Hola amigos, bienvenidos a este sitio que solo busca compartir todo aquello que llega a mi buzón, y nos ayuda a crecer en nuestra fe católica..
(casi todo es sacado de la red)

Si alguien comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia o que se retire, por favor, que me lo comunique y lo hago inmediatamente. Gracias.

Espero que os sirva de ayuda y comenteis si os parece bien...


Gracias


Maria Beatriz.



SI AL CRUCIFIJO Tu quita un Crucifijo y nosotros pondremos mil

En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados

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NOTICIAS SOBRE S.S. FRANCISCO

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Hemos vuelto

Queridos hermanos en Cristo. Tras algunos años de ausencia por motivos personales. A día de hoy 24 de Marzo del 2023, con la ayuda de Dios Nuestro Señor retomamos el camino que empezamos hace ya algún tiempo. Poco a poco nos iremos poniendo al día, y trataremos de volver a ganarnos vuestra confianza.

Gracias de antemano y tenednos paciencia.
Dios os guarde a todos y muchas gracias a los que a pesar de todo habéis permanecido fieles a este blog, que con tanto cariño y tanta ilusión comenzó su andadura allá por el año 2009

Dios os bendiga y os guarde a todos.

CAMINATA DE LA ENCARNACIÓN

2 de septiembre de 2014

Lunes de la 22ª semana del T. O.

Lunes de la 22ª semana del T. O.
1. Preparación
Señor, aquí estoy delante de ti. Ayúdame a tomar conciencia viva de que tú estás conmigo siempre. Esté donde esté, tu presencia amorosa me envuelve. Dame tu gracia para que este rato de oración me sea provechoso. Que vea claro qué quieres de mí. Dame un corazón nuevo, que me guíe por tus caminos de amor. Me pongo en tus manos, Señor. Soy todo tuyo. Haz de mí lo que tú quieras. Amén.
Ahora lee despacio la Palabra de Dios y las reflexiones que se proponen. Déjate empapar de la Palabra de Dios. Si con un punto de reflexión te basta, quédate ahí, no prosigas.
2. La palabra de Dios
En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: -«Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: -«¿No es éste el hijo de José?» Y Jesús les dijo: -«Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo”; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm.»Y añadió: -«Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.» Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.  ( Lucas 4, 16-30).

1.   En adelante, hasta final del año litúrgico, vamos a meditar el evangelio de Lucas. Empezamos hoy viéndolo ir a su pueblo y presentándose, en la sinagoga,  ante sus paisanos mediante la lectura de estas palabras de Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Este será su programa: liberar del mal a todos los que sufren. Al terminar la lectura Jesús afirma: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.” Jesús se aplica estas palabras a sí mismo y se declara el mesías que viene a cumplir la profecía de Isaías. Efectivamente, desde ese momento a Jesús lo veremos liberando del mal, de la enfermedad y de la marginación a cuantos encuentra en su camino… Hoy, Señor, siento que nos dices que también nosotros, los cristianos, hemos sido ungidos y enviados para realizar tu programa: acoger a los pobres y marginados y oprimidos de hoy. Pero ¿de verdad estamos luchando para realizar tu programa? ¿Quiénes son los que más esperan nuestra acogida y que les ayudemos a salir de la situación de “esclavitud” y sufrimiento en que se encuentran? De ti, Señor, al final, se escribió: “pasó haciendo el bien”. Ojalá de nosotros se pueda escribir lo mismo.

2.   Sus paisanos al principio le prestan atención: “Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él; pero cuando comienza a hablar, pasan a la sorpresa y al rechazo. No aceptan que el hijo de un carpintero, al que conocen bien, sin estudios rabínicos especiales sea el Mesías-Liberador que anuncia Isaías. Lo han visto llevar entre ellos una vida tan normal, que no pueden creer en él ni aceptar su mensaje salvador. Esta actitud de sus paisanos es símbolo de la actitud del pueblo judío ante Jesús: no aceptarlo como el Enviado de Dios, oponerse a él y, al final, eliminarlo… Pero, nosotros que nos decimos cristianos, ¿no participamos -en cierto modo-  de la actitud de los conciudadanos de Jesús? A Cristo le conocemos desde niños y conocemos su evangelio. Y tal vez nos hemos acostumbrado tanto a Jesús y a su mensaje, que su Palabra liberadora no nos dice nada. Señor, que cada día  la escuche con la alegría del que la escucha por primera vez. ¡Ah!, Señor, si lo hiciera así, experimentaría que tu Palabra se cumple cada vez más en mí., y mi vida sería cada vez más “evangelio vivo” para los demás.

3.  Como no se fían de Jesús, sus paisanos le piden como credencial que haga los milagros que ha hecho en Cafarnaúm. Y es que, en su orgullo, se creían con más derechos que otros para recibir milagros. Jesús se lo reprocha: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra». Y para que vean que no tienen ningún derecho a exigir milagros, les recuerda lo ocurrido en tiempos de Elías y de Eliseo, que hicieron sendos milagros en favor de dos extranjeros (la viuda de Sarepta y Naamán, el sirio),  y no, en favor de ningún judío, pues todos  tenían el corazón lleno de maldad. Esto, en vez de ablandar su corazón, los enfurece más, de modo que lo echan del pueblo y hasta quieren despeñarlo por un barranco… ¡Cuánto nos cuesta acoger el evangelio! Como a los de Nazaret, enseguida nos viene la tentación de exigir “pruebas”. Y a Jesús hemos de acogerlo, no porque haga prodigios y nos conceda lo que le pedimos, sino porque creemos en él. Si mirásemos las cosas con ojos de fe, cuántos milagros veríamos en nuestra vida y en la de los que nos rodean. Señor, aumenta mi fe, que escuche tu Palabra como Palabra de salvación, con el gozo con que la escuchaban los pecadores y los pobres y sencillos de corazón de tu tiempo.

3. Diálogo con Dios
A la luz de esta Palabra y estas reflexiones, pregúntate qué te pide el Señor... Háblale como a un amigo. Pídele perdón, dale gracias. … Escucha en tu corazón qué te dice el Señor. Pide que te ayude para poder llevar a la práctica los deseos que han surgido en tu corazón.

01/09/2014

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