Santos: Miguel, Gabriel y Rafael, arcángeles; Liudvino de Tréveris, obispo. Beato Nicolás de Forca, presbítero. Fiesta (Blanco)
EL MEDIADOR. Y LOS
MEDIADORES
Ap 2,7-12; Jn 1,47-51
En el diálogo que nos
refiere el Evangelio de san Juan entre el Señor Jesús y Natanael apreciamos una
hermosa enseñanza sobre la función reveladora de Jesucristo. Quien tiene la
apertura de corazón como Natanael podrá reconocer la función mediadora de
Jesús. Si en el Antiguo Testamento el Señor se hizo manifiesto a través de
mediaciones angelicales, ahora éstas habrán concluido. El único acceso seguro
al Padre es su Hijo Jesús. En la carta a la Iglesia en Esmirna se amonesta a
los cristianos a perseverar y no dejarse amedrentar por los sufrimientos que
enfrentarán por causa de su fidelidad a Jesús. Algunos cristianos perderán la
vida, sufrirán la primera muerte, pero esa pérdida los preservará de la segunda
muerte y les pavimentará el acceso a la intimidad definitiva con el Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal
102, 20)
Ángeles del Señor,
bendíganlo; ustedes, los poderosos ejecutores de sus órdenes, los que están
prontos a obedecer su palabra, bendigan al Señor.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que con
providencia admirable has confiado a los ángeles y a los hombres su misión
particular, haz que quienes te sirven constantemente en el cielo nos protejan
siempre en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Miguel y sus ángeles
pelearon contra el dragón.
Del libro del Apocalipsis
del apóstol san Juan: 12, 7-12
En el cielo se trabó una
gran batalla: Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón. El dragón y sus
ángeles lucharon ferozmente, pero fueron vencidos y arrojados del cielo para
siempre. Así, el dragón, que es la antigua serpiente, la que se llama Diablo y
Satanás, la que engaña al mundo entero, fue precipitado a la tierra, junto con
sus ángeles. Entonces yo, Juan, oí en el cielo una voz poderosa, que decía:
"Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su
reinado, y del poder de su Mesías, porque ha sido reducido a la impotencia el
que de día y de noche acusaba a nuestros hermanos, delante de Dios. Pero ellos
lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el testimonio que
dieron, pues su amor a la vida no les impidió aceptar la muerte. Por eso,
alégrense los cielos y todos los que en ellos habitan".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Comentario:
Fiesta en el Cielo
El sitio católico http://iglesia.org, que
recomendamos, nos ofrece una sencilla e ilustrativa enseñanza para este día. Lo
que sigue es tomado de allí.
El 29 de septiembre se celebra la fiesta de los
tres Arcángeles que nombra la Sagrada Escritura. La palabra Arcángel proviene
de dos palabras: Arc, "el principal", y "ángel", es decir,
"principales entre los ángeles".
Esta fiesta se ha celebrado con gran solemnidad a
fines de septiembre, desde el siglo sexto por lo menos. El Martirologio Romano
afirma que en la festividad se celebra la dedicación de una Basílica en honor
de San Miguel, a unos 10 kilómetros al norte de Roma. En el oriente, donde
antaño se tenía al arcángel como protector de los enfermos (actualmente se le
considera como Capitán de las legiones celestiales y Patrón de los soldados),
la veneración a San Miguel es todavía mas antigua.
Según la Escritura, los Ángeles son mensajeros de
Dios, "poderosos ejecutores de sus órdenes, prontos a la voz de su
palabra" (Sal 103,20), al servicio de su plan de salvación, "enviados
para servir a los que deben heredar la salvación" (Heb 1,14).
Los fieles no ignoran los numerosos episodios de la
Antigua y de la Nueva Alianza en los que intervienen la santos Ángeles. Saben
también que no son pocos los episodios de la vida de Jesús en los que los
Ángeles tienen una función particular: el Arcángel Gabriel anuncia a María que
concebirá y dará a luz al Hijo del Altísimo (cfr. Lc 1,26-38) y de manera
semejante, un Ángel revela a José el origen sobrenatural de la maternidad de la
Virgen (cfr. Mt 1,18-25). Y son numerosos los acontecimientos en los que
aparecen cumpliendo una misión especial.
La Iglesia, que en sus inicios fue protegida y
defendida por el ministerio de los Ángeles (cfr. Hch 5,17-20; 12,6-11) y
continuamente experimenta su "ayuda misteriosa y poderosa", venera a
estos espíritus celestes y pide con confianza su intercesión. Durante el año
litúrgico conmemora la participación de los Ángeles en los acontecimientos de
la salvación y celebra su memoria en unas fechas determinadas.
Del salmo 137 R/. Te
cantaremos, Señor, delante de tus ángeles.
De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R/.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R/.
Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R/.
De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R/.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R/.
Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R/.
ACLAMACIÓN (Sal 102, 21) R/.
Aleluya, aleluya.
Que bendigan al Señor todos sus ejércitos, servidores fieles que cumplen su voluntad. R/.
Que bendigan al Señor todos sus ejércitos, servidores fieles que cumplen su voluntad. R/.
Verán a los ángeles de Dios
subir y bajar sobre el Hijo del hombre.
Del santo Evangelio según
san Juan: 1, 47-51
En aquel tiempo, cuando
Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: "Éste es un verdadero israelita
en el que no hay doblez". Natanael le preguntó: "¿De dónde me
conoces?". Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamara, te vi
cuando estabas debajo de la higuera". Respondió Natanael: "Maestro,
tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Jesús le contestó:
"Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores
cosas has de ver". Después añadió: "Yo les aseguro que verán el cielo
abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".
Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Los nombres de los arcángeles
San Miguel. Este nombre significa: "¿Quién
como Dios?" o también: "Nadie es como Dios". La Iglesia Católica
ha tenido siempre una gran devoción al Arcángel San Miguel, especialmente para
pedirle que nos libre de los ataques del demonio y de los espíritus infernales.
Y él cuando lo invocamos llega a defendernos, con el gran poder que Dios le ha
concedido. Muchos creen que él sea el jefe de los ejércitos celestiales.
San Gabriel. Su nombre significa: "Dios es mi
protector". Al Arcángel San Gabriel se le confió la misión más alta que
jamás se le haya confiado a criatura alguna: anunciar la encarnación del Hijo
de Dios. Por eso se le venera mucho desde la antigüedad. San Gabriel es el
patrono de las comunicaciones y de los comunicadores, porque trajo al mundo la
más bella noticia: que el Hijo de Dios se hacía hombre.
San Rafael. Su nombre significa: "Medicina de
Dios". Fue el Arcángel enviado por Dios para quitarle la ceguera a Tobías
y acompañar al hijo de éste en un larguísimo y peligroso viaje y conseguirle
una santa esposa. San Rafael es muy invocado para alejar enfermedades y lograr
terminar felizmente los viajes.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Haz, Señor, que tus ángeles
lleven ante ti los dones que te presentamos y que este sacrificio sea para
todos los hombres fuente de vida y salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los ángeles.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal
137, 1)
Te damos gracias de todo
corazón, porque cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste. En presencia de los
ángeles cantaremos, Dios nuestro, tus alabanzas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Que nos fortalezca, Señor,
el pan celestial con que nos has alimentado, para que caminemos seguros por la
senda de la salvación bajo la fiel custodia de los ángeles. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Homilías de Fr. Nelson
Medina, O.P.
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