Santos: Roberto
Belarmino, Doctor de la Iglesia; Hildegarda Von Bingen, Doctora de la Iglesia;
Pedro Arbúes, mártir. Feria (Verde)
EL AMOR Y
LA SABIDURÍA
1 Co 12,
31-13,13, Lc 7,31-35
La
generación a la que pertenecían Juan Bautista y Jesús fue privilegiada por la
simple razón de que pudieron interactuar con dos profetas de extraordinaria
personalidad. Dos personas radicalmente fieles a Dios, que en su misión
evangelizadora, asumieron estilos y formas de misionar dispares. La frugalidad
de Juan y la gustosa alegría del Señor Jesús, se convirtieron en pretextos en
manos de sus adversarios, que pretendieron descalificarlos para excusarse de
escuchar su mensaje. Aquella gente no tuvo la apertura para apreciar la novedad
que Dios manifestaba en la misión de cada uno de sus enviados. En otra óptica
el apóstol san Pablo también realiza una contraposición, entre los dones y
carismas vistosos (sabiduría, elocuencia, generosidad) y el don supremo: el
amor. Los rasgos del amor son extraordinarios porque reflejan la manera de ser
de Dios, que acoge a cada persona de manera incondicional. El amor trasciende
los límites de los mínimos y se desborda en una entrega ilimitada que busca el
bienestar del amado.
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Sal 47, 10-11)
Meditamos,
Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Tu alabanza llega hasta los
confines de la tierra como tu fama. Tu diestra está llena de justicia.
ORACIÓN
COLECTA
Señor
Dios, que ordenas todas las cosas conforme a tu admirable designio, recibe con
bondad las oraciones que te dirigimos por nuestra patria, a fin de que, por la
sabiduría de sus gobernantes y la honestidad de los ciudadanos, se consoliden
la concordia y la justicia y así sea posible construir, con paz, un progreso
perdurable. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA
DE LA PALABRA
Entre
estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor, el amor es la mayor de las
tres.
De la
primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12, 31-13, 13
Hermanos:
Aspiren a los dones de Dios más excelentes. Voy a mostrarles el camino mejor de
todos. Aunque yo hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no
tengo amor, no soy más que una campana que resuena o unos platillos que
aturden. Aunque yo tuviera el don de profecía y penetrara todos los misterios,
aunque yo poseyera en grado sublime el don de ciencia y mi fe fuera tan grande
como para cambiar de sitio las montañas, si no tengo amor, nada soy. Aunque yo
repartiera en limosnas todos mis bienes y aunque me dejara quemar vivo, si no
tengo amor, de nada me sirve.
El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no es
presumido ni se envanece; no es grosero ni egoísta; no se irrita ni guarda
rencor; no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad. El amor
disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin
límites.
El amor dura por siempre; en cambio, el don de profecía se acabará; el don de
lenguas desaparecerá, y el don de ciencia dejará de existir, porque nuestros
dones de ciencia y de profecía son imperfectos. Pero cuando llegue la
consumación, todo lo imperfecto desaparecerá.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, sentía como niño y pensaba como niño;
pero cuando llegué a ser hombre, hice a un lado las cosas de niño. Ahora vemos
como en un espejo y oscuramente, pero después será cara a cara. Ahora sólo
conozco de una manera imperfecta, pero entonces conoceré a Dios como Él me
conoce a mí. Ahora tenemos estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor;
pero el amor es la mayor de las tres.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Comentario:
Después de este canto a la necesidad del amor, viene la segunda parte del
himno en que se describen las propiedades o características del amor que constituyen
su belleza moral; “El amor es paciente, es servicial; el amor no es
envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su
propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra
de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”
La mayoría de los términos con que designa esas propiedades son ya, de por
sí, suficientemente claros, “es paciente”, por supera en
paz los trabajos y contratiempos que se le presenta, “es
servicial”, por su utilidad y disposición a los demás, “no es
envidioso” cuando ve que a otros le va bien y es amado por sus
hermanos, “no hace alarde”, evitando hablar y obrar
arrogantemente que si no es por mí, nadie más lo hace, “no se envanece”,evitando
incluso el pensar alto de sí mismo y sentirse más importante que los demás, “no
procede con bajeza”, porque no está dispuesto a hacer miramiento
con el prójimo, “no busca su propio interés”, es decir
no busca el beneficio propio, “no se irrita, si las cosas
no salen a su gusto, porque acepta la voluntad de Dios, “no tiene en cuenta
el mal recibido”, es decir, no toma en cuenta el mal, que es lo
contrario del espíritu de venganza,“no se alegra de la injusticia”, es
decir no hace leña del árbol caído,aunque ello traiga alguna ventaja
momentánea, y le ayude a uno justificar sus actos, “sino que
se regocija con la verdad”, es decir participa de la alegría que
siente Dios y todos los hombres buenos cuando las cosas van por el recto camino. “El
amor todo lo disculpa”, porque es capaz de tapar cuanto
puede de los defectos del prójimo, “todo lo cree, todo lo espera”,porque tiene
tendencia a suponer en todos una recta intención, “todo lo soporta, en
especial si fallan esas esperanzas y surgen contratiempos, todo lo soporta
pacientemente. En verdad, puede muy bien decirse que el amor, la caridad resume
en sí todas las demás virtudes, que no son sino modalidades diversas de una
misma caridad y de un idéntico amor.
Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant
Del salmo
32 R/. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos,
cantemos en su honor nuevos cantares, al compás de instrumentos aclamémoslo.
R/.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la
justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo.
Muéstrate bondadoso con nosotros, porque en ti, Señor, hemos confiado. R/.
ACLAMACIÓN
(Cfr. Jn 6, 63. 68) R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna.
R/.
Tocamos
la flauta y ustedes no bailaron, cantamos canciones tristes y no lloraron.
Del santo
Evangelio según san Lucas: 7, 31-35
En aquel
tiempo, Jesús dijo: "¿Con quién compararé a los hombres de esta
generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos niños que se sientan a jugar
en la plaza y se gritan los unos a los otros:
`Tocamos la flauta y no han bailado, cantamos canciones tristes y no han
llorado'.
Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y ustedes
dijeron: `Ése está endemoniado'. Y viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y
dicen: 'Este hombre es un glotón y un bebedor, amigo de publicanos y pecadores'.
Pero sólo aquellos que tienen la sabiduría de Dios, son quienes lo
reconocen".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Jesús compara la
generación de su tiempo a esos niños siempre descontentos que no saben jugar
con felicidad, que siempre rechazan la invitación de los otros: si tocan
música, no bailan; si cantan un canto de lamento, no lloran... nada les va
bien. Esa gente no estaba abierta a la Palabra de Dios. Su rechazo no es al
mensaje, es al mensajero. Rechazaban a Juan Bautista, que no comía y no bebía
pero decían que era un endemoniado, así como también rechazaban a Jesús, porque
era de buen comer y un bebedor, amigo de publicanos y pecadores. Tienen siempre
un motivo para criticar al predicador.
Y ellos, la gente de aquel tiempo, preferían refugiarse en una religión más elaborada: en los preceptos morales, como el grupo de fariseos; en el compromiso político, como los saduceos; en la revolución social, como los celotes; en la espiritualidad gnóstica, como los esenios. Estaban con su sistema bien limpio, bien hecho. Pero el predicador no. (Cf. S.S. Francisco, 13 de diciembre de 2013, homilía en Santa Marta) .
Y ellos, la gente de aquel tiempo, preferían refugiarse en una religión más elaborada: en los preceptos morales, como el grupo de fariseos; en el compromiso político, como los saduceos; en la revolución social, como los celotes; en la espiritualidad gnóstica, como los esenios. Estaban con su sistema bien limpio, bien hecho. Pero el predicador no. (Cf. S.S. Francisco, 13 de diciembre de 2013, homilía en Santa Marta) .
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
La
oblación que te ofrecemos, Señor, nos purifique, y nos haga participar, de día
en día, de la vida del reino glorioso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Mt 11, 28)
Vengan a
mí, todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré, dice el
Señor.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor,
que nos has colmado con tantas gracias, concédenos alcanzar los dones de la
salvación y que nunca dejemos de alabarte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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