Santos: Vicente de
Paúl, fundador; Elzeario o Eliécer de Sabran, laico; Adolfo y Juan de Córdoba,
mártires.
Vísperas
I del domingo: 2a semana del Salterio. Tomo IV: pp. 806 y 295. Para los fieles:
pp. 555 y 417. Edición popular: pp. 108 y 481. Memoria (Blanco)
RECHAZA
LAS PENAS
Qo
11,9-12,8; Lc 9,43-45
Según el
Qohelet el gozo de la vida es efímero, cuando llega la vejez se pierde la
capacidad de disfrutar la vida, los atardeceres, el gozo de la comida y de
todos los placeres propios de nuestra condición humana. La visión, el oído, el
gusto y la movilidad disminuyen y se vuelve uno prisionero de sus propias
limitaciones. La postura del autor no es una simple prédica del "carpe
diem", es decir, de la postura de quienes recomiendan vivir al tope, sin
desperdiciar oportunidades para el disfrute. El Qohelet no es un hedonista que
pretenda maximizar a toda costa la búsqueda del placer, es un sabio que
recomienda vivir con acierto tanto la juventud como la vejez. Cada una tiene
sus fortalezas y debilidades y conviene vivir a tono con la edad. En ese
sentido, Jesús descubre que el final violento se aproxima, no como un destino
fatal, sino como el resultado de una serie de opciones y actitudes que Él
asumió. Jesús se prepara para enfrentar el desenlace violento, haciendo una revisión
serena de su vida y su fidelidad al Padre.
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Lc 4, 18)
El
Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres
la buena nueva y sanar a los de corazón contrito.
ORACIÓN
COLECTA
Dios
nuestro, que, para el servicio de los pobres y la formación de los sacerdotes,
colmaste de virtudes apostólicas a san Vicente de Paúl, presbítero, concédenos
que, animados por el mismo espíritu, amemos lo que él amó, y pongamos por obra
lo que enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
Acuérdate
de tu Creador en tus años jóvenes, antes de que el polvo vuelva a la tierra y
el espíritu vuelva a Dios.
Del libro
del Eclesiastés (Cohélet): 11, 9-12, 8
Alégrate,
joven, durante tu juventud, disfruta de corazón tus años jóvenes. Sigue el
camino que te indique el corazón y lo que deleita a tus ojos. Pero no olvides
que de todo ello Dios te pedirá cuentas. Aleja de tu corazón la tristeza y de
tu cuerpo el sufrimiento; pero recuerda que los placeres de la juventud son
cosas que se acaban.
Acuérdate de tu Creador en tus años jóvenes, antes de que vengan los días
amargos y se te echen encima los años en que dirás: "No hallo gusto en
nada". Antes de que se nuble la luz del sol, la luna y las estrellas, y
retornen las nubes tras la lluvia. Cuando tiemblen los guardias de la casa y se
dobleguen los valientes. Cuando las que muelen sean pocas y dejen de trabajar y
las que miran por las ventanas se queden ciegas. Cuando las puertas de la calle
se cierren y se apague el ruido del molino. Cuando enmudezca el canto de las
aves y cesen todas las canciones. Cuando den miedo las alturas y los peligros
del camino.
Cuando florezca el almendro y se arrastre la langosta y no dé gusto la
alcaparra, porque el hombre se va a su eterna morada y circulan por la calle
los dolientes.
Antes de que se rompa el cordón de plata, antes de que se quiebre la lámpara de
oro, antes de que se haga añicos el cántaro junto a la fuente, antes de que se
caiga la polea dentro del pozo, antes de que el polvo vuelva a la tierra, a lo
que era, y el espíritu vuelva a Dios, que es quien lo ha dado.
Todas las cosas, absolutamente todas, dice Cohélet, son vana ilusión.
Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Comentario:
Dos Teorías sobre la Educación de la Juventud
Cuando se habla de la educación de los jóvenes hay como dos grandes
corrientes, podemos decir, y es interesante ver que ambas están representadas
en la primera lectura de hoy.
Una es la teoría del control: debemos saber qué tipo de joven queremos tener
y cualificar cada etapa de manera que se logre el resultado deseado. A este
propósito, la religión se convierte en un medio de autoridad con el cual se
quiere que las normas sean claramente conocidas y obedecidas.
La segunda teoría es la de la libertad. Esta segunda perspectiva suele
brotar como en reacción a la primera: nada sacamos con pretender adueñarnos de
vidas que no son nuestras; y además, las reglas engendran astucia para
romperlas. Sólo desde la convicción es posible formar hombres libres, y la
convicción requiere que cada persona en cierto sentido descubra las cosas a su
propio ritmo y manera.
El Eclesiastés une las dos corrientes: está bien dejar la puertas abierta a
la "exploración," que implica la posibilidad de gozar y pasarla bien;
pero esa libertad exploratoria va sazonada con el recuerdo del Creador. Es
decir: no se les propone a los jóvenes ni una creación sin creador ni un
Creador enemigo de su creación, sino la posibilidad de disfrutar los bienes
sabiendo quién es el verdadero Bueno y criterio de toda bondad.
Del salmo
89 R/. Tú eres, Señor, nuestro refugio.
Tú, Señor, haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que
retornen. Mil años son para ti como un día, que ya pasó; como una breve noche.
R/.
Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y
florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca. R/.
Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas
a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R/.
Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Que el Señor
bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R/.
ACLAMACIÓN
(Cfr. 2 Tm 1, 10) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la
vida por medio del Evangelio. R/.
El Hijo
del hombre va a ser entregado. - Tenían miedo de preguntarle acerca de este
asunto.
Del santo
Evangelio según san Lucas: 9, 43-45
En aquel
tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste
dijo a sus discípulos:
"Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a
ser entregado en manos de los hombres".
Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido
y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este
asunto.
Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Más popularidad pero con más
claridad
El evangelio de hoy, entretanto, nos
presenta la paradójica enseñanza de Cristo sobre el desenlace de su vida. Su
popularidad ha crecido, pero así también hace él que crezca la claridad de su
mensaje sobre el sombrío futuro que le aguarda.
Definitivamente Cristo no se puso nunca a
hacer extrapolaciones del tipo: "ya vemos que nos quiere mucha gente y que
muchos nos aceptan; ¡pronto serán todavía más!". Al contrario, haciendo
evidente contrapeso a los aplausos y elogios de la gente, Cristo dice a sus
discípulos (¡y a sí mismo!) que lo que viene es traición, dolor, tortura, cruz
y muerte.
Es interesante la anotación que nos da
Lucas. Los discípulos, por una parte no entienden, pero por otra sienten temor
de preguntar. ¿Por qué temor? Un comentarista protestante, Matthew Henry,
adelanta una hipótesis: "no querían ser despertados de su sueño
placentero", porque en realidad es "sueño" pretender que la vida
cristiana va de victoria en aplauso y de elogio en risa. Otros piensan que el
temor venía de no querer ser reprendidos en su ignorancia, pues en otros
lugares vemos que alguna vez Cristo les había mostrado su torpeza y se había
quejado de su lentitud para aprender (cf. Mt 16,9) y también de su poca fe (cf.
Lc 9,41). Esto es interesante reconocerlo, porque esa misma clase de temores
pueden asaltarnos a nosotros.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Dios
nuestro, que diste a san Vicente la gracia de realizar en su vida lo que
celebraba en estos santos misterios, concédenos, por este sacrificio, ser
transformados en una ofrenda agradable a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Sal 106, 8-9)
Demos
gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace en favor de
su pueblo; porque da de beber al que tiene sed y les da de comer a los
hambrientos.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados
con este sacramento celestial, te suplicamos humildemente, Señor, que, para
imitar a tu Hijo en su celo por la evangelización de los pobres, sigamos el
ejemplo de san Vicente, ayudados por su protección. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
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