Santo
Nombre de María
Santos: San Apolinar
de Ravena, mártir. Beata María de Jesús López, religiosa. Memoria libre
(Blanco)
LAS
MOTIVACIONES DEL APÓSTOL
1 Co 9,
16-19. 22-27; Lc 6, 39-42
San Pablo
nos comparte las motivaciones profundas que animan su labor como evangelizador.
En primer lugar se siente orgulloso de haber sido invitado a sumarse a la
misión evangelizadora, habiendo sido como bien sabemos, un perseguidor de los
cristianos. Es tanta la gratitud que siente con Cristo Jesús, que se desvive
por servir de manera intachable a comunidades y personas de las más diferentes
condiciones. La congruencia con que vive su fe cristiana es la mejor estrategia
para allegarse la credibilidad. En ese sentido, ensambla la exhortación inicial
del Evangelio: el discípulo tiene que asemejarse a su Maestro. Pablo se
identificó plenamente con el Señor Jesús, que hablaba con autoridad (hacía lo
que decía), por eso el apóstol aprendió a vivir congruentemente con el evangelio
de la gracia que predicaba. Era un pastor exigente consigo mismo y por tanto,
podía ser exigente con las comunidades a su cargo.
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Jdt 13, 18-19)
Virgen
María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra; porque
de tal manera te ha glorificado que la humanidad no cesa de alabarte.
ORACIÓN
COLECTA
Concede,
Dios todopoderoso, que a todos los que celebramos el glorioso nombre de la
santísima Virgen María, ella misma nos obtenga los dones de tu misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
Me he
hecho todo a todos, a fin de ganarlos a todos.
De la
primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 9, 16-19. 22-27
Hermanos:
No tengo por qué presumir de predicar el Evangelio, puesto que ésa es mi
obligación. ¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por propia
iniciativa, merecería recompensa; pero si no, es que se me ha confiado una
misión. Entonces, ¿en qué consiste mi recompensa? Consiste en predicar el
Evangelio gratis, renunciando al derecho que tengo a vivir de la predicación.
Aunque no estoy sujeto a nadie, me he convertido en esclavo de todos para
ganarlos a todos. Con los débiles me hice débil, para ganar a los débiles. Me
he hecho todo a todos, a fin de ganarlos a todos. Todo lo hago por el
Evangelio, para participar yo también de sus bienes.
¿No saben que en el estadio todos los corredores compiten, pero uno solo recibe
el premio? Corran de manera que consigan el premio. Además, todos los atletas
se privan de muchas cosas: ellos lo hacen por un premio que se acaba; nosotros,
en cambio, por uno que dura para siempre.
Así pues, yo corro, pero no a ciegas, y lucho, pero no dando golpes al aire,
sino que domino mi cuerpo y lo obligo a que me sirva, no sea que, después de
predicar a los demás, quede yo descalificado.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Comentario:
El Esfuerzo y la Paga
La primera lectura nos ayuda a descubrir como en un primer plano y en
acercamiento un aspecto de la vida y la tarea de un verdadero evangelizador, en
este caso, a través de la experiencia única del apóstol Pablo. Este hombre de
Dios se vio como "obligado" a hablar de su propio ministerio porque
la comunidad de los corintios estuvo siempre bombardeada de muy diversas
influencias. En semejante ambiente no faltaban los que querían acreditarse y
alcanzar popularidad con toda clase de recursos, sobre todo ponderando su
propia sabiduría o asimilándose a los filósofos de la época, que eran de corte
humanista-sofista.
Este ámbito polémico era en sí mismo algo fastidioso, como un
"ruido" que entorpecía la labor de predicación del apóstol, y sin
embargo vino a resultar un beneficio de todo ello porque Pablo, obligado a
hablar de sí mismo, nos dejó en sus Cartas a los Corintios preciosos retratos
de su propia vocación, ministerio, dificultades y alegrías.
Hoy aprendemos, por ejemplo, que la difusión del Evangelio de la gracia
tiene como paga participar de la gracia que se anuncia: el modo y el contenido,
el fondo y la forma coinciden. Quien anuncia gratis la llegada de la gratuidad
hace coincidir su enseñanza con su forma de vida, de modo que el mensaje se funde
con el mensajero. En esto el apóstol sigue la manera de Cristo, pues también él
fue anunciador y es anunciado, es evangelizador y es evangelio.
Del salmo
83 R/. Qué agradable, Señor, es tu morada.
Anhelando los atrios del Señor se consume mi alma. Todo mi ser de gozo se
estremece y el Dios vivo es la causa. R/.
Hasta el gorrión encuentra casa y la golondrina un lugar para su nido, cerca de
tus altares, Señor de los ejércitos, Dios mío. R/.
Dichosos los que viven en tu casa, te alabarán para siempre; dichosos los que
encuentran en ti su fuerza y la esperanza de su corazón. R/.
El Señor es sol y escudo, Dios concede favor y gloria. El Señor no niega sus
bienes a los de conducta intachable. R/.
ACLAMACIÓN
(Cfr. Jn 17, 17) R/. Aleluya, aleluya.
Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad. R/.
¿Puede un
ciego guiar a otro ciego?
Del santo
Evangelio según san Lucas: 6, 39-42
En aquel
tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: "¿Puede acaso un
ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es
superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su
maestro.
¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el
tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: 'Déjame quitarte la paja que
llevas en el ojo', si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita!
Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la
paja del ojo de tu hermano"
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Se consideraban muy dignos
El evangelio de este día nos deja ver,
como en contraste, a esos que se consideraban dignos y justos, al punto de
creer que podían guiar a otros.
Ciertamente son fuertes las palabras de
Cristo: un ciego no puede guiar a otro ciego. Debieron de restallar con fuerza
estas palabras de Cristo en los oídos de aquellos que se consideraban luz. Y
para que no nos quede duda, el texto aclara bien de qué ceguera se trata: es la
ignorancia de la propia oscuridad. El peor ciego no es el que no quiere ver,
sino el que no quiere saber si está ciego.
De otro lado: con alguna frecuencia
Nuestro Señor utiliza la palabra "hipócrita" en sus denuncias a los
fariseos. Es interesante el origen de esta palabra. El "hypocrités"
es, en su origen, el que está "representando un papel bajo una
máscara." Aquello, pues, que reclama Jesucristo es esto sencillamente:
"deja de actuar."
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que la intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María
haga dignas nuestras ofrendas, y que, al venerar su santo nombre, seamos
agradables a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Cfr. Lc 1, 48) 2
Me
llamarán dichosa todas las generaciones, porque Dios puso sus ojos en la
humildad de su esclava.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que por
intercesión de María, la Madre de Dios, obtengamos, Señor, la gracia de tu
bendición, para que cuantos celebramos su venerable nombre recibamos su auxilio
en todas las necesidades. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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