando a la Virgen por el General Belgrano. Lo complementa una estola blanca de seda natural, con el escudo mercedario enmarcado en palmas de laureles y una túnica de igual material y bordado con delicados motivos en hilos áureos.
 ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED GENERALA DEL EJÉRCITO ARGENTINO
A ti recurrimos, oh Virgen Generala de nuestros Ejércitos, para implorar tu maternal protección sobre esta Patria Argentina.
Te recordamos que aquí se alzó el altar donde se glorificó a Jesús Eucarístico ante el mundo entero; que nuestra bandera se hizó en la presencia augusta de tu divino Hijo; que los colores nacionales cruzan sobre tu pecho cual blasón de Generala del Ejército Argentino.
Por todo esto te pedimos que protejas a nuestra Patria erigida según los designios divinos y que del uno al otro confín sepan los pueblos honrarla y que al postrarnos ante tu imagen de Virgen Generala resuene esta unánime aclamación:
¡Tu eres la gloria de nuestra Patria. Tú eres la honra de nuestro pueblo! ¡Tu la Generala de nuestro Ejército!.

Nuestra Señora de la Merced, Perú
Los Padres Mercedarios llegaron al Perú junto con los primeros conquistadores, y con ellos la devoción a la Virgen de las Mercedes, que rápidamente se extendería por el vasto Virreinato. De ello nos da cuenta el historiador jesuita, P. Rubén Vargas Ugarte: “Fruto del celo de los mercedarios fue la difusión del culto a la Virgen titular, algunas de cuyas imágenes, como las de Lima, Quito, Pasto, Piura, Chachapoyas, Portobelo, Ica, Tucumán y Caracas, vinieron a ser muy populares y veneradas”.

Fray Miguel de Orenes, quien fundara en 1535 el convento de Lima, trajo la primera imagen de la Virgen de la Merced que se veneró en esta ciudad. El P. Luis Vera en su Memorial de la fundación y progreso de la Orden señala que ya esta imagen obró estupendos milagros entre los conquistadores y primeros pobladores de la ciudad.
La imponente imagen de Nuestra Señora de la Merced, expuesta en su altar mayor, es muy antigua y de muy bella factura. Data del tiempo de la inauguración de la iglesia a comienzos del siglo XVII.
La primitiva ermita mercedaria, un oratorio pequeño y de pobres materiales, fue sustituida por el magnífico templo levantado durante el gobierno del Marqués de Montesclaros (1608-1615) y que hasta hoy contemplamos, a pesar de la furia de los temblores y los saqueos de los piratas. En tiempos recientes la Santa Sede ha elevado la iglesia al rango de Basílica Menor.
Los Mercedarios no sólo evangelizaron a la región sino que fueron gestores del desarrollo de la ciudad al edificar los hermosos templos que hoy se conservan como valioso patrimonio histórico, cultural y religioso.
El gran impulsor de esta devoción en el Perú fue sin duda Fray Antonio de Vidaurre, quien por largos años dirigió la Tercera Orden de la Merced y escribió en 1716 la célebre Novena deprecatoria a la Santísima Virgen de la Merced, redentora de cautivos y especialísima abogada del Perú, que tan amplia difusión tuvo desde entonces.
 PRIMERA IMAGEN CORONADA CANÓNICAMENTE EN EL PERÚ
Fue proclamada en 1730 “Patrona de los Campos del Perú”; “Patrona de las Armas de la República” en 1823; y al cumplirse el primer centenario de la independencia de la nación, la imagen fue solemnemente coronada y recibió el título de “Gran Mariscala del Perú” el día 24 de septiembre de 1921, solemnidad de Nuestra Señora de la Merced, desde entonces declarado fiesta nacional, ocasión en que cada año el ejército le rinde honores a su alta jerarquía militar de “Mariscala”. La imagen porta numerosas condecoraciones otorgadas por la república de Perú y sus gobernantes e instituciones nacionales. En 1970 el cabildo de Lima le otorgó las “Llaves de la ciudad” y en 1971 el presidente de la República le impuso la Gran Cruz Peruana al Mérito Naval, gestos que demuestran el cariño y la devoción del Perú a esta advocación considerada por muchos como su Patrona Nacional.
Por decreto del Papa Benedicto XV, firmado por el ilustre y recordado Cardenal Rafael Merry del Val, el 24 de setiembre de 1921, el Arzobispo de Lima, Mons. Emilio Lisson y Chávez, realiza en el atrio de la Catedral la emotiva ceremonia de coronación canónica de la imagen de Nuestra Señora de la Merced.
Este mismo espíritu se expande a otras ciudades. Así, como parte del VI Congreso Eucarístico Nacional celebrado en Piura en 1960, es coronada canónicamente la antigua e histórica imagen de la Merced del puerto de Paita. Y al año siguiente el Nuncio Apostólico, Mons. Romolo Carboni, corona en el atrio de la Catedral del Cuzco, ante una impresionante multitud, la tradicional imagen de la Virgen de la Merced venerada en la Ciudad Imperial.
 MILAGROS DIGNOS DE CONOCER
Desde antaño se le reconoce su especial protección a la capital, como lo consigna un Acta del Cabildo limeño:
“También recibió esta ciudad el beneficio de esta Divina Señora por el mes de julio del año 1615, en que intentaron invadir el presidio del Callao once navíos corsarios holandeses, en que hallándose sin defensa, invocaron su patrocinio y acudió prontamente su clemencia al socorro de este trabajo, apareciéndose acompañada de numerosos ángeles, vestida con el sagrado hábito de su Orden y mirando con semblante benigno a la ciudad la protegió extendiendo su piadoso manto y arrojó del puerto a los enemigos…”.
El P. Luis Vera refiere también un milagro de la Virgen ocurrido en la doctrina de Ichopincos, corregimiento de Guamalíes:
“Cayóle cáncer mortal al P. Fr. Pedro del Campo estando en esta doctrina y no hallándose remedio en la tierra, acudieron al último cortándole una pierna donde estaba el mal. Cortada por la rodilla, era tan fuerte la corrupción que fue necesario cortarle por más arriba segunda y tercera vez; a ésta quedó tan rendido que diciéndole que no se había atajado el daño, y así tratase de las últimas disposiciones para salir de esta vida, se desmayó y volviendo en sí fue dando voces: tráiganme la Imagen Sacratísima de la Virgen, tráiganme a mi Madre, que sólo ella puede darme salud. Trajéronle la imagen de la iglesia, y al punto que entró en su aposento, a la vista de todos, se le cayeron por sí mismos en el suelo los pedazos de carne podrida en que estaba apoderado el cáncer, quedando la demás colorada y libre de corrupción. Sanó de la llaga en brevísimo espacio, y aunque con pierna de palo, quedó tan ágil que por los más peligrosos caminos del Perú iba a mula, con más facilidad que los muy sanos”.
 BASÍLICA NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED – PERÚ
La Basílica Menor –situada en el Centro Histórico de Lima, Perú- es una grandiosa estructura, levantada en el año 1535 por orden de Fray Miguel de Orenes. Y como en muchas otras estructuras eclesiásticas, la basílica fue restaurada como fruto de distintos fenómenos naturales sucedidos. Y en este sentido, hoy en día cuenta con una sola torre. Y entre los elementos más notables encontramos una portada de columnas salomónicas -hecha con granito original de Panamá-, tallada en tres cuerpos.
Ya en el ámbito interior, alberga distintos retablos, esculturas y pinturas –hoy en día considerados como reliquias del arte virreinal-. El altar mayor tiene la particularidad de no estar muy recargado de ornamentación. En última instancia, encontramos el altar del Santo Cristo del Auxilio.
Fray Miguel de Orenes funda en 1535, tomando por titular al arcángel San Miguel, el convento de Nuestra Señora de La Merced, sobre cuatro solares que se le asignaron durante el reparto, en la 5a. cuadra del Jirón de la Unión. Es tradición considerar a esta congregación religiosa como la primera en construir su casa en la ciudad. Hay incluso cronistas de esa orden que afirman haber tenido una ermita, en ese mismo lugar, mucho antes de la fundación de Lima, el 18 de enero de 1535. El nombre completo de este importante patrimonio nacional es, desde su creación, el de “Convento Grande de San Miguel de Lima del Real y Militar Orden de Nuestra Señora de La Merced, Redención de Cautivos, de la Provincia Mercedaria de la Natividad de Nuestra Señora”.
El primer templo levantado por esta emprendedora orden fue una rústica capilla que en 1541, año del asesinato de Francisco Pizarro, se reconstruyó totalmente para convertirla, de acuerdo al cronista Bernabé Cobo, “en una grande nave cubierta de tablas, con capillas (hornacinas) a los lados”. Un año después, el 25 de marzo de 1542, los sacerdotes acceden a que María de Escobar, la tradicional importadora del trigo, la vid y los olivos, viuda del aristocrático Francisco de Chávez, asesinado junto al gobernador, construya por su cuenta el altar mayor del templo, como sepulcro de sus familiares, mientras otros conquistadores construían las demás capillas laterales. Dice fray Víctor M. Barriga que “al principio el templo fue de una pequeña nave, con cinco altares o capillas: el altar mayor (al centro) y las capillas del regidor Francisco de Ampuero y de La Piedad a la derecha, y las del Crucifijo y de San Lorenzo a la izquierda.”
En 1589, tres años después del primer gran terremoto que azotó a la naciente ciudad, el alarife Alonso de Morales adosó a la iglesia una torre cuadrada, considerada como la primera que engalanó el paisaje limeño. Tres años después el alarife Cristóbal Gómez rehace el claustro primitivo con “ocho lanzas de arcos altos y bajos de piedra” que en 1600 adorna su colega Francisco de Morales con una bella pila, tomando como modelo la existente en el convento de Santo Domingo. Y en 1608 se inicia una nueva reconstrucción de la iglesia, que era de una sola nave, ampliándola con dos naves colaterales, introduciendo en la arquitectura autóctona la planta basilical de tres naves abiertas con un amplio crucero. Esto se logró perforando con arcos los muros medianeros de las antiguas capillas hornacinas y cubriéndolas con medias naranjas con linternas en su cumbre.
Esta transformación de la primitiva iglesia gótica-isabelina, de una sola nave con capillas laterales, en una iglesia de tres naves y gran crucero, transformó totalmente el espacio interior del templo, dándole la originalidad que a partir de entonces adoptaron también las demás iglesias conventuales de Lima, para a su vez esparcir el nuevo concepto arquitectónico hacia otros templos de América del Sur.
Antes de su última transformación la iglesia fue engalanada con muchas obras de arte, entre las que destacaron el arco y portada de la capilla de la cofradía de Nuestra Señora de Agua Santa “conforme al modelo de la portada de las vírgenes Santa Justa y Rufina”, iniciada por el alarife Juan de Mora a partir del 10 de julio de 1595; la escultura de dos varas de alto (aproximadamente 1.67 mts.) de Nuestra Señora de La Merced labrada en 1603 por el escultor sevillano Martín Alonso de Mesa Villavicencio y el lienzo de 9 por 5 varas pintado, en mayo de 1600, para el refectorio del convento por Angelino Medoro.
El destructor terremoto de 1609 retraza la obra de la ampliación del templo que recién se reanuda el 5 de enero de 1613, cuando los alarifes Alonso de Arenas y Andrés de Espinoza contratan la construcción de la capilla mayor, de dos capillas laterales y del crucero. El primero de ellos hace además la traza de la capilla de la cofradía de indios de Nuestra Señora de la Consolación, ubicada entre la puerta y la torre, mientras que el segundo contrata al año siguiente, el 28 de marzo de 1614, hacer de ladrillo y piedra la capilla de Nuestra Señora de la Piedad cuya imagen labrará el escultor Diego Martínez de Oviedo en 1616.
La conversión del templo antiguo en una planta basilical con ancho crucero se prolongó por varios años puesto que el 3 de setiembre de 1621 el escultor Andrés de Espinoza contrata la obra “del cuerpo de la iglesia” para adaptarlo a la nueva traza y, todavía, a mediados de julio de 1628 se construía el “nuevo templo” según traza del arquitecto mercedario fray Pedro Galeano, gracias a los donativos del capitán Bernardo de Villegas y de su esposa Marcela de Montoya, cuya bella capilla-sepulcro era decorada, en esos años, por el pintor romano Mateo Pérez de Alesio, en compañía de su dicípulo Pedro Pablo Morón, y que hoy está en proceso de restauración. En 1667 el alarife Manuel de Escobar construye un nuevo campanario al tiempo que hacía uno de espadaña para la iglesia mercedaria del Callao.
Este templo, con su distribución interna muy semejante al actual, fue enriquecido con muchas obras de arte antes del gran terremoto de 1687. Entre ellas destacan el retablo de la capilla del lado del Evangelio, cuya ejecución fue contratada el 14 de marzo de 1628 al entallador Pedro de Mesa; el retablo de la Santísima Trinidad coronando a la Virgen, según una lamina del padre Urraca, quien contrató su ejecución, el 20 de febrero de 1636, al ensamblador Tomás de Aguilar y al escultor Pedro Muñoz de Alvarado; un tabernáculo de cedro y roble que debía colocarse en uno de los pilares frontero al púlpito realizado, a partir del 20 de junio de 1637, por el ensamblador y maestro de arquitectura, Asencio de Salas; el “Santo Cristo” contratado al escultor sevillano Juan Martínez Montañés el 13 de julio de 1640 por Luis de Betancur y Figueroa, fiscal de la Inquisición, y que se venera hoy como el Cristo del Auxilio; la corona de plata para Nuestra Señora de Agua Santa que en 1658 realizó el platero Juan Canelas Albarrán y cuya imagen de Cristo Crucificado hizo en 1660 el escultor Francisco Martínez. En 1674 el platero Antonio Silveyra hace las lámparas para la cofradía de Nuestra Señora de los Remedios.
Desde mediados del siglo XVII, hasta los primeros años del siglo siguiente, trabajó en el arreglo y el embellecimiento del conjunto monumental de La Merced el arquitecto mercedario limeño, también escultor y ensamblador fray Cristóbal Caballero. Este gran artífice va a dejar su profunda huella en la arquitectura de este notable patrimonio nacional, desde su rica portada principal hasta en los detalles más pequeños de sus claustros. El 1o. de octubre de 1671 el comendador de la orden lo nombra “maestro mayor de todas las obras de esta provincia” otorgándole además licencia para trabajar en construcciones para otras congregaciones. Así realiza importantes obras, como nos lo cuenta el padre Antonio San Cristóbal, en los conventos de San Francisco, San Agustín, Santa Ana, Santa Catalina, Santísima Trinidad, la Concepción y en el Sagrario de la Catedral. Su calidad profesional llevó a la ciudad a nombrarlo en 1696 “maestro mayor de fábricas reales”, luego del fallecimiento del alarife Diego Maroto que lo antecedió. En 1684 recibe el grado académico de “presentado”, teólogo antes de ser declarado “maestro”. Al año siguiente, y hasta mayo de 1688, es nombrado comendador del convento de La Merced en el Callao. Como tal arrienda, con permiso de sus superiores, la hacienda Surquillo al alférez Cristóbal García de Paredes, que se instalará en el actual centro de Miraflores. Debió fallecer entre mediados de marzo de 1702, cuando realiza una última tasación del retablo de Nuestra Señora de los Remedios, y el 24 de agosto de 1703, cuando figura como fenecido en el capítulo provincial de la orden de La Merced de ese día.
Cristóbal Caballero se inicia como alarife de La Merced contratando la hechura del retablo de la cofradía de San Lorenzo, el 28 de setiembre de 1659. El 30 de abril de 1664 se compromete ha realizar la cubierta de madera del segundo claustro, que en 1662 inició el alarife Manuel de Escobar. Al año siguiente, el 11 de setiembre 1665, se compromete con el mayordomo de la cofradía de Nuestra Señora de los Remedios para hacer un retablo nuevo sobre otro viejo retirado por el carpintero Pedro de Céspedes. El 6 de junio de 1679, año de la beatificación de Santo Toribio, inicia el maestro alarife Francisco Javier Domínguez la construcción del noviciado de La Merced y poco más de un mes después, el 18 de julio, la planta alta del segundo claustro, siguiendo en ambos casos los planos y las directivas de Cristóbal Caballero. Después del destructor terremoto de 1687, que destruyó gran parte del templo y convento mercedario, trabajó arduamente en su reconstrucción. Y a partir de 1696 inicia la construcción de la bella portada de piedra que hasta hoy engalana al Jirón de la Unión.
Entre el terremoto de 1687 y el de 1746, que nuevamente destruye gran parte del templo y del convento, se realizan las siguientes obras mas importantes: el retablo de la Virgen de los Remedios hecho en 1702 por el ensamblador Juan Rojas; a partir del 30 de agosto de 1714, el grabador fray Miguel Adame pinta cuatro evangelistas para la capilla de Jesús Nazareno, mientras el ensamblador y dorador Juan José Ramírez Capitán hace su dorado y en 1739 el grabador Juan Francisco Rosa hace la imagen del Señor del Auxilio. Mientras tanto en 1730 la virgen de La Merced es declarada “Patrona de los Campos de Lima” y sacada por primera vez en procesión.
La reconstrucción de la iglesia y el convento, después del terremoto de 1746, fue un proceso lento que abarcó casi integramente la segunda mitad del siglo XVIII. Con el agravante de que el 24 de abril de 1775 se produjo un devastador incendio que redujo a cenizas la sacristía y parte del templo. Las obras de reconstrucción más importantes y que prácticamente subsisten hasta el día de hoy se realizaron en las siguientes fechas: entre 1759 y 1762 la torre, la bella escalera principal y los balcones interiores; entre 1762 y 1765 la portada de Cristóbal Caballero; entre 1765 y 1768 algunas medias naranjas y la sacristía; en 1774 la biblioteca; en 1775 la sacristía incendiada; entre 1777 y 1780 el segundo piso del claustro principal; entre 1781 y 1786 la portería, los altares del claustro principal y se inició la confección de los lienzos de la vida de San Pedro Nolasco que adornan el claustro principal; y entre 1786 y 1798 los altares de la Virgen del Traje, San Ramón y Jesús Nazareno, y el Salón Capitular.
Trece de las pinturas, sobre la vida del fundador de la orden, que adornan el claustro principal ya citadas fueron realizadas entre 1783 y 1792 por el pintor Julián Jayo, bajo la dirección de fray Gabriel García Cabello. En 1786 Juan de Mata Coronado pinta uno y a partir de 1792 el pintor Julián Falte hace los demás.
Durante esa misma época se fabrican las campanas que hasta hoy siguen anunciando los ritos religiosos más importantes del templo: en 1757 el fundidor Francisco de León hace la que lleva la inscripción “Sea bendito y alabado el Corazón de Jesús Sacramentado”, en 1775 el fundidor Pedro Mexía hace la “San José”y en 1787 el fundidor limeño Diego Calero, que residía en Maravillas, hace la campana grande de 1.56 mts. de diámetro.
Antes de la proclamación de la Independencia el infatigable introductor en Lima del neoclasicismo, el presbítero Matías Maestro, reconstruye totalmente el altar mayor que en 1810 será dorado por el pintor Félix Batlle. En 1807 el escultor José Vato labra una estatua de San Bernardo. En 1810 el platero José Palomino hace seis candeleros grandes de plata y el 30 de agosto de 1814 el dorador Andrés Bartolomé de Mendoza dora, graba y encarna las imágenes de la Virgen y San Juan del retablo de Jesús Nazareno. El 24 de setiembre 1823 la Virgen de La Merced es declarada “Patrona de los Campos de Lima y sus alrededores y de los Ejércitos de la República del Perú”, en una pomposa ceremonia presidida por el presidente de la República José Bernardo Tagle, “en reconocimiento a la especial protección del Ser Supremo por mediación de la Santísima Virgen de las Mercedes en los acontecimientos felices para las armas de la Patria”.
En 1860 el arquitecto Guillermo D’Coudry hace una refacción integral del templo de La Merced especialmente en lo tocante a la torre, las cúpulas y bóvedas entre el altar mayor y el coro. Pero a fines del siglo pasado la fachada de la iglesia de La Merced, incluyendo su magnífica portada, va a ser cubierta con una gruesa capa de yeso para darle un aspecto de arquitectura afrancesada que el templo jamás tuvo. Este maquillaje fue levantado afortunadamente en 1940 por el arquitecto Emilio Harth-Terr‚ para restituirle el aspecto original que le dio el notable alarife mercedario Cristóbal Caballero trecientos años antes.
Nuestra Señora de la Merced, República Dominicana
Fue la primera imagen de la Virgen entronizada en América y lo hizo el propio Cristóbal Colón en 1495, cuando gracias a su milagrosa intervención pudo triunfar ante un ejército indígena notoriamente mas numeroso.

Los frailes mercedarios llevaron al continente americano su amor a la Virgen de la Merced, que se propagó ampliamente. En República Dominicana, Perú, Ecuador, Argentina y muchos otros países, la Virgen de la Merced es muy conocida y amada.
En Perú, los frailes mercedarios llegaron acompañando las expediciones españolas a principios del siglo XVI. El culto a la Virgen se puso de manifiesto a comienzos del siglo XVII cuando se levantó un templo en Lima y Fray Miguel de Orenes entronizó la imagen primigenia de esta advocación.
Nuestra Señora de la Merced del Rescate, es la patrona e inspiración de RESCATE, actividad inserta en el Ministerio Católico de Prisiones de la Arquidiócesis de Miami.
 LA HISTORIA DOMINICANA
La historia se remonta al 14 y 15 de marzo del 1495, sobre un alto cerro a 5 Km de La Vega Real.
Al regreso de Colón luego de su viaje donde descubrió Cuba y Jamaica, encontró que el panorama estaba alborotado debido a las violaciones y robos cometidos por los suyos. De los cinco soberanos de la isla, Guacanagarí, cacique de Marién, quedaba amigo; Caonabo, cacique de la Maguana, enemigo encarnizado; Guarionex, Bohechío e Cayacoa, caciques de Maguá, de Jaragua e Higüey, titubeaban entre el temor a los españoles y el furor de Caonabo. Para la pacificación de la isla Colón nombró a Alonso Ojeda, que hizo preso a Caonabo.
Por lo que una coalición entre los caciques, comandados por Maniocatex, hermano de Caonabo, aglomeró un inmenso ejército de indios en La Vega Real, para destruir las fortalezas y atacar la Isabela.
Ante tal noticia, Colón se dispuso a combatirlos. Al llegar al lugar colocó, como de costumbre, una cruz de dos metros en el centro del cerro, improvisada con dos ramas de níspero. Los españoles eran tan pocos que necesitarían un milagro para detener a tanta muchedumbre (españoles 220, indios aprox. 30,000).
Cuentan que al llegar los indígenas y ver la cruz, la atacaron directamente, ubicando que el poder de los españoles se derivaba de ella. Así intentaron destruirla, arrimando leña para quemarla e intentando cortar con sus hachas de piedra, que al primer golpe se quebraban. Los españoles aprovechando la distracción se ubicaron en el otro cerro contiguo a pasar la noche, lo que aprovechó Colón para convocar un consejo de capitanes y deliberar que hacer…
En ese crítico momento se levantó el padre fray Juan Infante, religioso de la Orden de la Merced y confesor del Almirante:
“Yo soy del parecer, que ni huyamos, ni nos estemos quietos sino que acometamos a nuestros enemigos. Lo que importa es implorar el auxilio de nuestra Señora de la Merced”.

Luego de tan enérgicas palabras al siguiente día se dió la batalla, y no valió la heroicidad de algunos indios, ni el sacrificio de mil vidas que se opusieron a detener el curso de la victoria. Los españoles no pudieron menos que reconocer en este suceso, la interposición de un milagro, y llenos de regocijo y de sentimiento religioso, se reunieron a dar gracias a la Virgen.
Desde entonces Nuestra Señora de Las Mercedes es venerada en el Santo Cerro, primer santuario mariano de América, establecido por indicación del mismo Cristóbal Colón, quien indicó en su testamento que se hiciera esta iglesia.
De inmediato surgió esta devoción por Nuestra Señora de Las Mercedes y la Santa Cruz de La Vega. Esta Cruz se hizo famosa por los prodigios concedidos en todo el país. Y lleva el nombre de Santa Reliquia.
 PATRONA DE LA ISLA
Esta declaración de la Virgen como Patrona de la isla fue motivada a raíz de cuando, el 8 de septiembre de 1615, un fuerte terremoto afectó a la isla con réplicas de algo más de 40 días. La ciudad de Santo Domingo fue severamente afectada y el Cabildo de Santo Domingo declaró a la Virgen de las Mercedes como “Patrona de la Española”.
En un principio la fiesta de las Mercedes se celebraba cada 8 de Septiembre, aniversario del mencionado terremoto, hasta que en 1740, por Real Cédula, la festividad fue cambiada para el 24 de Septiembre. La independencia de la República Dominicana se produjo el 27 de Febrero de 1844 y fue ratificada la declaración de Nuestra Señora de las Mercedes como Patrona del país.
Nuestra Señora de Berzo Inferior, Italia ( 8 y 24 de septiembre)
Berzo Inferior es un pequeño pueblo de montaña en la provincia de Lombardía, Brescia, con poco más de dos mil doscientos habitantes, tiene como patrona a la Natividad de la Virgen María que se celebra el 8 de septiembre.
Berzo Inferior es reconocible por la torre del campanario (55 m) de granito cincelado.

El Santuario de la Natividad de María Peregrina fue construido en el 1600 y, particularmente acelerado por la aparición de la Santísima Virgen a Marta Damioli el 24 de septiembre de 1616, quien pidió a los fieles la aceleración de la construcción del Santuario de Berzo Inferior.
La aparición de la Virgen María es recordada por los frescos de la fachada izquierda de la Iglesia.
LA APARICIÓN
La devoción a Nuestra Señora ya se había generalizado en el área, pero el santuario se originó por una aparición que tuvo el lugar en septiembre 24 de 1616 a Marta Damioli.
La mujer, casada con Tomaso Polantini, hacía un año que se enfrentaba a una grave crisis que le hizo creer a era poseída por el diablo.
Cerca del mediodía, cuando estaba pasando por delante de la iglesia, que estaba en la plaza del pueblo, escuchó a alguien llamarla. Miró a su alrededor y no vio a nadie y siguió su camino.
Pero pasando por frente a la puerta del Oratorio, contrariamente de lo que le sucedía en el último año, se sintió atraída a entrar.
Se puso de rodillas a los pies del altar en oración a la Virgen pidiendo la liberación del mal que la afligía, de repente se le apareció la Virgen a un lado de un cuadro suyo que estaba detrás del altar.
María, flotando en el aire le dijo, “Marta, tu oración ha sido escuchada, te curarás. Pero dirás de mi parte a los gobernantes de la ciudad que no deben demorar la construcción de mi iglesia en este lugar, si quieren evitar el flagelo que el Señor quiere enviarle a ellos”.
 EL SANTUARIO
La iglesia parroquial de la Natividad de María, antiguo Santuario de Nuestra Señora, fue ordenado por don Donato Mazzoli, párroco de Berzo del 1599 a 1632.
Su construcción se inició en 1609, pero el trabajo se aceleró y amplió del proyecto inicial en 1616, después de que Marta Damioli tuvo una visión de la Virgen.
El santuario definitivo que se construyó a partir de 1618, fue ampliado y embellecido con frescos y retablos de prestigio y bien conservadso, de manera que hoy es considerado uno de los monumentos más notables del arte de Val Camonica.
La escena que se representa en los frescos de la fachada de la izquierda atribuida a Giovanni Chizzola.
El riquísimo Don Mazzoli dejó en testamento una gran suma que permitió el embellecimiento de la iglesia.
Dentro del templo se puede admirar una “Natividad de la Virgen” de 1633 de Giovanni Mauro della Rovere, llamado el Fiamminghino. Otros frescos son posteriores como los de Pietro Scalvini del 1740 y los del 1745 de Enrico Albrici de Vilminore de Scalve.
Otros frescos son atribuidos a Francesco Paglia y se encuentran en la capilla de San José. Algunas pinturas son de Bate.
Sobre el lado derecho hay una bonita barandilla de hierro forjado que data del 1500.
La torre campanario tiene 8 campanas, fue erigida por Silva de Esine, está esculpida en granito y tiene un alto de 55mts, y es considerada entre las más bellas de todas las del Valle Camonica.
En el santuario está enterrado el Beato Inocencio de Berzo (1844-1890)
Esta figura fue un erudito monje, que después de haber asistido a la escuela primaria en Berzo estudió en Lovere (donde tuvo entre sus compañeros, incluso a Giuseppe Tovini).
Emerge como una figura importante para el Valle Camonica a comienzos del siglo XIX y XX, fue ordenado sacerdote en 1867, fue enviado en una misión a Cevo y posteriormente nombrado vice-rector del seminario. Entró en la orden Capuchina en 1873 en el santuario d2e la Anunciata de Piancogno. Luego fue trasladado a Albino y otros monasterios. Ahora, su figura es muy venerada especialmente en Berzo.
La devoción continúa hoy y el santuario es considerado como un lugar de peregrinación, que atrae a muchos adoradores.
En 1949, las dos estatuas que representan la aparición fueron distribuidas en todas las parroquias de Val Camonica.
La fiesta se realiza el 24 de septiembre, está precedida por una preparación espiritual y cerrada con una solemne procesión acompañada por fuegos artificiales.

Nuestra Señora de la Merced, España ( 24 de septiembre)

A La Virgen de la Merced o de las Mercedes se la llama también Generala de los Ejércitos Celestiales, la Mujer Vestida de Sol y la Reina de la Paz.

En su conmemoración se ha establecido la fiesta de la Merced o de las Mercedes, el día 24 de septiembre.
El significado del título “Merced” es ante todo “misericordia”. La Virgen es misericordiosa y también lo deben ser sus hijos. Esto significa que recurrimos a ella ante todo con el deseo de asemejarnos a Jesús misericordioso.
 NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED DE BARCELONA
Los últimos siglos de la Edad Media, el sur y el levante español estaban en poder de los árabes y con sus vidas en vilo. El Mediterráneo estaba infestado de corsarios turcos y de sarracenos, y lo mismo atacaban a los barcos que desembarcaban en las costas y se llevaban cautivos a muchos.
Un alma caritativa suscitada por Dios fue San Pedro Nolasco, llamado el Cónsul de la Libertad. Rogaba insistentemente a la Virgen María y se preguntaba cómo poner remedio a tan triste situación.
 EL INICIO DE SAN PEDRO NOLASCO
Pedro Nolasco nació en Francia y se desconoce el lugar y fecha de su nacimiento. Tampoco se conoce el nombre de sus padres. Si se sabe que fueron personas ricas y nobles. Cuando él tenía 15 años murió su padre. Para esa fecha Pedro tenía una fe tan firme que se consagró en cuerpo y alma a Dios, haciendo votos de perpetua castidad. Pocos años después también murió su madre.
Ya sin el consuelo de los padres, Pedro viajó a España, con la promesa de visitar el Santuario de la Virgen de Monserat, cercano a la ciudad de Barcelona. Esa fue su primera parada en España. Allí estuvo durante varios días en ayuno y penitencia. De ese santuario partió hacia Barcelona (1213) donde se identificó con el dolor y las miserias de los cautivos y otras víctimas de la guerra entre moros y cristianos.
Pronto empezó a actuar. Vendió cuanto tenía y empezó la compra y rescate de cautivos. La noche del 1 de agosto de 1218, estando Nolasco en oración, se le apareció la Virgen María, le animó en sus intentos y le transmitió el mandato de fundar la Orden Religiosa de la Merced para redención de cautivos.
 EL PEDIDO DE LA VIRGEN MARÍA
El Padre Gaver, en el 1400, relata como la Virgen llama a S. Pedro Nolasco en el año 1218 y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación.

“Nolasco: ¿Quién eres tú, que a mí, un indigno siervo, pides que realice obra tan difícil, de tan gran caridad, que es grata Dios y meritoria para mi?
María: Yo soy María, aquella en cuyo vientre asumió la carne el Hijo de Dios, tomándola de mi sangre purísima, para reconciliación del género humano. Soy aquella a la que dijo Simeón. cuando ofrecí mi Hijo en el templo: ‘Mira que éste ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel; ha sido puesto como signo de contradicción: y a ti misma una espada vendrá a atravesarte por el alma’.
Nolasco: ¡Oh Virgen María, madre de gracia, madre de misericordia! ¿Quién podrá creer (que tú me mandas)?
María: No dudes en nada, porque es voluntad de Dios que se funde una orden de ese tipo en honor mío; será una orden cuyos hermanos y profesos, a imitación de mi hijo Jesucristo, estarán puestos para ruina y redención de muchos en Israel (es decir, entre los cristianos) y serán signo de contradicción para muchos.
 LA FUNDACIÓN DE LA ORDEN
Después de la conversación de Pedro con la Virgen María, éste presentó el proyecto de la nueva Orden al rey Jaime I y al consejero real y papal Raimundo de Peñafort. Los tres admitieron haber tenido el mismo encargo de parte de la Virgen. Enseguida se pusieron a trabajar en la fundación de la Orden.
San Pedro Nolasco, apoyado por el rey Jaime el Conquistador y aconsejado por San Raimundo de Peñafort, funda el 10 de agosto de 1218 en Barcelona la “Celestial, Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced”, para la redención de los cautivos en poder de los musulmanes. La palabra merced quiere decir: misericordia, ayuda, caridad; deriva del latín merx, mercadería – merces, paga, recompensa – acto de benevolencia, beneficio gracioso.
Los caballeros de la orden de los mercedarios se comprometían con un cuarto voto a quedarse como rehenes, si fuera necesario, para liberar a otros mas débiles en la fe. Oraban, reunían ayudas y acudían a tierras de cautivos, pagaban los rescates o se quedaban en su lugar hasta que al cabo de unos cinco años llegara la próxima expedición.
La trayectoria de esta benemérita Orden es maravillosa y heroica: “Desde su inicio y durante los seis siglos siguientes pudo redimir a más de ochenta mil cautivos devolviéndoles a su patria y a su hogar con el precio de mil quinientos mártires que derramaron su sangre por la conquista de la libertad de los cristianos”.
 LA ACTIVIDAD DE SAN PEDRO NOLASCO
Desde el primer día de la fundación de la Orden, Pedro tomó los hábitos blancos y fue nombrado su maestre. En determinadas ocasiones, Pedro incluso acompañó al Rey en el campo de batalla para participar en la liberación de los cautivos.
En el año 1249, Pedro Nolasco, al enfermar, decidió renunciar al cargo de maestre. Desde entonces dedicó su vida a la oración en busca de la santidad. Después de 31 años de haber sido fundada la Orden y habiendo conseguido un notable aumento de vocaciones religiosas, y habiéndose extendido por varios reinos, murió su fundador el mes de diciembre de 1256, en olor a santidad. En 1268 se canonizó a Pedro Nolasco, y más tarde a petición del Rey Felipe IV, el 12 de junio de 1264, se dedicó agregar su día de fiesta en el Breviario Romano, para el 29 de enero.
 LA EXTENSIÓN DEL CULTO A NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
El culto a Nuestra Señora de la Merced se extendió muy pronto por Cataluña y por toda España, por Francia y por Italia, a partir del siglo XIII. El año 1265 aparecieron las primera monjas mercedarias. Los mercedarios estuvieron entre los primeros misioneros de América. En la Española o República Dominicana, por ejemplo, misionó Fray Gabriel Téllez (Tirso de Molina).
Barcelona se gloria de haber sido escogida por la Virgen de la Merced como lugar de su aparición y la tiene por celestial patrona. “¡Princesa de Barcelona, protege nuestra ciudad!”
Desde el siglo XIII es patrona de Barcelona y el 25 de septiembre de 1687 se proclamo oficialmente patrona de la ciudad. Es además patrona de los cautivos (presos) y de muchos países de Latinoamerica.
En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de septiembre. Pero a raíz de la reforma litúrgica del concilio Vaticano II, en el año 1969 la fiesta se suprimió del calendario universal.
 LA TALLA
La talla de la imagen de la Merced que se venera en la basílica de la Merced de Barcelona es del siglo XIV, de estilo sedente, como las románicas. En catalán “Mare de Deu de la Mercé”, Madre de Dios de la Merced.

La imagen de Nostra Senyora de la Mercè es una hermosa talla policromada, sedente en un trono gótico con el Niño, de tamaño casi natural (148 cm). Data de ca. 1361.
El año 1867 el Consell de Cent la proclamó patrona de Barcelona, implorándola que la liberara de una plaga de langostas.
Pio IX, el año 1868, la declaró Patrona del obispado de Barcelona y el 1888, el obispo Jaume Català coronó solemnemente su imagen en la catedral.

EL PERFIL DE LA ADVOCACIÓN
En el siglo XVIII en concreto a partir de 1719, cesa la redención de presos cautivos por musulmanes en tierra de infieles y la presencia mercedaria se instaura en las cárceles de España. La Virgen de la Merced fue designada patrona de prisiones en España el 27 de abril de 1939.
Con él paso del tiempo la Virgen de la Merced era cada vez más conocida, asociándose paulatinamente con la redención de cautivos e invocándose en momentos de especial opresión en Europa después de la II Guerra Mundial. Francia, por ejemplo, multiplicó la imagen de María de la Merced con símbolos de liberación; cadenas rotas, una alambrada deshecha…
Posteriormente, la advocación de la Virgen de la Merced ha pasado a ser, de auxiliadora en las guerras, a Madre de gracia y misericordia para todos. Ella reparte favores a las personas o trabaja en unión con los hombres y las mujeres, laicos, religiosos y filántropos, que lo dan todo por ayudar a países más necesitados. La Virgen de la Merced genera una fuerza de misericordia y de liberación, sean cuales sean las cadenas de la esclavitud.
 BASÍLICA DE LA MERCED (BARCELONA)
La Basílica de Nuestra Señora de la Merced (en catalán Basílica de la Mare de Déu de la Mercè), conocida simplemente como Basílica de la Merced (Basílica de la Mercè), es una iglesia de estilo barroco situada en la plaza de la Mercè, en el Barrio Gótico de Barcelona. Se construyó entre 1765 y 1775, siendo obra del arquitecto catalán Josep Mas i Dordal. Está dedicada a la Virgen de la Merced como patrona de Barcelona, siendo una de las iglesias más representativas de la ciudad condal.

La actual iglesia se levanta sobre una anterior de época medieval, construida entre 1249-1267, que tuvo una ampliación en estilo gótico en los siglos XIV-XV. Pertenecía a un conjunto de iglesia y convento perteneciente a la Orden Mercedaria, pero el edificio del convento fue objeto de desamortización en 1835, convirtiéndose primero en escuela y, actualmente, en sede de la Capitanía General de la Cuarta Región Militar.
La iglesia se construyó con planta contrarreformista, de cruz latina, con una nave central amplia y dos naves laterales delante de las capillas, situadas entre los contrafuertes, herederos del estilo gótico, y un transepto con cúpula sobre el crucero.
El interior destaca por su monumentalidad, mitigada por su delicada decoración en estilo rococó, con ricos revestimientos en mármol y estuco y complicadas celosías en las tribunas altas. La valiosa imagen de la Mare de Déu de la Mercè es una obra gótica de 1361, atribuida al escultor Pere Moragues.
La fachada presenta dos cuerpos de altura y está articulada por pilastras de orden corintio. Se caracteriza por su pared ondulante, de influencia borrominesca, para conseguir una mayor integración espacial y una mejor visibilidad en un espacio que en su origen era cerrado, ya que cuando se construyó no existía la actual plaza y la fachada daba a una calle bastante estrecha.
Así, la utilización de formas cóncavas da espacialidad al conjunto, rompiendo la monotonía que habría significado la confrontación de dos superficies planas paralelas entre sí. Un amplio frontón triangular remata la parte superior de la fachada, reforzando así el carácter clásico de la misma. La parte escultórica de la fachada fue obra de Carles Grau.
En 1870 se instaló en el lateral de la iglesia perteneciente a la calle Ample una fachada de estilo gótico flamígero del siglo XV trasladada de la antigua iglesia de Sant Miquel. En 1888 se construyó una gran cúpula sobre el crucero, obra de Joan Martorell, así como la capilla del Santísimo en el lado del Evangelio y un camarín para el culto de la Virgen. La cúpula se coronó con una imagen de Nuestra Señora de la Merced, obra de Maximí Sala, derruida en 1936 y reconstruida en 1956 por los hermanos Llucià y Miquel Oslé.
http://forosdelavirgen.org

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